La búsqueda del poder, desde hace algunos años, transformó por completo el ejercicio político en todos los aspectos, arrojando una clase política sin escrúpulos, sin principios y sin ningún interés por llevar a cabo una práctica de la política centrada en la moral, perdiendo así de vista e implantando en todos niveles de gobierno, así como en los diferentes poderes, una corrupción sistemática y que hasta la fecha ha sido una tarea compleja la de disminuirla y eliminarla.
El gobierno de la cuarta transformación ha logrado avances significativos en el combate a la corrupción, por una parte la Unidad de Inteligencia Financiera ha jugado un papel importante en las acciones emprendidas por el gobierno federal, congelar cientos de cuentas vinculadas al crimen organizado, al lavado de dinero, a la facturación falsa y aquellas relacionadas con el desvío de recursos por parte de funcionarios, demuestra que el combate a la corrupción por parte del gobierno va en serio, por otra parte las reformas para elevar a delitos graves aquellos delitos en materia electoral como el manejo de programas es un mensaje claro para todos los funcionarios que deseen sostener dichas prácticas.
Entre estas y otras acciones, vemos avances significativos y que sentarán las bases para que en un futuro estás prácticas desaparezcan por completo, sin embargo, esto no significa que con dichas acciones y con el triunfo de la cuarta transformación, las cosas vayan a cambiar de un día para otro, o de un año para otro, sino que es necesario además de enfrentar ante la justicia a quienes busquen continuar con las prácticas del viejo sistema, que se reemplace a esta clase política que lo ha fomentado, permitido, tolerado e incluso protegido, tarea que no solamente recae en los ciudadanos, además le corresponde a los partidos políticos (los principales obligados) a aportar a un cambio democrático cambiando la clase política que de ellos emane.
Desde el Congreso Federal, comenzando por el Senado y la Cámara de diputados, hasta presidencias municipales, así como en el gobierno federal, deben observarse rigurosamente las acciones emprendidas por los representantes populares y funcionarios públicos, pues no todos los emanados del triunfo de morena en el 2018, ni los nuevos funcionarios, así como algunos que ya laboraban en la administración pública, representan los principios de la cuarta transformación, ni todos están comprometidos con el triunfo de la misma, una gran cantidad ha navegado con la bandera del cambio pero con sus acciones han demostrado pertenecer a la clase política que busca el poder por el poder, aquella que se enriquece a costa de los cargos y que traiciona a la voluntad del pueblo.
Una gran cantidad de estos personajes políticos emanados del triunfo del Presidente han obtenido espacios de poder en los que, si se usan con los antiguos fines, puede lograr frenarse la cuarta transformación y el proyecto de Andrés Manuel López Obrador, tomemos como ejemplo el conflicto por el que atraviesa actualmente morena y su dirigencia nacional, las presiones por parte del Tribunal Electoral con el objetivo de imponerles una renovación de dirigencia a través de una encuesta abierta, semanas antes de que comience el proceso electoral 2020-2021, es una muestra de que quienes nombraron a los recién electos, magistrados de dicho tribunal, han logrado presionar para buscar dividir el partido con mayor porcentaje de preferencia electoral hasta el momento.
Quienes traicionarán al Presidente y al proyecto de nación, ya realizan sus movimientos para dividir internamente o para debilitar al partido que busca fortalecer en el 2021, la segunda etapa y más importante del Gobierno de la cuarta transformación, es por ello que no bastará con la detención de ex funcionarios de gobierno federal y allegados a ex presidentes, así como de gobiernos de los estados, para frenar la corrupción, se requiere fortalecer el combate a la misma incluso entre los funcionarios del nuevo gobierno, debe evitarse a toda costa darle seguimiento puntual a las denuncias realizadas en contra de servidores de la nación, super delegados y servidores públicos por la comisión de delitos electorales.
La búsqueda del Poder por el Poder debe terminar con acciones firmes, el gobierno federal ya las emprende, los partidos políticos se sumarán al objetivo de arrojar un relevo generacional o apostarán todo por sostener una clase política corrupta, sin escrúpulos y sin ningún interés por el bienestar del pueblo. ■
