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viernes, 29 marzo, 2024
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La crisis migratoria no se resuelve con fronteras cerradas

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Por: JOSÉ NARRO CÉSPEDES •

La crisis migratoria en la frontera entre México y Estados Unidos es prioritaria en la agenda bilateral entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el presidente norteamericano Joe Biden.

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México enfrenta un nuevo desafío en pleno año electoral. Miles de centroamericanos han sido abandonados en la frontera o se preparan para llegar a ella con la esperanza renovada. Y la frontera continúa cerrada por la emergencia del coronavirus, las últimas tres semanas han visto un aumento importante del flujo de personas, entre ellas, miles de niños no acompañados y mexicanos que deciden marcharse de su país.

Los números hablan del tamaño del reto: 100 mil 441 migrantes fueron detenidos por agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos en la frontera con México solo en el mes de febrero, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, en contra parte, de enero al 24 de marzo pasado, el Instituto Nacional de Migración (INM) detectó a 31 mil 492 personas que no pudieron acreditar su estancia en el país. La diferencia es muy grande.

La promesa de una reforma migratoria en Estados Unidos con la llegada de Joe Biden, incrementó el flujo migratorio hacia ese país y trajo una nueva exigencia hacia las autoridades mexicanas. El resultado: una crisis que genera unas 5 mil detenciones al día en Estados Unidos y decenas de personas retenidas en la frontera. Aunado a esto, se espera la mayor ola de migrantes de los últimos 20 años.

De acuerdo con datos del gobierno estadounidense, de enero a febrero de este año las detenciones de migrantes se incrementaron 28%, no obstante, la cifra aún está por debajo de las que se daban con el gobierno del republicano, Donald Trump en 2019, que tuvo su pico en el mes de mayo de ese año cuando se registraron 144 mil 116 capturas de personas sin documentos. El Gobierno de Biden comenzó en febrero un proceso para recibir a 25 mil solicitantes de asilo, como una medida para poner fin a las prácticas más crueles del gobierno anterior.

Es claro que las acciones de Biden, han sido insuficientes para el control de la ola migratoria y a decir del presidente López Obrador, “no es un asunto que se pueda resolver con medidas coercitivas: cerrando fronteras, militarizando. Hay que ir a atender las causas”.

En este sentido, hay que recordar que aún tenemos pendiente la discusión para hacer del Banco de Desarrollo de América del Norte (NaDBank), un verdadero instrumento para el desarrollo de las regiones más apartadas y más necesitadas de México y lograr que precisamente a través de instrumentos de desarrollo podamos evitar que la pobreza y que la violencia expulse a los mexicanos para que se vayan a Estados Unidos; a través de una política de desarrollo, la necesidad de fortalecer las estrategias de cooperaciones con Estados Unidos para el desarrollo.

Aunado a esto, también tenemos la necesidad de impulsar el desarrollo en Centroamérica para evitar la migración hacia el norte. Es fundamental construir una gran estrategia con México y a través de México, también impulsar hacia América Central herramientas constructoras de paz y desarrollo para evitar la expulsión de nuestros hermanos centroamericanos hacia Estados Unidos.

El temor a una nueva caravana se palpa dentro del Gobierno de Estados Unidos, que ha insistido estos días en comunicados publicados por las embajadas mexicanas en Centroamérica en que “no permitirá el ingreso irregular” de personas a través de la frontera sur. La alarma también se siente en los centros migratorios del país, donde el repunte de personas que llegan se ve cada día.

Con esta realidad en la puerta, Estados Unidos está avanzando en una gran reforma migratoria en la Representantes de los Estados Unidos. Queda claro que el problema de la migración que compartimos con Estados Unidos y Centroamérica sólo puede ser resuelto atendiendo las causas expulsoras de las y los ciudadanos de nuestros países. Es decir, sólo podemos enfrentar la crisis migratoria garantizando al acceso de nuestros pueblos al desarrollo y a la paz.

Para esto es necesario que Estados Unidos ayude a invertir en todos los países de la región para hacer esfuerzo regional importante para potenciar el bienestar de la gente en su región. La Cuarta Transformación está trabajando para garantizar los derechos humanos de los migrantes, pero sin un esfuerzo conjunto, la crisis humanitaria que vive nuestra frontera norte, no podrá ser resuelta en el corto plazo.

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