Después de una larga, muy larga “noche fría y obscura” como la describiría el oriundo de Juchipila y exalcalde y excandidato Ulises Mejía, el IEEZ fundó y motivó la resolución que le mandataba el TRIJEZ a efecto de acreditar el modo honesto de vida del susodicho, de su padre (suplente del primero en la de mayoría y titular de la segunda posición en la plurinominal) y de Iván de Santiago, ya que ante los ojos del tribunal no era suficiente la argumentación de violencia política de género.
Como lo más claro es siempre lo más decente, el de pluma virtual manifiesta tener un legítimo interés en la contienda electoral y como era de esperarse, le dio seguimiento puntual a la sesión de madrugada que protagonizaron los consejeros electorales y su presidente, Virgilio Rivera. Debo decir algunas cosas, pudieran ser como premisas para ser objetivos en el análisis; en un principio me pareció bastante desafortunada la representación de los inconformes ciudadanos del PES, llevada por Néstor Santacruz, celebre tristemente por sus escándalos en su vida privada, que han trascendido a lo público por lo grave de los mismos, pero esa es otra historia. Llegué a pensar que mi objetividad tal vez no era clara, que mi afinidad a un proyecto me hacía ver moros con tranchetes, afortunadamente, al día siguiente muchas otras personas coincidieron en mi apreciación: fue un desastre de principio a fin el papel del representante de Encuentro Solidario, no les ayudó a sus defendidos, creo además que poco había que hacer, pero dejó mucho desear su argumentación. La desinformación o premeditada desinformación que rodeó a Ulises e Iván al momento de interpretar la resolución del TRIJEZ, se hizo presente en todo momento, la verdad no entendieron nada o no quisieron entender para confundir a sus pocos seguidores. Como estrategia los entiendo, pero no puedes mentir siempre, no les puedes mentir a todos y no te puedes mentir a ti mismo. Manipularon y descontextualizaron las famosas 24 horas que el TRIJEZ manifestaba en su escrito, como les dio la gana, su plantón fue ilegal, inmoral y contraproducente, porque partía de su errada hipótesis de que el IEEZ tenía 24 horas para resolver, cuando el plazo era para que cuando resolviera, en un termino no mayor a 24 horas, le dieran a conocer al tribunal su resolución. Quiero pensar que fue un error de principiante y no un acto doloso, pero me inclino más por creer que estos yerros los cometen de a tiro por viaje porque su asesor legal es un licenciado en derecho que tiene un pésimo oficio y un obscuro pasado y presente.
Lo más lamentable de la noche (me regreso un poco) fue cuando el secretario del IEEZ, leyó un mensaje privado del tal Néstor en el cual éste le pedía textualmente qué: “ya dejen pasar a Iván, ya con eso transitamos” …
Para alguien que se dice ser abogado, que tiene la responsabilidad de representar a un partido político, por mas pequeño que éste sea y que tiene además defendidos en esa sesión, fue no solamente lamentable, fue lapidario, fue muy triste para su carrera profesional.
Me gustó la sesión, me gustó desde luego el resolutivo, me gustó el orden del día, el oficio de Virgilio y el debate de los consejeros. Los proyectos de dictámenes que después de votados se constituyeron en resoluciones, tuvieron el fundamento necesario para concatenar la violencia política de género, con el modo honesto de vivir… y claro, desde luego que tiene que ver, no se puede acreditar un modo honesto de vida, cuando se comete, se comprueba y se juzga la agresión hacia una mujer, en este caso en términos políticos y administrativos.
Parece que la suerte está echada, sin embargo, para la desafortunada triada del cañón de Juchipila (Toño, Ulises e Iván) queda la cadena impugnativa para resolver lo que para su criterio es una dilación para devolverles su candidatura, pero se esmeran en que los de enfrente, todos, porque a todos conviene que no estén en la boleta por conflictivos, los impugnen por actos anticipados de campaña y lo que resulte, porque se están despachando con la cuchara grande.
Valdría la pena tomar con mesura las cosas, la vida no se va en una elección, pero el prestigio de un político, sí. Hago un llamado desde mi modesta posición a los seguidores de estos ya no tan jóvenes políticos, para que consideren que ellos han construido un patrimonio a partir de la política, ellos se pueden dar el lujo de “no rajarse”, pero los seguidores que aguantan a piedra y lodo por alguna promesa de algún empleo deberían reconsiderar la pasión, moderarse y buscar algo más productivo que navegar a la deriva, con capitanes que improvisan. ■
