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jueves, 25 abril, 2024
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Democracia para recuperar credibilidad

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Por: RICARDO ARTEAGA ANAYA •

El sistema de partidos en México se encuentra atravesando una crisis de credibilidad ciudadana, los mexicanos, con la entrada del sistema neoliberal al modelo partidista, aquel en el que el recurso fue el centro de atención y funcionamiento para los partidos políticos, fueron dejando de creer poco a poco en el mismo, así como en las instituciones políticas de forma individual.

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El pequeño porcentaje de militantes afiliados a los partidos políticos existentes, demuestra la poca confianza o el poco impacto que han tenido los mismos en la participación ciudadana, tan sólo un pequeño porcentaje de mexicanos, el 3.3% para ser exactos, estaba afiliado a un partido político hasta el 2020, cifra alarmante, pues es muestra de que la gran mayoría de mexicanos, el 96.7%, no confía en los partidos políticos al grado de no tener interés por participar o formar parte de uno.

Hablando en cifras, al primero de enero del 2021, había poco más de 93 millones de personas registradas en la lista nominal del Instituto Nacional Electoral, considerando que solamente el 3.3% estaban afiliados a un partido político, hablamos de que únicamente un poco más de 3 millones de personas confían en los partidos políticos, entonces, cerca de noventa millones de mexicanos no han estado interesados en afiliarse a un partido político, cifra que debe resultar alarmante para una democracia basada en un sistema de partidos.

Vivimos en un modelo democrático cuyo principal característica es un sistema de partidos que no tiene como eje rector la participación ciudadana, entonces México cuenta con un modelo democrático obsoleto que no se interesa por que el ciudadano se involucre realmente en la toma de decisiones o que busque una relación con el poder, entonces ¿sobre quién recae la soberanía?

El triunfo de López Obrador en el 2018 generó una ruptura con ese modelo democrático representativo, en el que los ciudadanos, en pequeños porcentajes, elegían a sus representantes y se olvidaban de exigir cuentas o de exigir se les considerara en la toma de decisiones, de esta forma los partidos políticos simularon una vida democrática interna y una participación ciudadana en el interior de los mismos, unos cuantos controlan a los partidos, eligen a sus candidatos y se los muestran a una gran mayoría para que elija entre las propuestas de los grupos políticos al interior de los mismos.

En la actualidad no nos encontramos muy alejados de ese modelo democrático, si bien el 2018 generó una mayor participación ciudadana que destina más tiempo a vigilar, exigir e incluso respaldar la toma de decisiones de sus representantes populares, incluyendo al Presidente de la República, generando una transición hacia un modelo participativo, las élites al interior de los partidos políticos, se oponen a dar el paso para comenzar un cambio político en el país.

El proceso electoral 2020-2021 es muestra de ello, las alianzas electorales cuyo objetivo es hacerse únicamente de los votos y no el de fomentar una formación de ciudadanos, es decir, no tienen el objetivo de construir proyecto democrático ni de forjar entre la ciudadanía una cultura política, sino que atraer el voto para arrebatar el poder a los partidos con mayor respaldo, así mismo, los procesos internos para la designación de candidatos sin ninguna intención de dar credibilidad (en todos los partidos o coaliciones), demuestran que nuestro sistema carece de democracia, por ende de credibilidad ante la población.

Si los partidos políticos desean recuperar credibilidad ante el electorado, construir ciudadanía y lograr incrementar la cantidad de ciudadanos participando en sus filas, requieren que sus procesos internos recuperen credibilidad, las encuestas a modo no son una opción, deben implementarse mecanismos que realmente fomenten la participación, que la toma de decisiones relacionadas con la elección de los candidatos sea real y no una simulación, el proceso del 2018 y el desarrollo del actual gobierno, ha traído consigo una ciudadanía menos apática, menos desformada y más difícil de engañar, los candidatos a gobernador de los estados ya fueron electos, aún falta la etapa para la elección de quienes encabezarán los diversos distritos federales y locales, así como las presidencias municipales, intentar recuperar la credibilidad puede ser la última opción para un sistema de partidos cuya característica principal es la desconfianza y el rechazo ciudadano.

La Democracia es la vía para recuperar la credibilidad. ■

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