Es evidente que Zacatecas depende de los recursos que recibe de la Federación. Según la Ley de coordinación fiscal, el Gobierno Federal recauda gran parte de los impuestos y después los distribuye de acuerdo con ciertos criterios. Son tres rubros esenciales de reparto: participaciones, aportaciones y proyectos especiales. Las participaciones dependen sobre todo del comportamiento del PIB de los estados, las aportaciones tienden a incrementarse por los indicadores de marginación, y los proyectos especiales dependen de las justificaciones estratégicas para detonar procesos de desarrollo del estado o región del país en cuestión.
Si en Zacatecas aspiramos a incrementar las participaciones debemos hacer crecer la economía. Se supone que a mayor producto bruto es mayor la captación de impuestos a la renta y al consumo, y por tanto debemos recibir más recursos por ese concepto. Las aportaciones estarán cubriendo necesidades de educación, salud o infraestructura, pero es el propio Gobierno Federal el que aplica esos recursos. Así las cosas, la ruta para el estado es elaborar estrategias de crecimiento económico, en las cuales se contemplen obras detonantes que se puedan pactar con Gobierno Federal. Sin embargo, constatamos que sí hay algunos proyectos planteados, como el caso de ciertas carreteras, y no fueron contempladas para el Presupuesto 2022. El grueso de proyectos especiales se concentró en el sur del país. No negamos que el sur requiere más recursos por motivos de equidad, empero, Zacatecas es un estado igual de pobre que los del sur. No somos parte del ‘norte rico’.
Ahora bien, incrementar el PIB no es algo que ocurra de un año a otro: son procesos lentos. Y en un cambio de administración, la cosa es más compleja. La elaboración de proyectos estratégicos debe pasar al menos un año del nuevo gobierno. ¿Y mientras tanto? ¿Por qué aparece Zacatecas en el presupuesto 2022 con tantos recortes y limitaciones? ¿Los pobres de Zacatecas son diferentes a los pobres de Oaxaca o Tabasco?
Así las cosas, los zacatecanos reclamamos apoyo de Gobierno Federal para los gastos esenciales de final de año y para financiar los procesos de desarrollo. Un elemento esencial para la gestión es que se vea rumbo, una ruta racionalmente justificada para ver la luz al final del túnel. En otras palabras: si hay una ruta a la luz, la gestión puede ser efectiva. El otro ingrediente es la fuerza que se logre acumular en el Congreso de la Unión. En estos casos dependemos de la acción conjunta, coordinada y efectiva de los legisladores en la negociación del presupuesto presentado por el Ejecutivo. Por lo pronto, la declaración del presidente, en el sentido de apoyar el problema de la nómina magisterial es un avance. Pero quedan pendientes de peso sin solución. Un rubro que debe acelerarse lo constituye el ingreso propio con los llamados ‘impuestos ecológicos’ y revisar la posibilidad de una serie de impuestos especiales por afectación a la salud. En suma, es vital contar con un plan factible de gestión junto al plan de desarrollo estatal.
