La mariguana es un cultivo e industria que ha sabido aprovechar la innovación y las tecnologías digitales.
El 28 de junio la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aprobó la declaratoria general de inconstitucionalidad de una porción normativa de los artículos 235 y 247 de la Ley General de Salud que penalizaban y prohibían el uso lúdico o recreativo de la mariguana. Ahora conviene conocer cómo las tecnologías están transformando la industria cannábica.
Anteriormente, el negocio se vio obstaculizado por la web oscura y el tráfico ilegal de la hierba. Con los negocios legales de cannabis, principalmente en Estados Unidos, los consumidores encuentran productos de mariguana seguros y de calidad, además de que la industria crea nuevas oportunidades de empleo al surgir startups innovadoras, desarrollo de aplicaciones, soluciones tecnológicas, software, plataformas y comunidades en red.
Un estudio de Kisi revela que las ventas de mariguana recreativa alcanzaron 7 mil 300 millones de dólares en 2019; se espera que lleguen a 66 mil 300 millones de dólares mundiales para 2025. Al tiempo que sigue siendo una actividad ilegal en muchos países o a nivel federal en Estados Unidos, cada vez más entidades legalizan el uso del cannabis con fines medicinales y recreativos.
El informe anual de empleos de la industria legal de cannabis 2021 de Leafly reportó un aumento de 32% anual, hasta 321 mil empleos a tiempo completo en Estados Unidos. Sólo en 2020 se añadieron 77 mil nuevos empleos. New Frontier Data estima que la industria del cannabis empleará a 743 mil personas hacia 2025. Algunos de los puestos de trabajo más innovadores que emplea esta industria son científicos de datos, ingenieros, maestros productores, investigador científico y representante de ventas y mercadotecnia.
Durante la pandemia en Estados Unidos los dispensarios fueron clasificados como “esenciales”, como las tiendas de alimentos o las farmacias. Por el confinamiento y para evitar riesgos de contagio, los minoristas recurrieron al comercio electrónico y los pagos digitales para transformar su negocio.
Las tecnologías más innovadoras están siendo utilizadas tanto para el manejo de cultivos en granjas como para un seguimiento inteligente y transparente de la distribución desde la semilla, pasando por la venta final y el análisis de consumo. La tecnología ya cambió la forma como se cultiva, produce, distribuye y consume la mariguana.
Existe un mercado en crecimiento de apps para dispositivos móviles impulsadas por la comunidad y desarrolladas por expertos para saber todo sobre el cultivo y venta de la planta y sus derivados.
Plantíos de mariguana utilizan Internet de las cosas y sensores agrícolas para un cultivo conectado y la manipulación del entorno. Las plantas de cannabis son extremadamente delicadas, requieren mucha atención y son muy sensibles a las fluctuaciones de temperatura, luz y aire, que afectan su calidad y rendimiento. Mediante sistemas de cultivo inteligente, los productores incorporan controles de temperatura y humedad, sensores, riegos programados, ciclos de luz y más para garantizar condiciones óptimas para las plantas.
La extracción automatizada de datos y su análisis para mejorar el proceso de producción y la calidad del producto son características clave de la industria cannábica. Gracias a la tecnología, las empresas producen mariguana de la más alta calidad a través de dicha gestión inteligente y análisis de todo el proceso de cultivo de plantas.
Con Internet de las cosas los productores pueden rastrear su producto desde la semilla hasta la venta mediante el uso de un código de seguimiento para identificar las plantas desde la germinación y seguirlas a medida que crecen, se cosechan, se secan y se venden. Este seguimiento permite a los gobiernos que han legalizado su uso lúdico a supervisar la industria y rastrear cualquier caso fuera de la regulación, al tiempo que agrega transparencia a toda la cadena de valor hasta el consumidor final.
Empresas de mariguana medicinal utilizan blockchain no sólo para el seguimiento de transacciones y pagos con criptomonedas. Mediante blockchain es posible crear un sistema hiper seguro para monitorear el crecimiento, cosecha, envío de plantas y productos de cannabis al mercado. Lo anterior se denomina “seguimiento desde la semilla hasta la venta”. Su propósito es confirmar que cualquier cepa adquirida ha sido verificada por el agricultor, el laboratorio y ha sido supervisada durante el proceso de envío.
Mediante Inteligencia Artificial los productores pueden optimizar el ambiente para las plantas y manipular la variedad de productos. También puede modificarse el nivel de cannabidiol (CBD) y cambiar la composición genética de las plantas para producir variedades de cepas más atractivas para el mercado.
La Inteligencia Artificial contribuye a entregar cultivos de manera eficiente y rápida. Al aprovechar los datos de los usuarios, ayudan a los dispensarios de cannabis medicinal a predecir la oferta y la demanda, cambiar el inventario, anticipar tendencias, cambios de precios, fluctuaciones de volumen en el mercado y la entrega en función del análisis de datos.
Tanto los productores como los minoristas de cannabis buscan mejorar su selección de productos y actuar sobre la base de comentarios de los clientes como una herramienta útil para conocer el gusto y cambios de los consumidores. Las tecnologías ofrecen nuevas formas de obtener retroalimentación mediante información valiosa sobre lo que les gusta a los consumidores mediante encuestas digitales, análisis de redes sociales de consumidores entusiastas, empaques con códigos QR, calificación de productos…
El consumo recreativo de la mariguana, cuya prohibición absoluta ya fue eliminada de la Ley General de Salud por la SCJN, plantea la necesidad de definir políticas públicas, otorgamientos de permisos y regulaciones directamente por el Poder Ejecutivo y el Congreso, los cuales han sido omisos en afrontar el tema. La tecnología vuelve a ser una aliada en la cadena de valor y la regulación de una industria cuya legalización pasa necesariamente por su transformación digital y la innovación.
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