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jueves, 28 marzo, 2024
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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

Fallaron los pronósticos. Fracasaron los malos augurios de quienes veían en la visita de Obrador a Trump un error. Dijeron que solo iba a hacerle el caldo gordo a la campaña del magnate presidente que busca reelegirse. Eso se esperaba, de acuerdo con las expectativas trazadas de los opinadores que le son adversos, sucedería en la visita de AMLO a Trump. No faltaron quienes pensaron que nuestro presidente acudía a la cita a la que lo convocó mas que invitarlo, el energúmeno salvaje que habita al Casa Blanca, acorralado y contra la pared. En otras palabras, el rubio pondría al moreno acorralado y de pechito. Aparentemente, de momento no ocurrió así. El encuentro tendrá su carga simbólica y cada uno de los mandatarios lo usara para sus propios fines. Estos tienen que ver con recuperar y fortalecer sus clientelas políticas duras en vistas a las próximas elecciones: la norteamericana por la presidencia el 3 de noviembre próximo y por mantener el Congreso y ganar la mayoría de los estados en 2021 por parte de Morena. AMLO, alertando previamente antes de su partida, no ser un vendepatria, dio al encuentro una salida por demás pragmática: Me convocas como el emperador que llama a su súbdito, acudo más que para darte gusto para buscar salvar en el corto plazo la maltrecha economía mexicana y su recuperación lo más pronto posible buscando salvar al país usando como mejor instrumento la puesta en marcha del TEMEC y sus beneficios comerciales que pueda acarrear. La ve como tablita de salvación para superar la emergencia económico sanitaria. Por su parte TRUMP uso el encuentro para remontar la desventaja que tiene frente a Biden.

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El encuentro en Washington este miércoles 8 de julio reunió a dos animales políticos que lo mismo son diametralmente opuestos a la vez idénticos o coincidentes en algunos temas. En el plano de opuestos constituyen una némesis. Su origen, formación, trayectoria e ideología son totalmente contrarios. Heredero rico y millonario además de fatuo, el de la peluca color zanahoria es lo contrario al origen clasemediero tirándole a humilde del tabasqueño. El rubio dueño de hoteles, campos de Golf y departamentos, brincó del mundo de los negocios a la presidencia del país mas poderoso, todavía, del mundo, con base en un discurso nativista supremcista, dirigido a los blancos a quienes llamó a recuperar la grandeza sajona con el llamado de “América primero” y culpando a los mexicanos del desempleo y otros problemas de los blancos. Por su parte el tabasqueño asumiéndose como mesias salvador, bregó desde muy joven como activista haciendo labores de agitador, propagandista y organizador dentro de la política que el ala izquierda priista y el régimen mexicano le permitía. Así organizó asambleas, encabezó marchas “sin romper un vidrio” y peleó por gubernaturas. Como opositor se propuso ganar la presidencia sobreponiéndose a los fraudes sistémicos hasta alcanzar su sueño redentor. Los rasgos coincidentes decansan en que ambos son nacionalistas, enemigos de la ciencia y de usar cubrebocas; se perciben infalibles, descalifican y son poco tolerantes ante la crítica y la prensa opositora. Se apoyan de uno y otro lado de la frontera de clientelas duras que han mantenido y consolidado a la polarización de sus respectivas sociedades.

El encuentro se dio teniendo como marco la horrorosa e indeseable situación provocada por la pandemia mundial del Covid 19, que camina de la mano de una recesión económica también mundial. Coyuntura que avisora que la recuperación de los empleos y crecimiento que reactive la demanda tardara años en darse.

La necesidad de buscar salidas a la crisis llevó a Obrador a olvidarse por lo pronto de los insultos que desde su campaña dirigió Trump a los mexicanos. Entre otras lindesas calificó a nuestros paisanos que emigraron en busca del sueño americano de criminales y violadores y de arrebatarle los empleos a los ciudadanos norteamericanos, sobre todo a los blancos. No conforme con lo anterior, amenazó y ha ido construyendo el muro fronterizo, expulso a los migrantes sin papeles y obligo al presidente mexicano recurriendo al chantaje de aplicar aranceles conminándolo a que movilizara a la recién creada Guardia Nacional para contener y controlar el paso de migrantes centroamericanos en el lado de nuestra frontera.

En términos generales haciendo un balance, Obrador salió bien librado del cavernícola del que se esperaba lo peor con un discurso en el que no faltarían los insultos y denostaciones contra México y los mexicanos. Seguramente volverá a las andadas y lo hará después. Lo que se le podría reprochar y criticar al tabasqueño es que haya recurrido a halagos innecesarios al mencionar que Trump que México había recibido comprensión y respeto y que se había comportado con los mexicanos con gentileza y respeto. Le agradeció no tratarnos como a una colonia. Lo que no es del todo cierto. Bastaría ver el drama que están sufriendo ahora los dreamers y quienes estudian, algunos becados, que están ahorita siendo amenazados con ser deportados.

En lugar de esos halagos lisonjeros e innecesarios, pudo y debió de haber recurrido a la ironía con carga de sarcasmo diciendo que es todo un caballero, el más educado, respetuoso, humanista y sabio de cuantos presidentes ha tenido la Unión Americana. ■

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