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martes, 23 abril, 2024
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A tres años del triunfo

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Por: RICARDO ARTEAGA ANAYA •

Era el primero de julio de 2018, la jornada electoral más esperada en los últimos años, el sexenio de Peña Nieto no había sido lo que prometieron, las reformas estructurales terminaron perjudicando a los mexicanos y beneficiando a unos cuantos; la inseguridad incrementó naturalmente después de que Felipe Calderón fragmentara a los cárteles con una guerra innecesaria y mal planeada y la corrupción desbordada que el no solamente había permitido entre gobernadores y funcionarios públicos, sino que él mismo había practicado, la casa blanca fue uno de los escándalos que detonaron la molestia social y que impulsaron aún más el triunfo de López Obrador.

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El domingo 01 de Julio del 2018, los mexicanos salieron a votar de forma histórica, en las casillas podían verse filas y filas de personas formadas para emitir su voto, 33 millones de mexicanos decidieron dar su voto por un proyecto de cambio, por un proyecto cuyo eslogan principal, era imposible no sentir el triunfo mientras se observaba la enorme participación de los ciudadanos, cerca de las siete de la tarde el PREP arrojaba como vencedor por una enorme ventaja a López Obrador, candidato de la alianza “Juntos Haremos Historia”, además otorgaba información sobre una gran mayoría en la cámara de diputados, quienes nos sumamos al proyecto desde años atrás seguramente vivimos un momento inolvidable, el esfuerzo, el sacrificio y la lucha recorriendo los estados, rendía frutos, teníamos al primer Presidente de izquierda en México.

El país que recibió López Obrador seguramente estaba en peores condiciones de las que pensaba, en los primeros meses de su gobierno decidió entrar de lleno a la corrupción, principal mal en México y en los Estados, el combate a dicho cáncer, comenzó haciendo frente al huachicoleo, actividad delictiva mediante la cual se extraían cientos de miles de litros de gasolina a través de tomas clandestinas y toneladas de petróleo que salían de forma ilícita en buques desde PEMEX y eran vendidas a empresas transnacionales para después comprarlas en gasolina.

El principal sello de la administración de Andrés Manuel López Obrador ha sido el combate a la corrupción al interior de la administración pública federal, desmantelar las redes de complicidad que existen al interior del gobierno no ha sido sencillo, pues durante años se implementaron estrategias para poder enriquecer a unos cuantos a través del desvío de recursos públicos desde las áreas que consideraron estratégicas dentro de la misma administración para ello, como lo es el caso en el que se destinaba todo un piso en la torre de PEMEX para operar el huachicoleo al amparo del poder.

Desde mucho antes de comenzar periodo como Presidente, Andrés Manuel ha sido atacado con todo el poder mediático para restar legitimidad su gobierno, medios de comunicación, comunicadores y columnistas, han destinado ya tres años su voz, sus plumas y sus espacios para desvirtuar, criticar y atacar todo lo lo que el Presidente comenta o propone para cambiar la realidad del país. Los programas sociales para los más necesitados han sido criticados por ser supuestamente paternalistas, el programa jóvenes construyendo el futuro de igual manera, sin siquiera darse la oportunidad de conocer la realidad que millones de jóvenes, adultos mayores y mexicanos viven.

La apuesta por impulsar el desarrollo económico del sur del país con el tren maya también ha sido duramente criticada, la construcción de un nuevo aeropuerto cancelando el millonario negocio de unos cuantos, señaladas por la oposición como obras innecesarias cuando han sido obras premiadas y reconocidas internacionalmente por la rapidez con la que se construyen, por el proyecto arquitectónico y por la finalidad que estarían cumpliendo. Como dijo Peña Nieto casi al fina de su mandato, a la oposición “ningún chile le embona”.

Sin duda, López Obrador nos ha quedado mucho a deber, una reforma profunda al sistema político y electoral sigue estando pendiente, así como combatir la corrupción por algunos de sus funcionarios, sin embargo, han sido tres años en los que hemos sido testigos que por primera vez se gobierna pensando en los más necesitados y no pensando en los intereses de los grandes empresarios, hoy México transita hacia un gobierno democrático en el que se involucra a los ciudadanos, no se reprime a quien se manifiesta y no se gobierna para enriquecerse. ■

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