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viernes, 29 marzo, 2024
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Un escenario de oportunidades para los migrantes en Estados Unidos

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS HERNÁNDEZ •

Durante el primer trimestre del presente año la cantidad de dinero enviado por nuestros connacionales en Estados Unidos, ya rebasó lo registrado durante el mismo periodo el 2020, año que registró el récord de más de 40 mil millones de dólares, consolidándose como la principal fuente de recursos que llegan a México del extranjero. No obstante ello y que la cantidad de mexicanos, o de origen mexicano en ese país, ya rebasa los 30 millones de personas, los partidos políticos en México los siguen ninguneando a la hora de registrar a sus candidatos a diputados federales. Lo anterior a pesar de que la sola existencia de una densa red de agrupaciones demuestra, en principio, que la migración mexicana en Estados Unidos, lejos de ser un fenómeno masivo y caótico conformado por individuos aislados y víctimas pasivas, muestra su capacidad para la acción colectiva tanto en sus comunidades de origen como en los lugares de destino. Uno de los principales logros obtenidos por estas agrupaciones es su propia consolidación como tales. Desde principios del siglo XXI los clubes y las federaciones de inmigrantes mexicanos cuentan con visibilidad y reconocimiento crecientes por parte de actores sociales y políticos en ambos lados de la frontera. Esto les ha permitido constituirse como interlocutores importantes para la participación en esquemas de cooperación con los distintos niveles del gobierno mexicano, y con ello en la promoción de formas de desarrollo local en sus comunidades de origen. Han participado también en iniciativas relacionadas con los derechos de los inmigrantes en sus lugares de destino y, sobre todo, jugaron un papel relevante en el proceso electoral del 2020 en el país vecino lo que, sin duda, consolidó sus niveles de activismo cívico y político.

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Conscientes del significado del triunfo de Joseph Biden y del Partido Demócrata en las recientes elecciones federales del vecino del norte, un número significativo de liderazgos comunitarios y de organizaciones civiles mexicanas que trabajan con y por los migrantes en Estados Unidos, han decidido unir su voz y esfuerzos en una campaña nacional para impulsar una reforma migratoria integral, justa y ordenada, basada en los principios presentados por el nuevo gobierno de Estados Unidos. Proyecciones del Censo 2020 señalan que los mexicanos en Estados Unidos son ya la minoría más grande del país y por lo tanto la comunidad más impactada por las políticas migratorias del nuevo gobierno. Los elementos ya divulgados de la iniciativa presentada por el presidente Joe Biden al Congreso incluye entre otras cosas, un camino a la ciudadanía para unos 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos, la mayoría de ellos mexicanos.

Es importante que los liderazgos aludidos tengan presente que una reforma migratoria realmente integral en Estados Unidos podría generar billones de dólares adicionales al PIB de Estados Unidos y México, según una nueva investigación llevada a cabo por el North American Integration and Development Center (NAID) de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), la que concluye que la propuesta Ley de Ciudadanía generaría un incremento en el PIB de más de 3 billones a lo largo de los próximos 10 años, como resultado de un incremento en productividad e ingreso propiciados por la legalización y naturalización de la población inmigrante indocumentada (unos 11 millones) más nuevos flujos migratorios legales. El doctor Raúl Hinojosa-Ojeda, director del NAID, señaló que el informe preliminar indica que sólo con la legalización y ciudadanía de los denominados “trabajadores esenciales” indocumentados (77 por ciento) se generaría la mitad del PIB adicional referido.

También se calcula que la remesas a México y a los tres países del llamado Triángulo del Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras) como resultado de los ingresos superiores de los beneficiados de una reforma, que incluye la legalización como de nuevos inmigrantes legales, podría alcanzar un total de más de un billón de dólares a lo largo de una década. Y si ello no fuera suficiente, se afirma que si esos recursos son utilizados con programas de inclusión financiera en programas de ahorros e inversión, se podrían generar unos 100 mil millones de dólares de inversión en comunidades que envían migrantes.

Por otra parte, tanto fuentes del gobierno en Washington como expertos han subrayado que la gran preocupación inmediata de Biden es evitar una crisis migratoria en la frontera, las cuales sirvieron de pretexto para que el gobierno de Donald Trump justificara sus políticas antimigrantes, las que el nuevo gobierno está intentando desmantelar. Aunque el gobierno de Biden está desmantelando el llamado programa de “Quédate en México” para solicitantes de asilo, canceló la construcción del muro, busca reducir el número de deportaciones desde el interior del país y está impulsando su programa para reunificar a las familias separadas bajo órdenes de Trump, aún está usando la medida impuesta por el gobierno anterior que permite expulsar casi de inmediato a todos los migrantes indocumentados interceptados al cruzar la frontera bajo el pretexto del control de la pandemia. Sin embargo, a diferencia del gobierno anterior, no está usando esa medida para expulsar a inmigrantes menores de edad no acompañados.

En este escenario, para lograr la cooperación del Gobierno de México, Biden está obligado a considerar la propuesta mexicana de atacar las causas de fondo de la migración con inversión para el desarrollo de las regiones expulsoras, las demandas de nuestros connacionales y las necesidades de mano de obra de su propia economía. Estaremos atentos y veremos lo que resulta.

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