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lunes, 21 abril, 2025
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Dilemas sobre la Lactancia Materna

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

La leche materna es básica para la vida de todo ser humano, para su pleno desarrollo, para su salud y como gran aporte socioambiental que contribuye al compromiso intergeneracional que se nos ha heredado, sin incluso preguntarnos. Se ha comprobado, científicamente, que la lecha materna establece vínculos afectivos muy fuertes entre las madres y sus hijos e hijas, vigoriza el sistema inmunológico, y prepara a las infancias para afrontar futuras enfermedades y pandemias. De acuerdo con la UNICEF, la lactancia materna brinda a los bebés los nutrientes indispensables para crecer, por lo que debe ser su único alimento durante los primeros seis meses de vida. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el recién nacido sea amamantado en la primera hora de vida después del parto, que sea a libre demanda y se evite el uso de fórmulas infantiles. Lamentablemente, en nuestro país y de acuerdo con la OMS, solo uno de cada tres bebés, recibe leche materna, pues la ignorancia y hasta algunos intereses económicos que favorecen a la industria de las fórmulas, llevan a proporcionar a los recién nacidos, la conocida leche de bote, bebidas azucaradas y leche de vaca; incluso, en algunas instituciones de salud del sector público y privado, inmediatamente después del parto, preparan las fórmulas sin dejar que las madres amamanten a sus bebés, garantizando el éxito comercial de estas sustancias que jamás sustituirán a la fórmula natural que emana de las madres. Las fórmulas generan estreñimiento, intolerancia a la lactosa, cólicos y otros males a los recién nacidos, lo que conlleva a pagar costosas consultas a pediatras que siguen con la recomendación de otras fórmulas mágicas pero más costosas tan solo para mejorar la salud de las infancias. Recalcó que no todos los pediatras, y no todas las instituciones de salud, son pro-fórmulas, pues afortunadamente hay muchos profesionistas sensibles y empáticos en la promoción y defensa de la leche materna. En cuanto a la Madre, el acto de amamantar les otorga importantes beneficios como disminuir la posibilidad de padecer cáncer de mama y ovario, hipertensión, ataques cardiacos, hemorragias después del nacimiento, también reduce la depresión post parto, la anemia y osteoporosis. En este sentido, en el documento denominado Prácticas de Lactancia Materna en México, editado por la UNICEF, y el Instituto Nacional de Salud Pública, se establece que, a nivel nacional, solo el 54.4 por ciento de niñas y niños son colocados en el seno materno durante la primera hora después del parto, peor aún, se dice que, en el sur del país, el inicio temprano de la lactancia materna es menos frecuente (34.7 por ciento), así como en infancias nacidas en hospitales privados (38.3 por ciento). Así las cosas, tenemos, además, que en la industria de las fórmulas artificiales existe una verdadera mafia, pues pocas empresas tienen el monopolio en el país del Norte, por ejemplo, los Laboratorios Abbott, que liderean el 40 por ciento del mercado (Leche Similac), y la industria Rickett con el dominio del 30 por ciento del mercado (Leche Enfamil/Lysol). En este contexto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha reconocido que la industria de la leche de fórmula impulsa un marketing engañoso y agresivo que menoscaba la lactancia materna; le reconocen una comercialización poco ética que infringe, además, normas internacionales sobre prácticas de nutrición infantil. En México y, de acuerdo con la Alianza de Medios, Nestlé, Danone, Recketitt y Abbott, establecen su éxito en un marketing agresivo y no en un soporte científico; se señala que el uso de sucedáneos (en este caso, sustitutos de la leche materna) puede ser el origen de varios padecimientos infantiles que se pueden prolongar en la vida adulta. Lo anterior es muy lamentable porque pareciera ser que pretender sustituir a la leche materna con fórmulas, constituye un negocio redondo para los fabricantes de los tratamientos médicos, pues primero nos dan fórmulas y luego ya adultos, tenemos que pagar las consecuencias de ello como la diabetes, que afecta a 422 millones de personas en todo el Mundo, con las consecuentes muertes que se asocian a esta pandemia (1.5 millones en todo el planeta). Desde el punto de vista ambiental, se establece que la producción de carne y lácteos contribuyen a la generación de los gases de efecto invernadero en un 30 por ciento, ya que una gran parte de las fórmulas se integran de leche de vaca en polvo y el metano que generan en su digestión, constituyen un significativo gas que contribuye al cambio climático. Continuaré con el análisis de este importante tema la siguiente semana.

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