Salvo datos en contrario, la importancia del papel del Estado, en el desarrollo social y económico de nuestra entidad, es acaso, más que la influencia que este ente tiene en el resto del país y en estados vecinos. En Zacatecas, un alto porcentaje de nuestra población tiene una relación económica directa con el gobierno, en cualquiera de sus figuras y representaciones: desde el nivel municipal, hasta los poderes y órganos autónomos (la Universidad, por ejemplo). Para no quedarnos con intuiciones: según el colectivo de investigación México ¿Cómo vamos?, en su semáforo estatal más reciente, nuestro estado se encuentra en el color rojo, en cuanto a porcentaje de la población, ocupada por el gobierno, llegando a la cifra de 5.6%, y aunque, venimos del 6.6% antes del inicio de la pandemia, el número sigue siendo alto, ubicando, como decíamos antes, a la entidad, entre las más altas en este rubro. Si a ello agregamos la influencia que, a través de la facultad reglamentaria, políticas y programas, así como financiamiento, tiene el gobierno en su conjunto, a nivel de desarrollo social y económico, coincidiremos en la importancia que tiene para Zacatecas, contar con un sólido y sustancial Estado de Derecho.
En su libro, Zacatecas, una esperanza el hoy Gobernador Electo, David Monreal Ávila, hace énfasis continúo en cuatro áreas estratégicas del desarrollo: la minería, el turismo, la industria y las actividades agropecuarias. A lo largo de su texto, también refiere, reiteradamente, la importancia de la inversión privada, para detonar dichas áreas; en el apartado Mejora regulatoria y gobierno electrónico, escribe: La función esencial de estas normas es mantener un correcto orden legal, y cuando se realizan de manera eficiente se genera un entorno de confianza y transparencia en donde los ciudadanos, inversionistas e industriales perciben una mayor certeza para establecer nuevos proyectos y negocios.
Es claro que se refiere a lo que conocemos como seguridad jurídica, un valor que conlleva la construcción, consolidación y permanencia, de un Estado que se rija por reglas claras, en el que la discrecionalidad esté acotada y con ello, existan condiciones de certidumbre para invertir y desarrollar proyectos. Todo ello, es una característica inherente del Estado de Derecho, y para ello es fundamenta e indispensable, mecanismos de rendición de cuentas, confiables, serios, oportunos y estratégicamente eficaces. Por ello, desde mi particular punto de vista, Zacatecas, tiene el reto inevitable de mejorar y fortalecer su sistema de rendición de cuentas, a través de un diagnóstico que parta del diseño mismo del Sistema Nacional Anticorrupción, que nace, justamente con la perspectiva de que a la corrupción, no solo se le combate, pues ésta es la tarea post frente al fenómeno, que por cierto, no solo no ha dado resultado (nunca), sino que tendrá siempre áreas ciegas; también en estrategias anticorrupción, es decir, de prevención, a la manera de una política pública, siguiendo su ciclo: identificación de los problemas, diseño de estrategia, implementación y evaluación. En este sentido, en nuestra entidad, aún tenemos mucho por avanzar. Lo escribo y lo digo, desde la propia autocrítica y responsabilidad de formar parte del sistema al que me refiero.
Actualizar y modernizar nuestros mecanismos e instrumentos de participación e incidencia ciudadana, también es un tema que debe ser atendido desde la próxima Legislatura del Estado y la administración entrante. La vocación social del proyecto político que hoy tiene la mayoría en Zacatecas, tiene una fuerte simpatía por la participación ciudadana, el resultado más plausible de ello, sería sin duda, el mejoramiento del marco jurídico y las herramientas institucionales y sociales, a favor de la participación ciudadana.
La seguridad jurídica y la legitimidad democrática, se verán fortalecidas sí mejoramos nuestro marco regulatorio en materia de rendición de cuentas, incluyendo en ésta a las mejores prácticas en materia de apertura gubernamental, transparencia, participación ciudadana, control interno, fiscalización y modernización de la administración pública, y por supuesto, los resultados enfocados a las preocupaciones y demandas, tanto de inversionistas, como de vecinos de cada comunidad, colonia y barrio.
Zacatecas requiere el mejor de los esfuerzos para dar pasos agigantados; podemos coincidir, pues los datos así lo demuestran, con lo dicho también por el Gobernador Electo en su ya citado texto, “somos una isla en medio de una región altamente desarrollada”, por lo tanto, tenemos el reto, de sentar las bases para un desarrollo que con prisa, y para qué éste sea justo, equitativo, redistributivo, y pueda ser con el necesario respaldo de la iniciativa privada, requerimos inherentemente de un sólido, sustancial y real Estado de Derecho. Éste no es posible hoy sin una eficaz rendición de cuentas.
@CarlosETorres_
