Urge la autocrítica del movimiento actual de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), de sus dirigentes. ¿A caso, no son los intelectuales de la táctica y la estrategia? A todas luces, sus demandas están mal enfocadas. La abrogación de la Ley del ISSSTE del 2007 no tiene por qué ser un dogma. Se trata de garantizar una jubilación con el 100 por ciento del último salario e incrementos cada que aumente el mismo. Eso ya se cumple. La demanda del 100 por ciento del salario no es razonable. Pero, se trate de no resolver.
Días pasados hablé del infantilismo expresado en inmadurez política, su ultraizquierdismo, el uso de métodos tradicionalmente artesanales de protesta, arcaicos, beligerancia que raya en vandalismo, delincuencia y violencia. Sin embargo, no se les criminaliza. Hay una realidad de libertad para manifestarse, expresarse y atención, consideraciones y búsqueda de acuerdos por la vía del diálogo. Qué mejor que hacer alianza estratégica con un gobierno que los escucha, los atiende y muestra disposición de avanzar en mejoras gremiales, educativas y de transformación social.
Aprendamos a no mentir, a hablar con veracidad. Igual, la realidad no se presenta pura y transparente. Si así fuera, ¿para qué el análisis? ¿Qué caso tendría la existencia de la ciencia? Los paristas mal “argumentan” que Sheinbaum prometió, y “sin que nadie se lo pidiera”, la abrogación de la Ley del ISSSTE de Felipe Calderón. Dicen que, si la presidenta no lo hubiera prometido, “… quizá los maestros no estaríamos en movimiento…”. ¿Por eso reclaman después de 18 años?
Preguntan “El Combativo” “órgano de agitación y propaganda” (29/V/2025 Sección 22 de la CNTE): “¿No fue Claudia Sheinbaum quien se comprometió públicamente a derogar la ley del ISSSTE 2007?… La CNTE no está exigiendo más de lo que el propio gobierno prometió. Pero ahora que demanda el cumplimiento de esos compromisos, se le desacredita, se le ignora o se le criminaliza…”
No soy zalamero, pero la presidenta no los denosta, ignora, criminaliza, a nadie acusa o persigue por manifestarse. Mantiene lenguaje respetuoso y diálogo a través de su equipo de gobierno. La CNTE no tiene en sus manos una minuta de acuerdo, cuando menos parcial, porque los dirigentes quieren “todo o, en su caso, todo”.
No hay flexibilidad. Hay intransigencia en los líderes. ¿Falta experiencia? Será que… ¿Hay interés político? ¿Quién se beneficia? ¿Tiene que ver la elección del Poder Judicial? Lo innegable: no buscan puntos de encuentro. No pueden mostrar avances, por minúsculo que sea. Quieren: “todo o todo”. Tal vez nada. Que el gobierno responda: “sí, o sí”. Es evidente, en una negociación se sopesa magnitud, conciencia y fortaleza política de la fuerza que se representa. Basado en lo justo y racional de sus demandas se calcular el respaldo social.
La CNTE es una pequeña parte del magisterio. La presidenta también posee fuerza institucional, legal, política, cuenta con credibilidad y con un enorme respaldo social. Entender eso es básico en un dirigente político o sindical.
La fortaleza de un dirigente radica en el liderazgo, visión del contexto, proyección programática, demandas sentidas y factibles, creatividad en la conducción y habilidad negociadora. La improvisación es escasa, la unidad y la disciplina se fundan en la información verídica, en la conciencia de sus agremiados. Nada de eso suceder en la actual lucha de la CNTE.
Dicen el órgano “de agitación y propaganda”, del fallido boicot a la mañanera, en la que maltrataron a periodistas: “La CNTE no agrede, exige justicia, lamentamos que el gobierno utilice un evento puntual para cerrar el diálogo con una de las organizaciones sociales más representativas del país”. El diálogo nunca se ha cerrado. La práctica dice que no lo quieren.
Los hechos dice que la CNTE no quiere acuerdos. Ni siquiera parciales. No podrán reclamar acuerdos que no tienen. Entonces no representa a sus agremiados. Los usan (malditos aquellos que con sus palabras defienden al pueblo y con sus hechos lo traicionan.) La presidenta cuestionó: “¿Por qué tomar el Palacio Nacional, boicotear la mañanera para presionarme al diálogo cuando ya estaba acordado?”. Repitieron la misma práctica; la comisión negociadora entró a la SEGOB, mientras dialogaban afuera intentaron derribar la cerca para entrar e impedir posibles acuerdos.
Dice el documento: “la CNTE no agrede…” Los hechos dicen otra cosa en Palacio Nacional, INE de Oaxaca donde con tubos y piedras agredieron a policías. Lo hicieron en Gobernación, SNTE y Secretaría del Bienestar del DF. No son hechos aislados. ¿Es táctica? O, ¿No hay liderazgo? El dirigente de la sección 22 del SNTE, en la reunión de las 9 de la noche del 5 de junio aceptó, con micrófono en mano, que esas prácticas de vandalizar y violentar es parte de sus métodos de lucha.