Entramos al periodo de espera para, teóricamente, la población repose el ajetreo y ruido de las campañas y pueda hacer alguna serena reflexión que termine por definir su preferencia y voto. Al mismo tiempo los partidos tienen tiempo de trabajar en sus ‘cuartos de guerra’ para organizar la jornada electoral: estructuras del cuidado del voto (su representación en las casillas), y las promotoras de votación efectiva el día de la elección que, con lista en mano, hablan o visitan a sus votantes para que ‘no olviden’ acudir a la urna. Aseguran los responsables de zonas y los de registro de actas de cierre para la contabilidad simultánea. Son días vitales para los partidos, al menos los punteros.
En términos electorales hay una apuesta en estos días de ‘reflexión’: los electores que aparecen en las encuestas como ‘indefinidos’. La literatura nos dice que ese sector estadístico se distribuye más o menos en los mismos porcentajes de la distribución de los votantes definidos, o bien, pasan muchos de ellos al estéril fragmento de la abstención. Por ello, el segundo lugar generalmente hace aparecer un escenario muy competido para que se animen a ir a votar, bajo el supuesto de que el puntero ya alcanzó su máximo. La esperanza del segundo es que esos indefinidos se activen y hagan la diferencia a su favor. ¿Qué frecuencia de éxito pueden tener estas estrategias? Muy pocas. En el ámbito de la política no podemos ser deterministas, por lo que las posibilidades siempre están abiertas, pero si el criterio es estadístico, los indefinidos no definen las elecciones.
En estos días ocurre una campaña de baja intensidad, donde se visita en los hogares a las personas clave que pueden ayudar a asegurar la votación. La pelea no cesa sino hasta después de calificada la elección. Cada etapa tiene su puja. Así las cosas, la veda electoral es bastante relativa. Pero la población sí tiene un espacio para pensar y deliberar su preferencia.
Lo importante es asegurar que los ciudadanos van a poder definir por cuenta propia su preferencia (aun cuando esté equivocada), y que además, se va a respetar esa preferencia. Lo cual pasa por que el INE haga bien su trabajo en esos días: se organice la instalación de las casillas y se reporten los resultados con prontitud y transparencia. Será una elección densa porque se renovará la Cámara de Diputados federal, la gubernatura de Zacatecas, la Legislatura estatal y los 58 municipios. Enorme la responsabilidad del arbitro electoral. En suma, habrá un fuerte llamado de la oposición a elevar el nivel de la votación sobe la hipótesis que a más votantes (menos indefinidos) el porcentaje a la oposición será mayor, y al revés. No lo sabemos a ciencia cierta. Así que aprovechemos el breve espacio de reflexión y definamos de manera libe (muy libre) el voto.
