Gracias a la actividad política he tenido la oportunidad de recorrer en su totalidad el Estado de Zacatecas, esto me ha permitido tener una visión de la problemática que existe, si bien cada región cuenta con una problemática específica en su totalidad los municipios comparten un problema en común, todos llevan más de veinte años padeciendo de una clase política con espíritu caciquil.
La clase política en el estado tiene más de veinte años turnándose en distintos puestos políticos desde la administración del ex gobernador Ricardo Monreal Ávila hasta la actual del Gobernador Alejandro Tello Cristerna, ningún mandatario intermedio se ha atrevido a gobernar con nuevos perfiles lo que ha evitado el surgimiento de otra clase política que pudiera dar otro rumbo a la situación de Zacatecas.
Entre estos personajes se han turnado la vida pública y administrativa en el Estado, algunos de ellos han resultado buenos perfiles para la misma y otros han ocasionado graves pérdidas, hablando en materia de desarrollo, para Zacatecas y sus municipios, pero a qué se debe esta falta de crecimiento económico que tanto se ve reflejado con otros estados.
A partir del sexenio de Vicente Fox, la vida política y pública en el país surgió un giro drástico que impactaria en la forma en la que se desarrolla la política desde el municipio hasta en el país, la clase política arrojada después de dicho sexenio cambio por completo, los perfiles resultaron diferentes, tenían otros objetivos y atendían a intereses distintos.
En Zacatecas la clase política arrojada de este sexenio federal como local, resultó ser una clase política cacique, aunque no en su mayoría, si en un gran porcentaje de todos los partidos políticos cuyas prácticas tuvieron como consecuencia la falta de crecimiento en los municipios y por ende en el Estado, estas prácticas fueron mermando la vida democrática de nuestras instituciones políticas, la imposición de candidatos desde la capital o según el criterio del personaje que ostentaba el poder político evitó que los ciudadanos de los diversos municipios pudieran elegir a sus representantes populares de entre candidatos que al menos representaban la voluntad de los militantes de los distintos partidos políticos y que al menos sostuvieran un poco de respaldo social.
La imposición mermó entonces la vida democrática en el Estado, los representantes populares que resultaban electos han sido desde los 90´s personajes (en su mayoría) que al llegar al cargo se han dedicado a atender los intereses de los grupos políticos a los que les deben el cargo, de aquellos a los que fácilmente se les dice “gracias a mi llegaste”.
Actualmente somos testigos de una gran cantidad de personajes que así tuvieron una oportunidad de llegar a un cargo de representación popular y que en lugar de dedicar su tiempo a cumplir con la encomienda, dedican esfuerzo y recursos de dichos cargos al golpeteo político, a realizar campañas políticas en favor de aspirantes, a utilizar programa sociales con el mismo fin y cometiendo una variedad de delitos electorales incluso a aquellos que llegaron al cargo gracias al proyecto de la cuarta transformación, cuyos principios son no mentir, no robar y no traicionar al pueblo.
En Zacatecas tenemos legisladores incapaces de diferenciar entre el valor comercial y el valor catastral de un edificio, algo que resulta irónico pues siendo legislador y se es incapaz de ello; tenemos a servidores públicos encargados de la transparencia participando en reuniones con fines electorales; secretarios de gobernación violando la ley al realizar actos proselitistas para aspirantes a la gubernatura; servidores federales destinando programas sociales con el mismo fin.
Estos personajes de la vida pública de los que hoy somos testigos y que tanto sufrimos y por los que pagamos los zacatecanos, son también parte de esa generación de políticos arrojados gracias al espíritu caciquil de unos cuantos actores políticos cuyo interés se encuentra muy alejado del interés colectivo como ha quedado demostrado ya por más de 20 años, pues hoy Zacatecas, un estado con grandes riquezas es un estado que padece una gran deuda, pobreza, falta de empleo, fuga de talentos a otros estados y países, inseguridad y pobreza.
Hoy en día vemos esa pasarela de políticos de la escena nacional por los medios locales demostrando el espíritu caciquil que realmente los caracteriza, buscando imponer candidatos, practicando y fomentando el nepotismo, enviando mensajes de presión argumentando que la elección de candidatos quedará en manos de uno u otro actor político, violentando la vida democrática del Estado y demostrando que el discurso de no mentir, no robar y no traicionar, solamente es adoptado por algunos con fines mediáticos.
