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miércoles, 24 abril, 2024
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2021 vemos, el futuro no sabemos

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Por: LUCÍA MEDINA SUÁREZ DEL REAL •

La elección del próximo domingo pintaba para convertirse en una demostración de fuerza del presidente de la República con tintes de referéndum. Pero el controvertido proceso interno de Morena en todos los estados donde se definen gubernaturas, quitó esa posibilidad porque la mayoría de esas candidaturas no están en manos de perfiles que se consideren “lopezobradoristas”. 

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Al contrario, muchos de los perfiles con más identidad con esa fuerza política fueron desplazados en todo el país, generando rupturas al interior de ese partido, como es evidente en la toma de la sede nacional de Morena, y la condición de tránsfuga que adquirió el dirigente nacional, que recorre el país en apoyo de sus candidatos casi de incógnito, a escondidas, apareciendo sin anunciarse y evitando los lugares más concurridos ante el riesgo de recibir, como ya ha ocurrido también, huevazos, gritos, y mexicanísimos saludos a su progenitora. 

En las boletas de este próximo domingo podrán encontrarse bajo las siglas de Morena a perfiles que parecían impensables hasta hace un año. Pensemos por ejemplo en Mauricio Toledo, el neopetista y ex priista que suscita el rechazo de miembros de la dirigencia nacional como Bertha Luján o Citlally Hernández. 

En cambio fuera de las boletas quedaron perfiles mucho más acordes con lo que Morena era en sus orígenes, como la luchadora social Nestora Salgado, sólo por citar un ejemplo. 

En un escenario así, la caída profunda de Morena que inició el año con proyecciones altamente favorables para estar hoy, cuando menos, en escenarios cerrados, no puede atribuirse al lopezobradorismo porque éste en sí mismo no es el que presenta la caída en las encuestas.  

Las bases que se sintieron traicionadas por la dirigencia nacional del partido no han centrado sus críticas y combatividad en el presidente López Obrador, sino al contrario, lo han desmarcado de lo ocurrido en Morena. 

Ni siquiera aquellos que en términos locales llaman a votar, más que a favor de un candidato, en contra de los candidatos cobijados por la marca Morena, enfilan sus baterías contra el presidente o contra el partido mismo, sino que lo asumen como una fortaleza ocupada y usurpada que se recuperará en posteriores batallas. 

Esta contienda se vuelve tan interesante más que por sí misma, por el valor táctico de lo que vendrá en los próximos años. 

Seguirán seguramente, participando en Morena muchos de quienes hoy llaman a votar en su contra. Se irán de Morena en cuanto les sea rentable muchos de los que hoy la asumen como propia y se proclaman impulsores de la Cuarta Transformación. 

Ese será el tenor de las gubernaturas y quizá también de las presidencias municipales que están en juego en las que se espera que, pasado el calor de la contienda, se acomoden las fichas más cercanamente de su cauce natural, es decir, acomodando en los respectivos gabinetes a los perfiles más acordes con la cercanía de quien encabece los ejecutivos, y gobernando de acuerdo a las ideas de los líderes de cada gobierno, que no necesariamente será lo propuesto por los partidos que los postularon. 

En el ámbito legislativo el asunto es distinto. Acostumbrados a actuar en grupo y pensar poco por sí mismos como es habitual en esa posición, puede esperarse un actuar más concordante con lo propuesto en lo general por sus partidos, y si acaso se cambiara de parecer, probablemente eso ocurrirá en las negociaciones que sostengan las cúpulas partidistas a las cuales son ajenas la mayoría de los candidatos de unos y otros en Zacatecas. 

Es además en los votos de las diputaciones donde los partidos refrendan su registro. Sería ahí entonces donde los partidos podrían reflejar mejor el tamaño de la lealtad que le tiene la gente. Pero en estos tiempos de coaliciones tampoco ahí puede encontrarse perfiles que reflejen del todo los principios de los partidos que la integran, y apostar por el voto diferenciado conlleva riesgos que no cualquiera está dispuesto a correr. 

Así que todo está por verse, la próxima semana estaremos hablando de ganadores y perdedores en las urnas, pero no será hasta dentro de algunos meses cuando pueda hacerse la medición real de la fuerza o debilidad de cada grupo, y cada partido. Estos son tiempos de conveniencias, pronto podrían venir los de traiciones. ν

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