La Gualdra 442 / Río de palabras
Caminamos,
estás en silencio,
y, tú eres el silencio.
Vemos las nubes y su andar de carruaje lento,
las aves que reposan su invierno en un vuelo ligero,
la gente que se obstina en vestirse cual si fueran el otoño
los amantes que en su mirada llevan
las últimas hojas muertas
de los últimos árboles de la tarde
que caen sobre sus cuerpos tirados en el césped
de los últimos minutos de esta tarde en el parque
antes de irse, de romper su ruta común,
antes de la despedida,
los amantes secan sus lágrimas con caricias de voces pequeñas
la tarde se convierte luego,
en minutos apenas
en segundos, quizá
en un tigre aburrido de ser un cazador en el desierto
de un momento a otro,
todo se detiene: todo.
y mientras todo se detiene
tú avanzas, te acercas a mí
y me preguntas: ¿en qué piensas?
Y no es que rompas el silencio: lo construyes
yo no pienso en nada,
soy la última hoja del verano de esta tarde
que cae sobre la sombra ya, de los que se quieren,
soy esa mirada triste del tigre que devora la sombra
de una presa cazada en el Sahara
tú eres el desierto
y el tigre que alucina presas,
y eres tu silencio
tú lo eres todo,
-eso pienso-
pero no sé cómo explicártelo
me limito a tomar tu mano,
beso tu mejilla,
y enseguida sonríes
pensarás que estoy loco,
y estarás en lo correcto
sucede que te extraño
aunque estás aquí a mi lado,
y la vida sucede
y con ella, nosotros.