Roma. Como un homenaje a la mujer, a su capacidad de desnudar sentimientos y sufrimientos con obras de arte, se inauguró este martes en Roma una importante retrospectiva de la célebre artista mexicana Frida Kahlo (1907-1954), icono del movimiento feminista, objeto y sujeto de su propia pintura.
La exposición, organizada en la prestigiosa sede Scuderie del Quirinale e inaugurada por el presidente de la república italiana, Giorgio Napolitano, presenta en total 160 obras entre pinturas y dibujos realizados por o sobre Kahlo durante su original y trasgresiva carrera artística.
“Era una acróbata de la pintura. Transformó su retrato en un icono”, explicó a la AFP el crítico de arte italiano Achille Bonito Olivo, entre los curadores de la exposición.
Frida, que forjó su propio mito y leyenda con la creación de su propio personaje, que aparece en la mayoría de sus obras, se convirtió en símbolo del feminismo al expresar su particular visión de la mujer, rompiendo con los moldes de la época, con el machismo dominante y valorizando vestimentas, collares y adornos inspirados en el folclor mexicano tanto precolombino como colonial.
“Las mujeres italianas estarán felices de descubrir a Frida. Se verán representadas en ella”, aseguró la autora del catálogo razonado de la artista mexicana, Helga Prignitz-Poda, al resaltar la autenticidad de la artista.
La mayoría de las pinturas, impregnadas de realidad, dolor, crueldad, dualismo, no habían sido exhibidas en Italia y provienen de colecciones de México, Europa y Estados Unidos.
La exposición, que ha generado fuerte expectativas ya que más de 35 mil personas han reservado entradas por adelantado, abrirá al público el jueves y permanecerá abierta hasta el 31 de agosto.
En las antiguas caballerizas del Palacio Quirinal, en salas del siglo XVIII, entre paredes color terracota y mostaza, han sido colgados más de 40 retratos, entre ellos el célebre “Autoretrato con collar de espinas y colibrí”.
Frida representó la exuberancia cultural de su tiempo Realizado en 1940, con Frida de cejas gruesas y unidas y bigotuda como siempre, luce un angustiante collar de espinas, un gato negro, un mico, mariposas entre la naturaleza exuberante. Organizada con ocasión del 60 aniversario de su muerte, la retrospectiva ilustra también las corrientes artísticas que marcaron a la pintora, comenzando por la de su marido, el muralista Diego Rivera.
“Frida es también una expresión de la vanguardia artística y de la exuberancia cultural de su tiempo, y un estudio de su obra nos permite interceptar las trayectorias de todos los movimientos culturales internacionales más importantes que se cruzaron en el México de entonces, desde el revolucionario hasta el surrealismo, que luego se convertirá en el realismo mágico”, escribió Prognitz-Poda.
Al menos 20 obras de creadores tales como los futuristas italianos Giorgio De Chirico y Gino Severini, han sido exhibidas para demostrar que Kahlo conocía y estaba al tanto del arte y la metafísica que recorrieron la primera mitad del siglo XX.
Unos 65 dibujos, entre ellos una serie de rayones de varios colores, ilustran sus sentimientos y fantasías, como odio, ira, pánico, soledad, tristeza, confesiones que rompen con tabús, inclusive sobre el cuerpo, la sexualidad femenina y el aborto.
La vida y obra de Kahlo, que ha sido objeto de varias películas, incluyendo una en 2002 interpretada por Salma Hayek, por su exuberante biografía, sus amantes y amigos famosos, como León Trotsky y André Breton,. resulta emblemática.
“Creía que yo era la persona más extraña del mundo, pero luego pensé que si hay tantas personas en el mundo, debe haber alguna como yo, que se siente extraña y defectuosa como yo me siento”, reza el subtítulo de exposición.
Kahlo, que nunca llegó a saborear el reconocimiento que le reservó la posteridad, desde los años 80 se convirtió en una de las artistas más cotizadas de América Latina.
La retrospectiva se incorporará a partir del 20 de septiembre a una exhibición dedicada a Kahlo y Diego Rivera en el Palazzo Ducale en Génova.
