24.4 C
Zacatecas
domingo, 20 abril, 2025
spot_img

La derecha corrupta de México se ha venezolanizado

Más Leídas

- Publicidad -

Por: BENJAMÍN MOCTEZUMA LONGORIA •

Reitero, para que no se olvide: “acusan de lo que son”. Cuando la derecha corrupta de México insiste que, en manos de la 4T, seremos Venezuela parten de la narrativa mediática internacionalmente creada y de la pretensión real que tienen para México. No acostumbran hablar con la verdad. Si su amenaza fuera franca y sin tapujos dirían: si no nos dejan gobernar y aplicar nuestras políticas neoliberales les vamos a hacer lo mismo que a Venezuela. Culpan al esclavo de su esclavitud.

- Publicidad -

Todas las formaciones sociales que han tenido esclavos consideraban a estos como su propiedad, como seres que no podían tomar decisiones propias, sólo mediante la autorización de quienes se concebían como sus dueños. Incluso, ningún esclavo podía atreverse a liberarse por sí mismo. En caso de huida su “dueño” lo perseguía y tras la captura aplicaba enérgicos castigos, incluso el quitarle la vida, para que quedara como ejemplo para los demás.

De la misma manera, la independencia de nuestras naciones no se obtuvo por beneplácito de las naciones colonizadoras, sino como resultado de la lucha de los pueblos frente a la Corona Española (en el caso de México). Un ejemplo fue el de Miguel Hidalgo, quien fue ejecutado en julio de 1811 en Chihuahua, y su cabeza enviada a Guanajuato, donde la exhibieron en la Alhóndiga de Granaditas como símbolo de lo que ocurriría a los insurrectos al gobierno español. Ahí permaneció 10 años.  Luego de la independencia de México, su cuerpo fue exhumado y enterrado junto a su cabeza en la Catedral Metropolitana de México.

A pesar de los siglos transcurridos, sigue habiendo un pensamiento y comportamiento similar. Nuestras derechas nacionales se han convertido en las promotoras de la opresión de los pueblos. La fase imperialista del capitalismo que inicia desde finales del siglo XIX estableció nuevos mecanismos económicos, políticos y militares para someter a las naciones más débiles. En tanto que la llegada del neoliberalismo, que empezó a dominar la década de los 70s del siglo XX, profundizó ese proceso neocolonizador y se estableció como uso y costumbre de las naciones poderosas el someter a los países geográficamente estratégicos para la economía, la política internacional o que son poseedores de valiosos y abundantes recursos naturales que puedan utilizarse para acrecentar la riqueza de las naciones imperiales.

El proceso de sometimiento se realiza por todas las vías posibles: la “diplomacia” política encabezada por organismos como la OEA y la ONU; la presión económica que aplica la OCDE, BID, FMI, BM; la intervención militar que van desde el despliegue y maniobras en las cercanías de los países a someter o la invasión directa, con el uso de cualesquier pretexto para darle justificación; la vía Ideológicas que se centra en crear narrativas convenientes para las naciones imperiales y que esparcen mediante los monopolios capitalistas de la comunicación transnacionales; el aprovechamiento de aliados internos, entre los que se encuentran corrientes económicas, políticas e ideológicas afines y; el reclutamiento de adeptos y mercenarios.

Contra Venezuela han hecho de todo. Igual, o peor, que a Cuba. Su propósito es provocar desabasto, bloquear el comercio con otras naciones, disminuir la realización de obras y servicios básicos, minar las arcas gubernamentales, crear miseria y; con todo eso, levantar la inconformidad ciudadana. La derecha apátrida y asesina (le denomino así por hacer del asesinato un método de su “trabajo” político), se presta a esa arremetida con el único propósito de regresar al poder y tener acceso a los grandes privilegios, aunque estos apenas representan pequeñas migajas comparadas con las grandes riquezas que pretenden arrebatarles.       

Esa lógica lleva a la derecha asesina de Venezuela a no reconocer sus continuas derrotas, ante el sistema electoral más confiable del mundo. En cambio, hace unos cuantos años reconocieron como presidente, apoyados por gobiernos imperiales y la derecha internacional, a un autoproclamado (Juan Guaidó) formado en una universidad de EEUU. Pero no pueden aceptar como válidos los procesos electorales que pierden.

La derecha mexicana, cada día se parece más a la derecha asesina venezolana; entre otras cosas, porque promueven un modelo social, económico y político antinacionalista auspiciado desde el exterior. El financiamiento que de EEUU le dan a “Mexicanos contra la Corrupción” que encabezan Claudio X. González y Amparo Casar es el mismo que recibe la derecha venezolana.

El reciente informe de Pablo Gómez de la UIF y las explicaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador no deja lugar a dudas de la fusión entre la derecha mexicana y la imperial (la mafia del poder) constituyen el verdadero peligro para México. Nuestra derecha también se parece a la venezolana en que no reconoce sus derrotas. Sus alegatos sobre la llamada “sobrerepresentación” constata el interés de impedir las transformaciones que democráticamente ha elegido el pueblo mexicano. Hasta la próxima.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -