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viernes, 9 mayo, 2025
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Víctor Ruiz Pazos. El silencio del sonido de la última nota

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Por: PASCUAL BORZELLI IGLESIAS •

La Gualdra 440 / Música

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Muere en las horas del Jazz. Temprano, el amanecer, pero temprano. Sobre todo, para quien disfruta del tiempo donde la mayoría intenta descansar y los otros, los del encuentro, los del clan, los del grupo, los diferentes se reúnen para ser, para entregarse a sí y a los otros, momento difícil para ocultar y ocultarse. A esas horas, en la soledad, en su soledad, Vitillo tocó su última nota.

Estaba en la casa, la de ella, desde hace poco tiempo también era suya; casa de su niña, la que provocaba el brillo de sus ojos; ella, que heredó el talento y toque musical en su voz que expresan las notas que tanto le escuchó decir a su papi. Ejecutó con maestría y perfección, su sello, la última nota de su existencia; su vida desde esa madrugada permanecerá con ella y con todos los que tuvieron el privilegio de estar cerca de Vitillo.

Víctor Ruiz Pazos era conocido como Vitillo. Nació en Veracruz en los albores del siglo XX, ciudad de la que salió en su segunda década a conquistar un lugar en la música; esta lo llevó a recorrer el mundo y en México, con maestría, creación y sonidos con el contrabajo en la música popular y el jazz moderno, tuvo un destacado y bien ganado lugar.

Durante casi 4 años, los domingos, participamos en el programa Picadillo Jam, de Andrés Rosales, al que llegaba con la puntualidad de la música, nunca antes ni después, siempre en el momento. Compartimos tiempos y charlas sobre sus dos pasiones: la música y las mujeres; de igual intensidad los otros: la comida y las bebidas. Dice Andrés, su más entrañable amigo de los últimos años, al recordarlo: “sus palabras parecían cursos, enseñanzas de los diferentes tipos musicales, de la historia de su desarrollo en nuestro país; las anécdotas contadas, como se dice en términos culinarios, eran con mucho sabor y sazón.

En el programa de radio convivimos -solo por mencionar a algunos personajes- con Ricardo Benítez, flautista de origen cubano; Roberto Arballo, Betuco, arreglista, director musical y guitarrista; y con Héctor Infanzón, pianista, quien afirmó el día que Vitillo murió: “… es un día muy triste… ha partido un grande de la música en México. Nos deja un enorme vacío en el medio musical y en nuestro corazón”.

Para el periodista Víctor Manuel Torres, es el músico que tocó con Pablo Beltrán Ruiz y Luis Arcaraz y con otras orquestas, fue llamado el mejor contrabajista de México en su momento, y participó, como músico de estudio, acompañando a María Medina y José José. Enrique Gil, programador de la estación de radio Horizonte, con quien compartió grandes momentos, comenta que sus pasiones eran la charla, las anécdotas con estudiantes y de su labor en el sindicato de músicos, su defensa permanente; además en su interés no solo estaba la música, la mujer, la vida… allí la comida y la bebida ocupaban un lugar preponderante: salir a comer con Vitillo, fuera a un restaurante o puesto de antojitos, era un agasajo por las anécdotas que relataba. En el ámbito internacional destacan sus actuaciones con figuras del jazz, como Chilo Morán, Louis Armstrong, Henry Mancini y Wynton Marsalis. En el 2013 realizó un disco con temas de su autoría y con el acompañamiento de amigos y profesionales del jazz titulado Víctor Ruiz Pazos.

Mención especial merece Paloma Ruiz, su hija, me la presentó en abril del año 2017. Percibí desde ese momento en la mirada de Vitillo el cambio en sus ojos; al solo mencionar su nombre, Paloma, brillaban con más intensidad. Para ella, Vitillo, su padre, fue su “razón de ser, de estar, de vivir…”. Descansa en paz, Vitillo.

Ciudad de México, 9 de julio de 2020

 

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_440

 

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