■ También se corre el riesgo de perder la capacidad de socialización con otros: investigadora
■ “Se espera que la enseñanza no se oriente más hacia lo digital y se regrese a la presencial”
La hiperdigitalización de la educación, desde educación básica hasta el nivel superior, pone en riesgo el pensamiento crítico, la generación y construcción del conocimiento desde una perspectiva holística, opinó Beatriz Herrera Guzmán, investigadora de la Unidad Académica de Docencia Superior de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ).
Es decir, “en esta nueva forma de concebir, de enseñar y transmitir el conocimiento, debemos entender que también ponemos en serios apuros cosas ganadas que ha logrado la escuela tradicional, porque ésta tiene sus ventajas y bondades”.
Aunado a ello, consideró que esto puede “poner en jaque” a la educación pública y a la acentuación de la mentalidad de que México se encuentra en el atraso y que lo privado es lo único que puede hacerle frente a la modalidad híbrida y virtual.
Manifestó que la implementación de la educación a distancia, a raíz de la contingencia sanitaria por Covid-19, implica que el alumno deberá adaptarse a una nueva forma de aprendizaje y los docentes deberán que replantear su función y requerirá actualizarse en nuevas formas de trabajo.
Desde su perspectiva, “digitalizar la enseñanza nos pone en severos apuros a todos, se coartan muchas cosas ganadas de lo que hacíamos de manera presencial e incluso en la manera de enseñar y vivir los valores universales”.
Herrera Guzmán refirió que el hecho de contar con un dispositivo y entrar en esta nueva forma de ejercer la docencia en tiempos de Covid es una ventaja, pero también se corre el riesgo de perder la capacidad de socialización con los otros.
Aunque esta modalidad digital y a distancia puede ser útil en este momento de contingencia sanitaria, se espera que en el futuro la educación no se oriente más hacia lo digital y no se deje de lado a todos los beneficios que permite la enseñanza presencial.
“Hay muchos retos que se van a presentar y seguramente el Estado cometerá errores, los padres de familia cometerán errores. Los sistemas educativos están aprendiendo, reaprendiendo, desaprendiendo y aprendiendo, para ver una nueva forma de enseñar, agotar contenidos y que estemos en esa mentalidad de trabajar en colectivo docentes, padres de familia, escuelas y autoridades”, expuso.
Comentó que el Estado es responsable de la educación en todos los niveles educativas e independientemente de la contingencia sanitaria, pero toda formación académica debe encaminarse a establecer rutinas y a que los alumnos centren sus emociones en las actividades que deben realizar para combatir el estrés, el miedo y la ansiedad.
Según Herrera Guzmán, se supone que la escuela está trabajando en la atención de todas esas necesidades psicológicas, formativas y familiares que están permeando en esta nueva forma de concebir al proceso de enseñanza y aprendizaje.
En ese sentido, la pedagogía de la escuela debe ser diferente y deberá cambiar debido a que la coyuntura no se puede evadir, ello con la finalidad de agotar los contenidos y no estresar aún más los ambientes familiares, mientras que los padres también deben aportar para darle continuidad al proceso.
Parte importante del proceso educativo que se avecina será que el Estado brinde la capacitación y orientación necesaria a los docentes, para que adquieran conocimientos respecto a una nueva pedagogía, lo cual es un reto mayúsculo porque su responsabilidad es fundamental.
En tanto, los padres de familia no deben estresarse en esta nueva modalidad educativa debido a que él no debe concebirse como maestro o enseñante, sino como un acompañante de sus hijos.
Aunado a ello, Herrera Guzmán dijo que hay muchos padres de familia que no cuentan con los recursos tecnológicos para la educación a distancia, mientras que otros cuentan con ellas pero no las saben manejar, por lo que el Estado debe garantizar que haya las condiciones necesarias para el proceso educativo.
Agregó que la alianza del Estado con los medios de comunicación ha derivado en un escenario para implementar la nueva forma de enseñanza a distancia, pero hay el riesgo de perder avances que se habían alcanzado con la modalidad presencial.
“El reto será que los padres aprendan para acompañar a sus hijos, mientras que la escuela tendrá que buscar los mecanismos para asesorar y para contribuir con esto, y por supuesto al Estado que se supone está generando las condiciones materiales necesarias; me refiero a los dispositivos y las tecnologías, y brindar formación al docente en esta nueva modalidad digital”, explicó.
Consideró que el sistema educativo, con la pandemia, ha mostrado sus debilidades, lo que implica la generación de estrategias y un mayor financiamiento para cumplir con las exigencias que implica la modalidad a distancia.
Herrera Guzmán indicó que es natural que haya dudas y preocupaciones en los padres de familia y los docentes por el nivel de aprendizaje que se pueda alcanzar con el nuevo proceso, especialmente en lo que respecta a la manera de evaluar, porque en la última parte del ciclo escolar pasado fue un periodo muy laxo en el que los docentes, directores y autoridades promovieron cierta laxitud.
“Será algo que el sistema educativo, en el nivel básico, tendrá que ir aprendiendo a evaluar de manera más justa de acuerdo al nivel de aprovechamiento, sobre todo ahora que se supone que estamos preparados para entrar de lleno a la enseñanza digital y se supone que los criterios de evaluación serán más específicos”, concluyó.
