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domingo, 11 mayo, 2025
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Una reflexión en el contexto: ¿Por qué votar todo MORENA?

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Por: BENJAMÍN MOCTEZUMA LONGORIA •

Millones de ciudadanos estamos convencidos de que el proyecto de nación que enarbola el PRIANRD no beneficia siquiera a la mayoría de las personas que votarán por esa tenebrosa alianza. Por fortuna, están lejos de alzarse con el triunfo y regresar al poder. Ni siquiera beneficia a la mayoría de quienes tan afanosa y apasionadamente se desgarran las vestiduras defendiendo a sus propios verdugos, electoralmente representados por la calumniadora Xochilt Gálvez. 

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Nuestra derecha mexicana mantiene engatusados a muchos al hacer uso de una red inmensa de aparatos ideológicos, empezando por los tradicionales monopolios de la comunicación que anteponen el negocio económico por sobre el periodismo; vale decir: anteponen el dinero por sobre el bien común. Esos mismos monopolios capitalistas, en cuanto defienden sus intereses de más y más dinero, al igual que más y más poder, son el ala propagandista de sus compañeros de clase social. De ahí la sarta de mentiras, montajes, falsas noticias, deformaciones y campañas de ataques, burla y odio a un movimiento transformador que con AMLO a la cabeza (y ahora también con Claudia Sheinbaum), se hizo gobierno y limita el proceso de enriquecimiento galopante que se sostiene por la miseria, las injusticias y la profundización de las desigualdades sociales.

Simplificando y siendo claros: el proyecto nacional del PRIANRD se fija el propósito de defender los intereses y privilegios de las castas económicas más pudientes, las llamadas oligarquías económicas y políticas, de la que forman parte capitalistas como Salinas Pliego, Azcárraga Jean, Claudio X(ochilt) González, Gustavo de Hoyos, como ejemplo de burgueses que no les gusta pagar impuestos, necesarios para atender con políticas sociales a los más pobres. 

El proyecto de la derecha también defiende el interés y “derecho” de corrupción de ministros, magistrados, jueces que liberan a grandes capos y protegen políticos corruptos como Amparo Casar, Alito Moreno, Cabeza de Vaca, Ricardo Anaya, etc., mientras dejan que se pudran en las cárceles a quienes, aún siendo inocentes, no tienen para pagarse un abogado. Ese manejo de las leyes es propio del modelo de nuestra derecha.

La propuesta de la derecha es conservadora, defiende el “derecho” de concentrar poder, dinero y privilegios a la casta encumbrada (los jerarcas) de la clase política, donde se encuentran consejeros del INE, funcionarios públicos corruptos, la cúpula del INAI, los ideólogos de ese modelo de sociedad y la impunidad de dirigentes de partidos políticos encumbrados. Todos forman un tejido único, son parte de la organización social, de ahí que se les llame orgánicos.

Pero además, ese proyecto tiene una vocación antinacionalista al promover una inversión extranjera arropada por leyes, instituciones, asistencia presupuestaria estatal (en forma de subsidios, fomento, infraestructura, exención de impuestos, premios a la productividad, a la innovación tecnológica y muchos otros pretextos), evitar el incremento salarial, promoverles sindicatos “blancos” y quitar del camino a competidores públicos y privados para evitar la competencia (así sucedió con ANAGSA, CONASUPO, IMPECSA, PRONASE, FERTIMEX, BANRURAL, IMEVISION -hoy TV Azteca- y otros), algunos de esos “obstáculos” a los extranjeros se les entrega en condiciones de remate. Solo pueden sobrevivir muy productivamente una parte del empresariado nacional que vive como huésped de las transnacionales.

Llevar adelante el proceso transformador no solo es una tarea pragmática, es también una gran encomienda de praxis teórica. Obvio, todo eso incluye conocimientos, valores, principios (como no robar, no mentir, no traicionar, no reelección, no nepotismo), ética, entrega, compromiso, vocación democrática, organización, formación de cuadros, estudio colegiado, elaboración sistemática del proyecto nacional y la estrategia general. De todo lo anterior ¿Qué está promoviendo la dirigencia nacional de MORENA?

El error de MORENA es depender del trabajo, liderazgo, simpatía y aceptación al presidente López Obrador. AMLO tampoco le ha dado la importancia al partido como agente promotor de las condiciones subjetivas de cambio. Rechaza al llamado “partido-vanguardia”, porque lo asocia a la dictadura de una élite política. Al tema regresaré pronto.

Así, sin rumbo propio del partido, Mario Delgado vegeta sobre los pasos del presidente, sin elaboraciones estratégicas, debate interno, organización, con espontaneísmo y haciendo de los usos y costumbres de la política conservadora un método, del que ha brotado la negociación y la imposición de candidatos, muchos de ellos con una praxis anti4T, de trayectoria corrupta, mentirosa, traidores, reeleccionistas, promotores del nepotismo, amiguismo, compadrazgo que, como Lily Téllez, pueden chantajear o cambiar de bando, en el siguiente proceso electoral, si no se promueve su reelección y reacomodo.

Añado: Con todo y ello, conviene apoyar a esos candidatos morenistas anti4T, porque se guarda la esperanza que ayuden a profundizar la transformación. No es un cheque en blanco. Pronto ajustaremos cuentas. Los del PRIANRD, aunque se trate de “santos inmaculados”, llevan la consigna de darle contra a la transformación. Vayamos con el mal menor.

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