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jueves, 28 marzo, 2024
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Pensiones justas y sostenibles

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Por: Marco Vinicio Flores Guerrero •

Ala luz de la situación actual –ya difícil desde el año pasado pero radicalmente agravada por el colapso económico causado por la actual cuarentena del Covid-19—, debemos analizar la necesidad de reformar Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado de Zacatecas, una reforma que sea respaldada por el consenso de todos los sectores involucrados en el actual problema del pago de pensiones.

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Partamos del hecho de que la finalidad de este organismo público descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, que no debe recibir presupuesto o subsidio de los gobiernos federal o estatal, está destinado a garantizar y preservar el otorgamiento de prestaciones económicas y servicios sociales a sus derechohabientes, mediante aportaciones de sus afiliados.

Por estas características debe reconocerse que el Instituto es un organismo vital para el sostenimiento económico del estado, que debe ser preservado; si se colapsara, el impacto lo sufrirían las finanzas estatales, el gobierno estatal y la economía de todos los zacatecanos. Esta es la razón principal por la que el gobierno de Alejandro Tello Cristerna decidió hacer frente a una vieja problemática que de sexenio en sexenio se agravó hasta tal punto que hoy su sustento es precario e inseguro.

Paliativos pudiera haberlos, pero es firme e inaplazable la decisión de afrontar el problema, sin importar los elevados costos que pudieran surgir, hasta las últimas consecuencias, a fin de tener un Instituto fortalecido y capaz de enfrentar los retos del futuro. Quienes hoy administramos el ISSSTEZAC tenemos la seguridad de que hay soluciones, son difíciles, pero existen y si conseguimos acopiar buenas voluntades en todos los sectores involucrados, sin duda alcanzaremos los objetivos planteados por el gobernador Tello Cristerna cuando nos puso en la Dirección de este organismo.

Por más que los muchos problemas sean de difícil solución, la altura de miras de este Instituto son tan elevadas que lo hacen merecedor de una continuidad limpia, con certeza jurídica, viabilidad financiera y claridad en sus objetivos de beneficio social para todos. Salvar al ISSSTEZAC es alentar la economía de todos y todas las zacatecanas y fortalecer las finanzas del gobierno estatal.

Darle vialidad, sin embargo, exige absoluta corresponsabilidad de todos, bajo el entendimiento de que no se trata de un problema del gobierno, sino de un asunto que atañe a todos los sectores sociales del estado. Siendo la burocracia estatal y una parte del sector educativo la población derechohabiente del ISSSTEZAC, afecta a toda la comunidad zacatecana.

Debemos tener claro que si no sacrificamos algunos de los elevados beneficios actuales saldremos perdiendo casi todos: jubilados, trabajadores en activo, entes públicos cotizantes, el gobierno del estado en sus finanzas y la sociedad en general, ya que el dinero que se destina a 24 mil derechohabientes y sobre todo, por el pago de pensiones de 4 mil personas, es superior a los mil millones de pesos.

Es comprensible que si bien, los elevados beneficios que hoy gozan decenas de pensionados, en algún momento pudieron ser justificables, pero ahora no. No se trata de reducir derechos, sino de que estos se apeguen a las posibilidades actuales; es decir, a la realidad.

Hemos visto que en el gobierno federal los funcionarios de primer nivel han tenido que aceptar disminuciones a sus salarios, a pesar de que estaban legalmente sustentados. También han perdido abundantes y muy caras prestaciones. Si se han reducido, no es porque no las merecieran, sino porque las finanzas nacionales, muy deterioradas y menguadas, son ahora incapaces de sostener sueldos privilegiados. Lo mismo sucedió en el Poder Legislativo, donde las dietas y otros muchos beneficios fueron reducidos a diputados y senadores.

En todos los casos no se trata de menoscabar derechos laborales, sino de ajustarlos a la realidad. Hoy, simplemente, hay pensiones que a todas luces son elevadas y están muy por encima de las posibilidades de pago. Habrá reducciones y ajustes a otros beneficios, pero deben aceptarse como necesarias. No hacerlo serían intentos de persistir en privilegios ahora inadmisibles. Los actuales pensionados deben ver esas reducciones como actos de igualdad social, porque la mayoría no será afectada, pero sí algunos pocos que gozan de beneficios casi irracionales, muy superiores incluso a los de trabajadores en activo.

Zacatecas, no solo el gobierno estatal o el ISSSTEZAC, requieren y exigen la comprensión, solidaridad y buena voluntad de quienes se oponen a las reformas necesarias para fortalecer al Instituto y un nuevo plan de pensiones, más justo y sostenible. ■

*Director General del ISSSTEZAC.

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