En la búsqueda de propuestas de aquellas personas que trabajan el tema de la seguridad, es que se llevó a cabo un foro para escuchar a todos los interesados en exponer una idea que emprenda una solución al complejo problema: un foro de este tipo es como un archipiélago de ideas o, mejor dicho, como un rompecabezas. Hay desde aquellos que ponen en la mesa una manera de enfocar el problema, otros algunas condiciones de la circunstancia del mismo, propuestas de implementación, formas de medirlo, los obstáculos en la innovación, hasta propuestas de medidas para actuar en caso de una agresión o secuestro. Es como tener el mapa de un programa: debe contener un diagnóstico, una medición, metas, estrategias, ruta crítica e indicadores de gestión. Pues en el foro de ayer hubo de todo un poco, por ello dicho evento fue como estar ante una mesa de rompecabezas. No podía ser diferente. Pasaré la mirada por esa mesa.
Una participación hizo mención de la circunstancia de la ingobernabilidad: si el Estado (a través de las políticas y reglas) pretende regular comportamientos, y estos se resisten a ello, resulta que no lo está logrando. Y si el Estado no logra regular la conducta cívica de la población, pues en realidad no está gobernado, estamos en plena crisis de capacidad de conducción. Una muestra evidente de dicha crisis es la inseguridad que vivimos. La clave, por tanto, es recuperar la capacidad perdida. Con ello, la inseguridad debe desaparecer. Otro ponente puso los dedos en la llaga de los programas de Prevención del Delito existentes (sobre todo en los municipios): no son realmente de prevención, nidos de corrupción, actividades irrelevantes y vacías. El resultado es el fracaso en la tarea preventiva en Zacatecas.
En este contexto, es de hacerse notar que los partidos políticos (excepto uno) no participaron. Se les invitó formalmente a todos (firmaron de recibida la invitación), pero no asistieron. Es especialmente significativo esta omisión, porque se trata de los sujetos que pretenden conducir los destinos públicos del estado, y en cada campaña prometen que resolverán nuestra perenne exigencia de contar con seguridad. Pero no asisten a decir cómo lo harán, cuáles políticas pondrán en marcha, con qué estrategias y cuáles recursos. Pues nada. Ni siquiera asistieron. Son una manada multicolor de demagogos. Sólo eso. No tienen idea de qué hacer y únicamente prometen ilusiones para llegar al puesto. Desde Felipe Calderón la lección fue: “era mejor que no hubieran hecho nada”. En esta campaña que empieza, con toda certeza, veremos las mantas donde nos invitan a votar por ellos porque nos prometen la ansiada seguridad. Basura.
Los asistentes al foro, académicos, de algunas dependencias gubernamentales y de la sociedad civil, continuaron su recorrido por la mesa del rompecabezas. Uno de ellos centró su reflexión en la relación entre seguridad humana y desarrollo humano: el paradigma creado por Amartya Sen puede ser la clave para el desarrollo integral, con lo cual los procesos de violencia deberán desaparecer. Otros observan el problema desde los estudios urbanísticos: el urbanismo social muestra cómo la estructura de la ciudad está distante y desconectada entre sí, pero la cual hay manera ‘de remendarla’. También apareció la preocupación por los desaparecidos y las familias que en la angustia necesitan que sus familiares emerjan vivos o no, pero aparezcan.
La salud mental también estuvo presente, el enfoque de riesgo de la epidemiología de la salud mental pública. La ausencia de políticas de salud mental ha generado que se agraven los temas de violencia. Por tanto, en toda estrategia que pretenda atacar el exceso de violencia en la sociedad debe atender este tópico de la salud pública. Al poco tiempo teníamos a unos jóvenes presentando una aplicación para celular que ayuda a la localización en caso de emergencia, en varios casos: en la toma de transporte público, en la necesidad de denunciar delitos menores a través de plataforma virtual y el aviso geo-posicionado ante inminente peligro. Se les veía entusiasmados y creativos. Del mismo modo psicólogas clínicas daban la información de los resultados sobre bienestar psicosocial de la policía de Fresnillo; y tenían un hallazgo: los ritmos de trabajo se convertían en los factores de la mala calidad de su servicio, por ello, requieren se modifiquen esas estructuras laborales. No podía faltar el estudio de la economía del delito: se analizó el caso de Zacateca desde la teoría del incentivo del delito, los costos de oportunidad y la maximización de las utilidades de las actividades delictivas. Con estos análisis se ubica con cierta precisión qué cosa hay que hacer: cómo desalentar los incentivos al crimen.
Como podemos observar se mostró la complejidad del problema de la inseguridad: los factores jurídicos, económicos, psicosociales e institucionales de las actividades delincuenciales. Hubo aportaciones para tomar en cuenta en el diagnóstico del tema, pero también de la estrategia y en la forma de evaluación de la misma. Ahora el trabajo está en el equipo que sistematizará las ponencias alrededor de un solo documento, sobre la base de una propuesta inicial que hace posible reunir los distintos elementos y preocupaciones en una sola propuesta general de programa socio-gubernamental de Seguridad Ciudadana. Darle utilidad tanto a la energía social desplegada en las marchas, como a los esfuerzos analíticos del foro y de aportes por fuera de estos. Lo importante es que todo el esfuerzo tenga un resultado práctico expresado en una vida con mayor certeza para los zacatecanos. El esfuerzo va caminando, los únicos fuera de esta ruta son los partidos políticos. Si la delincuencia camina, la esperanza también lo hace.
