Frecuentemente el presidente de Estados Unidos Donald Trump acostumbra a decir que el resto del mundo “nos han saqueado” que se han aprovechado de su país y que los ha llevado a tener déficit de comercio exterior, menos industria, menos empresas y menor crecimiento económico y que eso “ya no sucederá otra vez” y de ahí que justifica los aranceles que ha impuesto a la mayoría de los países.
Ha establecido altos aranceles a China “por la falta de respeto hacia EUA”. Los déficits de comercio exterior que EUA tiene con China y con muchos otros países, no son derivados a la falta de respeto, sino son resultado del libre comercio que el propio EUA promovió por décadas, donde terminó perdiendo frente a China y otros países como consecuencia de su baja productividad y competitividad, debido a su baja inversión. China tiene décadas realizando fuertes inversiones en ciencia y tecnología y en el impulso de su proceso productivo, a diferencia de EUA y de la mayoría de los países. La inversión que China realiza respecto a su PIB es de 40%, a diferencia de EUA que es de 20.7%. El gobierno de EUA no puede culpar a los otros del déficit de comercio exterior, de su desindustrialización del menor crecimiento y presencia en el comercio internacional, esto ha sido resultado de que han descuidado a su sector productivo por favorecer al sector financiero, tal como ha venido aconteciendo en la mayoría de los países a nivel mundial.
Todos los países sujetos a aranceles han llamado al gobierno de EUA para negociar de manera bilateral, excepto China y EUA espera que ésta también llame. Donald Trump es el que está tomando medidas contra el orden comercial mundial y acusa a China de hacerlo. Este país simplemente reacciona frente a los aranceles crecientes que EUA le impone. China no tiene que hacer como los demás países de llamar para negociar. El gobierno chino dijo que ellos preservarán los logros que han alcanzado, que no se van a doblegar y que no seguirán aumentando aranceles a EUA más del 125% que les ha establecido, sino que recurrirán a otras medidas de respuesta. China que es el principal acreedor de EUA esta vendiendo los bonos del Tesoro de EUA lo que está bajando su precio, con la consecuente alza de la tasa de interés de dichos bonos que afecta las finanzas públicas de EUA.
China tiene capacidad productiva y macroeconómica para contra atacar, por lo que EUA es el que tendrá que llamar para negociar. De hecho, en la perspectiva de mandar señales positivas a China, el viernes 11 de abril el gobierno de EUA ante reclamos de empresas estadounidenses afectadas por su política excluyó de aranceles a los teléfonos inteligentes, chips, semiconductores y otros productos electrónicos que ellos no producen, por lo que estos productos quedaron fuera del arancel de 125% que le habían impuesto a China y del 10% aplicados a casi todos los demás países.
Por otro lado, Donald Trump cuando anunció los aranceles el 2 de abril 2025, dijo que “el T-MEC es el peor acuerdo comercial jamás hecho”. Señala eso a pesar de que fue en su primer período de gobierno el que lo firmó. Hay que aclarar que si México tiene superávit de comercio exterior con EUA es debido a que las empresas exportadoras triangulan. Importan insumos de China y Asia, aprovechan la baratura de mano de obra en México y la ventaja de localización de ser vecinos del principal mercado del mundo. Tal situación ha generado que México tenga superávit comercial con EUA a cambio de tener déficit comercial con China, con los países del Sudeste de Asia y Europa. Cabe señalar que las vitoriosas del T-MEC han sido las empresas estadounidenses ubicadas en México, que remiten grandes ganancias a su país de origen y de hecho EUA tiene un gran superávit en servicios, donde se ubican las transferencias de recursos derivados de las ganancias de sus empresas que están en el exterior, como por lo que reciben por las inversiones financieras que realizan en México y en el resto del mundo.
Ha sido EUA el que ha crecido a costa del resto del mundo, debido a que el dólar es la moneda de curso legal internacional. Todos demandan dólares para realizar sus transacciones comerciales y financieras, como para sus reservas internacionales. Ello le ha permitido a EUA trabajar con déficit fiscal y déficit de comercio exterior y por lo tanto crecer. No por nada Trump ha señalado que pondrá aranceles de 100% a los países que no usen el dólar en sus transacciones comerciales y financieras, refiriéndose a los países de los BRICS, que están usando sus monedas y no el dólar en sus transacciones económicas. Al demandarse cada vez menos el dólar en el contexto internacional, EUA tendrá que ajustar su déficit fiscal y del sector externo, lo que terminará frenando su dinámica económica.
Los aranceles que está estableciendo al resto de los países, reducirá el comercio de estos países con EUA por lo que demandarán menos dólares para comprarle, lo que terminará afectando al propio Estados Unidos. Ello lo llevará a tener que flexibilizar su política arancelaria para evitar caer en tal situación y además para impedir que muchos países busquen integrarse a los BRICS buscando mejores condiciones comerciales y financieras. En las negociaciones que establezca con los países, el gobierno de Trump bien sabe que no los puede llevar al límite del estancamiento, pues al no crecer el resto del mundo más se afectará la economía estadounidense. Bajo este principio, y al tener finalmente que ceder en las negociaciones comerciales, EUA no podrá reducir el déficit de comercio exterior y volver a crecer como pretenden.
La demanda de dólares seguirá por parte de aquellos países que tienen deuda en dólares y el problema es que, al caer las exportaciones de estos países por los aranceles, tendrán menos dólares para cubrir el pago de su deuda, lo que aumentará los problemas de incapacidad de pago y tenderá a afectar a la banca acreedora estadounidense. Ésta, para no afectarse, obligará a los países que caigan en insolvencia a vender sus sectores estratégicos para que cubran el pago de su deuda, tal como ha venido aconteciendo.