México, DF. Durante la discusión de la ley de hidrocarburos, el senador del PRI Gerardo Sánchez, dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), rechazó los señalamientos formulados por senadores del PRD y PT en el sentido de que esa legislación permite el despojo de tierras ejidales y comunales en favor de las empresas petroleras trasnacionales.
El legislador priísta sostuvo que sólo tratan de sacar ventajas políticas, quienes “convirtiéndose en agoreros del desastre profetizaron de manera tendenciosa el desmantelamiento y la expropiación de la propiedad social de la tierra”.
El también dirigente de la CNC, sostuvo que los argumentos esgrimidos por senadores del PRD quienes detallaron que en realidad habrá expropiaciones, incluso para establecer una gasolinera, toda vez que sólo se borró una palabra pero persisten las disposiciones que permiten a través de la causa de utilidad publica, quitar sus tierras a ejidatarios, comuneros y propietarios privados, “son sólo discurso del miedo”, insistió en que no habrá despojo y que la ley permite que los propietarios de terrenos donde haya petróleo podrán asociarse con las empresas extranjeras y tener beneficios económicos.
Sostuvo que se trata de una oportunidad, ya que el campo no puede seguir en las mismas condiciones y los comuneros y ejidatarios tienen que mejorar.
Por su parte, el panista Salvador Vega Casillas dijo que los campesinos y en general los propietarios de la tierra serán los primeros beneficiarios de la reforma energética y no correrán el riesgo de ser despojados de sus tierras, porque se eliminó la expropiación del contenido del dictamen.
Otro panista, Ernesto Cordero defendió también la reforma y advirtió que aunque es muy romántico hacer referencias bolivarianas y de presidentes de hace 50 años, no se trata del pasado sino del presente.
Insistió en que se requiere de la inversión privada en el sector energético. “ Yo no quiero que mi país sea como Afganistan y Corea del Norte, con todo respeto para mis hermanos coreanos y afganistanos”, señaló entre risas de los pocos legisladores que estaban en el salón de sesiones por el dislate.