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viernes, 29 marzo, 2024
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Ruptura de la rutina ha modificado los patrones de sueño de la población: investigador

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Por: SCARLETT LLAMAS •

■ Las personas no tienen actividades, no salen, están todos en casa, por el confinamiento

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■ El cansancio que provoca no dormir bien hace que el humor de las personas sea irritable y se tengan problemas de atención y al relacionarse: Arturo Quezada, neurólogo

 

“Hay una queja de las personas ya sea de la dificultad para iniciar a dormir, de la dificultad para mantener el sueño o la dificultad para despertar; sobre todo se puede escuchar una queja de que el sueño no es reparador”, enfatizó Isauro García Alonso, docente investigador de la Unidad Académica de Psicología (UAP) de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ).

El especialista aseguró que la ruptura de la rutina es lo que ha modificado los patrones de sueño de la población; “las personas no hacen actividades al día, no salen, están todos en casa”, lo que repercute en el sueño.

Por su parte, Arturo Quezada, neurólogo del Hospital de la Mujer y el Niño, en San Luis Potosí, señaló que la preparación para el sueño es tan importante como el sueño en sí, y los niveles de ansiedad y estrés elevados hacen que algunos neurotransmisores no funcionen como de costumbre.

García Alonso agregó que el cuerpo está acostumbrado al desgaste durante el día que deriva en que naturalmente las personas tengan sueño al llegar la noche; la falta de desgaste es la que resulta en no poder conciliar el sueño.

En cuanto a los sueños, aceptó que los estados emocionales impactan en lo que experimentamos como el sueño, “una persona que se encuentra demasiado ansiosa puede tener este tipo de pesadillas o sueños con contenidos persecutorios, con contenidos angustiantes”.

Por otro lado, “una persona estresada puede también tener contenidos los sueños que le causen malestar”. Esto repercute en el día a día, pues “es importantísimo dormir”, ya que el cansancio que provoca no dormir bien hace que el humor de las personas sea irritable y se tengan problemas de atención y al relacionarse.

A largo plazo, explicó Quezada, puede asociarse a hipertensión, problemas del corazón y alteraciones en el metabolismo en general, incluso depresión y problemas de la conducta.

Una consecuencia grave que se puede dar es, incluso, la violencia, “hemos visto, desgraciadamente un incremento en la violencia familiar, en la violencia a la mujer. Ha habido repercusiones muy fuertes con este ambiente de ansiedad, miedo, que se vive, y claro que va de la mano con un sueño de mala calidad”.

Es por esto que se debe tratar de mantener una rutina, de serlo posible, lo más parecido a la que se tenían previa a la pandemia; incluyendo actividades físicas, lúdicas y educativas “por unos 25, 30 minutos”.

Quezada resaltó la importancia de que, quienes son medicados de forma crónica, sean muy cuidadosos con los horarios, tanto de sueño como de al momento de tomar sus medicamentos, “no es el momento de ir al hospital por un problema de descontrol por su enfermedad crónica.

De presentar este tipo de problemas, se ponen a disposición de la población el número de la línea de crisis habilitado por la UAP (492-234-03-10) y en doctoralia Arturo Quezada Neurólogo Infantil.

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