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jueves, 28 marzo, 2024
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Consenso ¿democrático?

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Por: Carlos Eduardo Torres Muñoz •

En democracia la primera regla, es respetar las reglas del juego. Este consenso parecía existir hace algunas décadas ya en México, desde todos los cuadrantes políticos e ideológicos. Estas reglas, las del juego democrático, sí a lo que aspiramos es al modelo más elevado de democracia, la constitucional, son básicamente doce, divididas en dos: las procedimentales, descritas por el filósofo italiano Norberto Bobbio y otras seis, de orden constitucionalista. Las primeras a saber son: que todos los ciudadanos mayores de edad, sin importar raza, religión, condición económica y de sexo, gocen de derechos políticos; que el voto de cada ciudadano tenga un peso igual al del resto; todos los que gocen del derecho de votar, deben poder hacerlo según su propia determinación con libertad; esta libertad debe verse objetivamente posible a partir de que el ciudadano pueda optar entre varias opciones para elegir; para toda decisión colectiva, incluidas las elecciones, debe prevalecer la regla de la mayoría numérica; y, ninguna de estas decisiones mayoritarias puede limitar los derechos de ninguna minoría.

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Las segundas, las reglas del constitucionalismo moderno: El reconocimiento de derechos fundamentales y su inviolabilidad e imposibilidad de vulnerabilidad de éstos; la división de poderes como principio organizacional del Estado, tanto en su modelo tradicional, a partir de las funciones legislativa, ejecutiva y judicial, como en los órganos constitucionales autónomos; el principio de legalidad, como criterio de actuación del poder frente al derecho que lo norma; el principio de supremacía constitucional y la característica “invasora” de dicha norma suprema; el principio de rigidez constitucional y las garantías que ello implica para la estabilidad del sistema jurídico a partir de la propia Carta Magna; el principio de control de constitucionalidad, en la que se practica dicha característica de interpretación constitucional en cada acto jurídico del juez, consolidando la “invasión constitucional” a toda norma secundaria1.

Es muy claro que cuándo menos la última de las reglas de Bobbio y de manera indirecta, las segundas, fueron violentadas por la determinación que recién ha tomado la Legislatura de Baja California, desafortunada, inconstitucional y violatoria de todo acuerdo democrático que permita certidumbre sobre la imparcialidad de las normas. En aquél estado norte, en el que en 1989 inició la alternancia política en serio en nuestro país, y que en Lomas Taurinas, se derrumbó, junto a un candidato, el sistema político mexicano, parece iniciar también un lamentable y condenable retroceso.

Pareciera ser que para desmantelar las instituciones que deben enorgullecer a los bajacalifornianos, y la propia historia reciente de esa entidad, hubo un triste consenso “democrático”, una muestra más de que la democracia no se milita a las mayorías, ni a simples requisitos procedimentales, sino también sustanciales. Allá la oposición demostró lo que hoy es en todo México: una vergonzante caricatura. Según se puede inferir (Proceso, 2228), Morena obtuvo tres años más de gubernatura, a cambio de ceder la Auditoría Superior del Estado al PAN y la Comisión Estatal de Derechos Humanos al PRI. Dejemos de cuarta, eso de transformación no tiene nada. Es la costumbre de la que la ciudadanía se hartó y botó (a través del voto) en las pasadas elecciones, allá y en México entero. Parece ser que se equivocaron.

Sin embargo, es alentador que tres de los actores que forjaron y provocaron lo que hoy conocemos como transición, mantengan ese consenso democrático: tanto Porfirio Muñoz Ledo, hoy presidente del Congreso, como Cuauhtémoc Cárdenas, líder moral de las banderas democráticas a finales del siglo pasado, y la entrañable Maestra Ifigenia Martínez, se han manifestado sin cesiones, contra la desafortunada situación del estado norte. Ojalá que además de ellos, los partidos políticos asuman la responsabilidad de los actos de sus militantes, más allá de la expulsión, que seguramente ni el sueño les quita: quien asume un voto de esa calaña, seguro está dispuesto a pasar un buen rato en la banca. Vengan ya las acciones de inconstitucionalidad.

@CarlosETorres_

1 Esta nota corresponde a la tesis que presenté para obtener el Título de Licenciado en Derecho: La transición política y la construcción del Estado Constitucional de Derecho en México, haciendo eco, por cierto, de un texto de Lorenzo Córdova, actual Consejero Presidente del INE.

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