Estamos en semáforo amarillo – sea lo que fuere que ello signifique – y en la semana que recién termina nos enterábamos de la posibilidad de pasar al semáforo verde. Esto significa que al menos la ocupación hospitalaria está por debajo del 50% sea de camas para pacientes intubados con ventilador y monitores como de aquellas para quienes requieren hospitalización pero que no se encuentran del todo graves.
Todo lo anterior representa un respiro en el problema que nos trae de cabeza por ya más de un año y que se intensificó por arriba de lo predecible en dos olas, la primera entre abril y mayo del año pasado, y una segunda de mayor intensidad en los meses de diciembre y enero recién pasados. Después de las olas regresa – no del todo – la calma, no solo en nuestro estado sino en todo el país, y la pregunta que valdría la pena hacerse es si esta evolución tiene algo que ver con las políticas implementadas por el gobierno local y el federal, o simplemente son cosas del destino, de la divina providencia.
Me da la impresión que si bien, las cosas no se han hecho del todo mal en el plano federal, aquí nuestras autoridades han dejado mucho que desear, porque fuera de anuncios discursos, y espectaculares, en la práctica no se dejan de ver acciones específicas para combatir con mayor fuerza la difusión del virus entre la población; yo en lo personal que trabajo en el área de 3 cruces, en el crucero más importante de la zona conurbada, nunca he dejado en todo el año de ver y día con día en número, cada día más importantes, a las multitudes de limpiaparabrisas que sin ninguna precaución, y evidentemente sin utilizar el cubrebocas – que supuestamente es ley en nuestro estado – se dedican a lo suyo sin que nadie les moleste y exigen prácticamente que los conductores abran sus ventanillas para darles algunas monedas, con lo que dejan entrar sin lugar a dudas cantidades de virus contaminantes al interior de sus vehículos.
Entiendo – cosa que muchos confirman – que lo que pasa en ese uno de los cruceros más importantes de las ciudades grandes de nuestro estado, se presenta en espejo en otros muchos lugares, y no hay nadie que me diga que en alguno de estos lugares la autoridad vía la policía de cualquiera de sus niveles, intente convencer a los delincuentes – de acuerdo a las leyes actuales – de ponerse el cubrebocas Y TAMBIÉN EL DE RESPETAR LA SANA DISTANCIA.
Esto me confirma claramente que fuera de dictar conferencias de prensa desde la comodidad de sus oficinas, el Ejecutivo y el Secretario de Salud, no se preocupan mucho en implementar otro tipo de acciones con las que podríamos estar un poco más tranquilos.
La realidad es que las curvas de infección claramente nos muestran una reducción importante en el número de personas infectadas por día, y del número de camas utilizadas frente a desastre que se vivía hace apenas un par de meses. La verdad es que nunca hemos sido testigos de que exista una cantidad importante de pacientes que fallezca al no encontrar un lugar donde ser atendido – aunque Dios sabe que hemos estado cerca – como se ha visto en otras latitudes donde la gente perece en las calles sin ningún tipo de atención médica.
Sabemos de la posibilidad de una tercera ola que pudiera sobrevenirse después de posibles congestionamientos con la recuperación de algo de turismo en la Semana Santa, así sucedió después de las vacaciones de diciembre y la pregunta es de si se está haciendo algo para evitarlo, yo en lo personal lo dudo.
Lo que muchos no podemos entender es el por qué con políticas adecuadas para enfrentar el virus, los países europeos han sufrido una primera, una segunda y hasta una tercera ola, PARÍS y múltiples ciudades de ESPAÑA e ITALIA vuelven al confinamiento que prácticamente no han dejado en más de un año; Inglaterra con todo y la nueva mutante cientos de veces más contagiosa que la primera se abre a la economía en sus diferentes facetas, reinicia las clases presenciales en todos los niveles, como se puede entender.
De los más de 120 millones de infectados en el mundo un 40% está en la Europa occidental primermundista, y otro 40% en nuestra AMÉRICA y el 20% en el resto del planeta – números aproximados – la mortalidad que esta pandemia ha provocado es tan importante con los más de 500 mil fallecidos en EU y 100 mil – pocos más o pocos menos – en cada uno de los países europeos llámese ESPAÑA, ITALIA, ALEMANIA o INGLATERRA.
La reducción del número de casos en nuestro país ha claramente demostrado que de 20 mil casos que se reportaban cada día, hace un par de meses, HACE DOS DÍAS HUBO EN TODO EL PAIS MENOS DE DOS MIL, y el día de ayer más de 6 mil, y sabemos que mientras no se aleje de una cifra diaria de 5 mil, andamos bien, mientras que en nuestra entidad mientras la cifra este alrededor de 50 todo está bajo control, pero hace 2 días tuvimos más de 70 y ayer más de 90 ¡CUIDADO!
Pero cuando vemos el desastre ajeno – el dicho nos recomendaría poner nuestras barbas a remojar – como que en BRASIL andan por el orden de 90 mil nuevos casos diarios con una elevada mortalidad, es cuando tenemos que pensar que las cosas no han terminado aún.
La vacunación va despacio pero va, a este ritmo tal vez no sea abril, pero sí mayo o junio cuando esté vacunado el porcentaje mayor de las personas de la tercera edad, más sensibles a presentar una enfermedad grave y ello seguramente aliviará el número de camas ocupadas con este tipo de pacientes a mitad del año, y mientras los Estados Unidos anuncian el haber aplicado más de 100 millones de vacunas entre su población, aquí apenas vamos en 5 millones (menos del 5% de la población) frente a más de un 30% que han vacunado en nuestro vecino del norte.
Por el momento y por EL BIEN DE TODOS NO BAJEMOS LA GUARDIA, EL QUÉDATE EN CASA, MANTEN SUSANA DISTANCIA, EL LAVADO CONSTANTE DE MANOS CON JABÓN Y CON GEL ANTIBACTERIAL SIGUEN VIGENTES. ν
