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jueves, 28 marzo, 2024
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La biblioteca del ICAZ y de la UAZ, breves de la historia 1 | Parte (1/2)

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Por: Juan Manuel Rivera Juárez • Elva Cabrera Muruato •

En 1960 a fin de estructurar debidamente un sistema funcional en la biblioteca del Instituto de Ciencia Autónomo de Zacatecas (ICAZ), se becó al alumno Manuel Portillo Yáñez para que efectuara estudios en la Biblioteca Nacional del Distrito Federal. Con la supervisión del director de la misma, el Dr. Manuel Alcalá y bajo las estrictas ordenes de Don David N. Arce, el becado recibió durante tres meses un curso intensivo. Concluida la capacitación, Portillo Yáñez se reintegró a la biblioteca del ICAZ, con el nombramiento de Director e inició los trabajos de organización.

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El trabajo bibliotecario inició con la integración metódica de los volúmenes que conformaban el acervo bibliográfico del Instituto, durante el proceso el Director Portillo  identificó la inexistencia de un gran número de ejemplares registrados como parte de los bienes culturales. Como acción consecuente de informar al Rector del ICAZ, el Lic. José Abraham Torres Viramontes sobre los faltantes, las autoridades se dieron a la tarea de recuperar a la mayor brevedad posible los libros sustraídos.

Con la finalidad de estar al día en cuanto a las publicaciones universitarias que se generaban en la República Mexicana y en el Extranjero, se establecieron relaciones con las bibliotecas de otras universidades. La Escuela de Derecho requería una biblioteca especializada que se integró gracias a un generoso donativo del Presidente de la República, Lic. Adolfo López Mateos, un total de 8 mil 278 pesos se invirtió en la compra de libros de derecho y economía. Por su parte la Rectoría adquirió ejemplares de varias editoriales por la cantidad de 7 mil 675 pesos, lo que permitió que la biblioteca de la Escuela de Derecho contará con un patrimonio regular de volúmenes.

En 1962 la función principal de las bibliotecas era poner al alcance de la juventud estudiosa, los libros a los que difícilmente tenían acceso ante un sistema de distribución limitado, el costo por ejemplar e incluso la especialización de los mismos. Hasta ese momento la funcionalidad de la Biblioteca Central en cuanto a consulta había fracasado, era considerable el número de ejemplares desaparecidos, razón por la cual, se realizaron modificaciones sustantivas. Los libros dejaron de estar a la mano del usuario y la biblioteca se transformó en un recinto de lectura bajo un estricto control, se consideró que con esas medidas sería materialmente imposible la sustracción del patrimonio cultural. La Rectoría se proponía adquirir más obras de consulta para las diferentes asignaturas que se impartían en cada una de las Escuelas dependientes de la Institución para fortalecer los acervos.

En 1963 gracias a las gestiones del Ing. Charles J. Veale se logró obtener una donación valiosa, calculada en 250 mil pesos en libros, que fueron destinados a las diferentes bibliotecas. En este mismo año se adquirieron libros para las bibliotecas de Derecho, Ingeniería, Medicina Veterinaria y Odontología por un monto de 150 mil pesos. Respecto a los libros sustraídos de la Biblioteca Central, el Rector Torres Viramontes manifestaba que esperaba que las acciones realizadas por quienes los hurtaron fueran pensadas con el afán de obtener conocimiento y no con el de lucrar.

En el año de 1965 era notoria la diversificación de las bibliotecas del ICAZ logrado una superación constante en todos los órdenes. Las bibliotecas de las Escuelas de Ingeniería, Central, Derecho y Economía habían logrado un aumento considerable en volúmenes debido en gran parte al interés de los alumnos, quienes se habían preocupado por contar con una biblioteca más adecuada a las necesidades del momento. Durante los siguientes años las bibliotecas de las diferentes escuelas acrecentaron sus acervos bibliográficos por la adquisición directa o por los donativos; fue así como se fortaleció el acervo en una primera etapa del ICAZ y a partir de 1968, de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).

En 1975 la Escuela de Medicina Humana dio los primeros pasos para efectuar un intercambio bibliográfico con algunas universidades del centro del país. Unidas en un ambicioso plan, pretendían crear un centro de informática en el Área de la Salud, a efecto de brindar información no solamente a los estudiantes y maestros de la Escuela, sino a cualquier persona interesada en el área. Auxiliados de la vanguardia tecnológica de los años 70´s del siglo pasado e intercambiando información a través de Telex y las diferentes terminales instaladas en algunas bibliotecas de los Estados Unidos de Norteamérica; participaban en el proyecto las universidades de San Luis Potosí, Aguascalientes, Guanajuato y Zacatecas.

En 1980 la UAZ y en particular la Escuela de Ingeniería recibieron un valioso donativo parte del Ing. Jehová Guerrero y Torres, la mayor parte de la colección estaba formada por materiales relacionados con hidráulica, estructuras, concreto, física, matemáticas y construcciones en general, aunque también se podían encontrar estudios sociológicos, económicos y literatura. El Ing. Guerrero Torres, donador del importante acervo nació en la Ciudad de México en 1912, realizó sus estudios profesionales en la Escuela Nacional de Ingeniería (UNAM) graduándose en 1941. Tuvo una fructífera vida dedicada por completo a la ciencia, la técnica, la investigación y la docencia, con muchos reconocimientos nacionales e internacionales.

 

Se parte de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia (LUMAT). Informes:

http://lumat.uaz.edu.mx/; https://www.facebook.com/LUMAT.UAZ; https://twitter.com/LumatUaz.

 

 

Juan Manuel Rivera Juárez

Docente Investigador de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia. LUMAT

 

Elva Cabrera Muruato

Docente Investigadora de la Unidad Académica Preparatoria.

 

[email protected]

 

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