Se generan festivales de distinta índole que sólo benefician a los visitantes: académico.
En las colonias y barrios populares impera la inseguridad y no hay espacios para recreación.
La estrategia de promoción del turismo cultural y la mercantilización del patrimonio cultural de Zacatecas, ha generado una segregación socioespacial en donde anidan esquemas de reproducción familiar precarios sin acceso a la cultura, afirmó Humberto Márquez Covarrubias, docente investigador de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
Según expuso, el reconocimiento del casco colonial del Centro Histórico de la capital como Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de la Unesco, ha tenido como consecuencia el establecimiento de un conglomerado de comercios destinados únicamente para turistas o para la población local con cierta capacidad de compra.
Recordó que, a partir de ese reconocimiento, los gobiernos estatales comenzaron la inyección de fuertes cantidades de recursos públicos para generar una oferta cultural turística basada en festivales de distinta índole y en la creación de infraestructura para diversos eventos, pero ello solamente ha beneficiado a hoteleros, agentes de viajes o restaurantes.
Entonces, de acuerdo a Márquez Covarrubias, esa estrategia “no está generando una vocación cultural en la mayoría de la población zacatecana, pese a que varios de los festivales se han configurado para públicos más exigentes”.
En contraste, el académico afirmó que en las colonias y barrios populares impera la inseguridad y en ellos no hay espacios para la recreación, el esparcimiento o para el acceso a la cultura, lo cual indica que las políticas en materia cultural tienen restricciones en términos espaciales y territoriales.
El problema reside, agregó, en que los gobiernos locales promueven indistintamente el proyecto neoliberal y solamente se constituyen como instancias facilitadoras de la inversión privada primordialmente con el argumento de fomentar el empleo y el crecimiento económico, lo cual impacta de forma directa en el ámbito cultural y turístico.
En otros sectores productivos, los gobiernos solamente se han dedicado a ofrecer paquetes atractivos para los inversores foráneos, para lo cual se les brinda una dotación suficiente de terreno para uso industrial, acceso a la infraestructura carretera, hidráulica y a fuentes de energía eléctrica, además de exenciones fiscales, según explicó Márquez Covarrubias.
“Esta forma de promoción de la inversión se avoca a la producción de fuerza de trabajo barata y no a la gestación de procesos de aprendizaje o formación de capacidades tecnológicas ni la articulación de cadenas productivas regionales”, expresó.
Es decir, la estrategia para el desarrollo económico y para la promoción del turismo cultural no está beneficiando a la mayoría de la población y solamente los consorcios y empresarios han sido favorecidos.
