No se trata “simplemente” de hacer “mejor las cosas”,
sino de hacerlas dejando a su paso una huella histórica,
marcando en la historia del país un punto de referencia,
algo nuevo, transformador al punto de que México sería
uno y otro después de esa cuarta transformación.
Andrés Manuel López Obrador
La Jornada, 17/sept/2018 p. 30
Andrés Manuel López Obrador, presidente de la república electo y próximo a tomar riendas de este país, ha lanzado las campanas al vuelo, discursivamente pregona el inicio de lo que será la cuarta transformación, antecediéndole la de independencia, de reforma y de la Revolución Mexicana; además de ello, así como las tres transformaciones anteriores, esta cuarta hará historia-así lo hace saber el citado presidente electo-. Creo que esto es una ilusión en tanto demuestre que no se trata de algo imaginario o engañoso, es un compromiso muy difícil de cumplir dada la situación de crisis en la que se encuentra la actual sociedad mexicana.
Los puntos de vista sobre esta propuesta de transformación de parte de los críticos, detractores y hasta enemigos del hoy presidente electo, así como de quienes comparten esta idea, no se han dejado esperar, consideran al futuro mandatario desde un hombre visionario hasta uno que hace planteamientos y propuestas irrealizables. Cierto que siempre sucederá que “los opositores a AMLO no descansarán para criticar todo lo que se diga o se haga y también lo que no” (la jornada, 17/sept/2018, p. 30); cierto también es el hecho de que en esta cuarta transformación anuncian toda una serie de acciones de forma tal que, así como las plantean, ponen a temblar a muchos funcionarios y exfuncionarios dado que han sido señalados por conductas y acciones ilícitas.
El común denominador de la transformación son los foros que a nivel nacional se han promovido, tomo como referencia a los foros que en materia educativa se han realizado en el cincuenta por ciento de los estados de la república, realmente en la mayoría de ellos ha dejado mucho que desear puesto que solo lo que priva es la pose política, la indiferencia, el rechazo y hasta la confrontación. Su organización no es la adecuada toda vez que no ha habido claridad ni siquiera en la convocatoria, así no será posible construir un buen proyecto educativo toda vez que lo único que se ventila es el nivel de rechazo que se tiene hacia las autoridades gubernamentales, educativas y sindicales.
Si bien es cierto para muchos de los ciudadanos este futuro cambio es una esperanza para la transformación que tanto se ha anunciado, también lo es el hecho de que han implementado acciones que solo hablan de una democracia simulada mas no de una participativa; no se vislumbra todavía con claridad esa cuarta transformación, ni se hace saber que el cuarto poder será el del ciudadano toda vez que se requiere para ello un cambio de usos y costumbres. Si la educación es prioridad para el nuevo gobierno, lo que se podría esperar es que no solo se le dé formalidad para hacerle saber a la sociedad que existe interés por fortalecer a este sistema, algo que es cierto, es que el gobierno debe dejar de asumirse como estado educador y dejar en manos de los docenes y padres de familia esa tan importante función.
A la fecha, los maestros no han sido tomados en cuenta como debiese para generar transformaciones de fondo al sistema educativo, solamente generan procesos que surgen de lo que normativamente se impone para enajenar y someter a quienes realmente pueden hacer aportes de gran valía y así darle el rumbo adecuado al sistema educativo; creo que esta es una de las mejores vías para darle credibilidad a las decisiones que se tomen en torno a este gran cometido institucional. Con los planteamientos y acciones del futuro gobierno hacia la construcción de un nuevo proyecto educativo, se vislumbra la exclusión de los maestros, situación que todavía hace que se vea como incierto el rumbo que se le dará no tan solo al sistema educativo mismo, sino a la sociedad en general.
Uno de los grandes retos a vencer, es el dejar de comercializar con la educación, toda vez que este es el principal factor que ha provocado toda esta revuelta en el sistema educativo, la rebeldía de los maestros fue en escala ascendente al notar la aberración gubernamental por entregar este gran sector a la voluntad de la voracidad neoliberal, argumentando que ese era un acto democrático, sí, pero solo de unos cuantos. En sí, si seguimos hablando de una nueva reforma educativa, en ella no deben participar quienes fueron artífices en la construcción de la actual reforma, ni el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, ni el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación ya que estos han estado vinculados con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y los empresarios voraces. ■
