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jueves, 12 junio, 2025
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No es suficiente marchar este 2 de octubre, tenemos que organizarnos, señala estudiante

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

■ Común, observar que protestas son producto de la efervescencia

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■ También el 2 de octubre está manchado con sangre de normalistas

“En México tenemos muchos 2 de octubre que se han olvidado, muchas fechas de masacres que se han perpetrado por parte del Estado, de caciques, de empresas, contra sectores de la sociedad: trabajadores, estudiantes o migrantes, y los hemos olvidado”, afirmó Ana Lilia Félix Pichardo, estudiante de Letras en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).

Sin embargo, marchar no es suficiente porque el 2 de octubre institucionaliza una lucha perdida. “Vayamos a marchar, pero no sólo salgamos a gritar, pero no solamente eso, recordar nuestros muertos, pero para seguir luchando por ellos y por los que siguen matando, por los campesinos despojados de tierras, por cada estudiante desaparecido, y lo que tenemos que hacer es organizarnos ahora”.

Desde su punto de vista, ahora lo que importa es qué hay más allá de la marcha, las pancartas o los discursos, mostrar que la sociedad está en proceso de construir movimientos organizativos reales que no se miden mediante el llenado de zócalos o plazas públicas.

En la actualidad es común observar que las protestas son producto de la efervescencia que genera algún acontecimiento pero, como la espuma, crece y termina. Eso ha caracterizado a las movilizaciones estudiantiles, pues se han creado bajo coyunturas específicas.

El problema reside, indicó Félix Pichardo, en que el sistema educativo y planes académicos de todos los niveles se han orientado a que haya menos personas que cuestionen al Estado y prácticas que preservan, como la desaparición de estudiantes, el asesinato de campesinos o el encarcelamiento de líderes sociales.

La Universidad ahora es víctima de políticas educativas orientadas a la despolitización de los individuos y los jóvenes y como consecuencia estos carecen de pensamiento crítico, sin cuestionar la realidad.

“Y no solamente en las universidades, porque en todos los niveles educativos la currícula se orienta a que no haya debate y no haya pensamiento autónomo de los estudiantes. No es nada fortuito que ahora no nos organicemos y que en el 68 los mismos maestros y hasta el rector salían a marchar”, expuso.

En ese sentido, aunque haya pocos que van más allá de las marchas, eso “es ganancia, porque quiere decir que están rompiendo las barreras del sistema educativo reproductor de la violencia”.

“Lo que tenemos qué cuestionarnos es cómo después de esa efervescencia vamos a mantener una nueva organización no inmediatista, porque quienes pensamos que esto puede ser diferente le apostamos a cambios a largo plazo”, añadió Félix Pichardo.

Recordó que tiempo atrás el Estado era un “ogro filantrópico” que daba todo a la sociedad que a la vez castigaba y apapachaba, pero ahora esa estructura no es más que un mediador entre el gran capital y los explotados, como ocurre con la gran minería o con la industria del narcotráfico que “también es de capital variable”.

Por último, concluyó que el 2 de octubre tiene un nuevo significado porque ahora “está manchado con la sangre de los normalistas caídos o desaparecidos el 26 de septiembre del año pasado”.

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