Las instituciones de educación superior pueden colaborar mucho en sobrellevar los objetivos de la contención de la pandemia. No sólo en el sentido de suspender clase para evitar la propagación del virus, sino en forma proactiva en los medios, estrategias, programas y medidas concretas para la realización de los objetivos. Hacer algunas impresiones tridimensionales lo han hecho alguno particulares que cuentan con la tecnología, o poner a disposición pequeños espacios, es algo que se agradece, sin duda, pero es insuficiente. Las universidades tecnológicas pueden elaborar diseños para tener un mínimo de distancia en los lugares públicos como bancos, centros comerciales o rutas de camión. Asesoría y fabricación de gel. Elaborar los modelos matemáticos de avance de la epidemia en el estado y observar dónde es necesario poner mayor atención.
Especialmente los municipios están necesitados de apoyo: en salud pública, desinfección de lugares de conglomeración y educación de la población en el manejo de la pandemia. Una de las áreas más sensibles es la información certera sobre cómo evitar los contagios y la comprensión misma de la situación en la que nos encontramos. El hecho de que una parte de la población se comporte como si nada pasara, se debe a procesos de desinformación, efecto de la acción televisiva y las redes sociales. La garantía de las instituciones puede ayudar a la guía creíble de la información operativa y conocimientos científicos que oriente la acción de las personas. Si las instituciones hacen un programa de televisión por Internet que difunda campañas de formación y conciencia sobre el tema, puede impactar en el comportamiento de la población. Ante la posibilidad de que las instituciones oficiales sean rebasadas por la magnitud del problema, es por eso que se hace esencial la participación y compromiso de las instituciones de educación superior en la contención de la pandemia. ¿Pero qué observamos? ¡Están de vacaciones! Sus autoridades están dormidos, modorros o postrados.
La economía del estado sufrirá impactos negativos de largo plazo. Sabemos que hay algunos investigadores trabajando en modelos de Economía de Resguardo, pero son más esfuerzos aislados de grupos de académicos, que iniciativas institucionales. No vemos a los rectores y directores de las IES en procesos de conducción de iniciativas programadas en coordinación interinstitucional con el gobierno del estado o los municipios para programar cogestión de actividades en todas las áreas del saber. En la Seduzac existe un espacio administrativo que se encarga de relacionarse con las IES, pero no está activo. La Seduzac es algo más que la docencia en educación básica. Es cierto que el actual gobierno federal ha ninguneado a las universidades en general, pero estas últimas deben tener la iniciativa para demostrar que la percepción que pesa sobre ellas es falsa: que son útiles, necesarias y vitales para el desarrollo de los estados y el país. La actitud actual de las IES, por lo pronto, ha dejado mucho que desear: mientras el estado las ocupa, ellas se retiraron cómodamente a su casa.
