Brasilia. El canciller venezolano, Elías Jaua, defendió en Brasil su propuesta de convocar a la Unasur para debatir la «agresión contra la democracia» en su país y dijo que la idea fue acogida con «buena receptividad» por su homólogo brasileño.
Jaua pretendía formalizar la convocatoria de la reunión en Surinam, que tiene la presidencia pro tempore del grupo regional, y a donde se disponía a viajar tras Brasilia.
Jaua llegó a Brasil avanzada la noche del jueves y se reunió a medianoche con el canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo.
«El canciller Figueiredo tuvo una buena receptividad a esta propuesta» de convocar a una reunión extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), dijo Jaua en rueda de prensa este viernes en la embajada venezolana en Brasilia.
Jaua explicó asimismo al ministro brasileño la actual situación en Venezuela. El gobierno venezolano atribuye las protestas, que comenzaron para quejarse por la escasez y la inseguridad, y que han derivado en violencia, a grupos de derecha que, en palabras de Jaua, pretenden «derrocar» al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
La cancillería brasileña confirmó la reunión en una nota, que no menciona la reunión de la Unasur. El comunicado afirma que Figueiredo le manifestó a Jaua su «confianza de que, por la vía del diálogo y el respeto al orden institucional, Venezuela resguardará el orden democrático y el estado de derecho, atendiendo a las aspiraciones del pueblo venezolano y de su Gobierno de seguir su desarrollo con estabilidad política y paz».
El viaje a Jaua a Brasil se enmarca en una gira por los países socios del Mercosur: Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay.
«De aquí salimos a Surinam a formalizar ante la presidencia pro témpore de Unasur la solicitud de una convocatoria de la Unasur para discutir esta nueva agresión contra la democracia y contra la paz de Venezuela», dijo el ministro venezolano.
De la reunión de la Unasur, Venezuela espera un mensaje que indique que «en la región suramericana no hay espacio para los atajos violentos», es decir, el acceso al poder por la violencia, en vez de por medio de elecciones.
El miércoles, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, instaló un diálogo nacional de paz que intenta dar respuesta a tres semanas de protestas callejeras, con la ausencia a esa cita de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) pero con presencia de empresarios y otros representantes sociales y religiosos.
