■ El viaje y permanencia de la comitiva se organizará en conjunto con el IZC en esta ocasión
La comunidad Las Vigas del municipio Wasley, ubicada en la zona del semidesierto del estado de San Luis Potosí, será escenario del primer ejercicio este 2014 de Arte de la Tierra, la serie de campamentos en que, motivados por compartir la experiencia de un acercamiento con la naturaleza y la creación espontánea a partir de los elementos a la mano en diferentes ecosistemas, han involucrado a parte importante de la comunidad de artistas plásticos y visuales de Zacatecas y que encuentra en Javier Cortés, uno de sus más fieles promotores.
Durante el pasado mes de noviembre este mismo lugar reunió a cerca de 12 personas. En esta ocasión el viaje y permanencia de la comitiva se organizará conjuntamente con el Taller de Instalación que dirige en el Instituto Zacatecano de Cultura (IZC), que dirige Sara Göaer, comenta.
“La idea es que podamos sumergirnos en el mundo del arte efímero, pero lo más importante es la convivencia”.
El Arte de la Tierra también es una forma de defender al semidesierto como lugar vivo y disfrutable, mediante su busca intencional. Una defensa que tiene que ver también con la conservación de un vínculo terrestre con lo sagrado, en solidaridad con esta lectura que aún persiste entre los wixáricas, aporta Cortés.
Por esos parajes aparentemente ausentes de vida para quienes no los conocen, transitan las peregrinaciones que vienen desde Nayarit a su encuentro con el hikuri, el peyote, refiere.
Las cualidades vivenciales del semidesierto que pondera el pintor, son sus posibilidades para experimentar el silencio y la introspección.
Destaca también la oportunidad que el Arte de la Tierra permite: dejar atrás “los egos” propios de los artista, pues lo creado en este contexto tendrá una existencia efímera, a la que no se le pone un precio para la venta en el mercado del arte y que finalmente, destruirán poco a poco el barrer del viento, la lluvia, la acción de la propia vida del lugar.
En la pugna que se ha establecido entre los intereses de las mineras y los de los habitantes del desierto, Javier Cortés encuentra otro tema de reflexión, del que dice, es cierto que estas empresas generan oportunidades de empleo pero con bajos ingresos, a cambio de convertir a los hombres que antes cultivaban la tierra en trabajadores “de una fábrica” que es “lo peor que le puede pasar a esa persona”.
Aquí trae a colación el caso de la empresa Frisco, asentada en vecindad de la comunidad Salaverna, Mazapil; donde se ha dañado de tal manera el terreno donde se asienta el caserío, que sus habitantes están siendo obligados a dejarla ; “parece que el semidesierto es pobre en todo, pero unos metros más abajo está la riqueza”.
A la gente le pueden ofrecer nuevas oportunidades pero no se compara tu iglesia, tus subidas y bajadas para llegar a casa con esos asentamientos de los que hay miles, planos, con casas todas iguales, dice.
“Lo más importante es que duele perder la identidad y creo que es lo que puede pasar con muchas de las comunidades de Zacatecas”.
Javier Cortés anuncia que aún no se lanza la convocatoria para este próximo campamento pero podrá integrarse cualquier persona interesada en vivir la experiencia del Arte de la Tierra. Mencionó asimismo que se han establecido en principio pláticas con el cronista municipal de Jalpa, con miras a realizar en esta demarcación otro más, también este 2014.
