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martes, 16 abril, 2024
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■ Alba de Papel El FONCA: otro distanciamiento y una fisura más

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Por: ALMA RITA DIAZ CONTRERAS •

Mientras el encierro, la incertidumbre y una amenazante crisis económica se han cernido sobre la sociedad mexicana, como si fuera poco, a pesar del extraordinario valor que el arte y la cultura han mostrado en este duro confinamiento, se agrieta una vez más, la relación del gobierno federal con la comunidad artística del país, por la falta de visión política, sensibilidad y formación profesional.

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Los anuncios de la probable desaparición de casi un centenar de fideicomisos que carecían de estructura orgánica y que concernían a la Secretaría de Cultura y Conacyt, tras la marcha atrás de algunos de ellos – debido principalmente a la inconformidad de artistas y creadores- , las Secretarías de Hacienda y Crédito Público y de la Función Pública dieron a conocer que el Fonca no desaparecerá, que será transformado y en el caso de Foprocine y Fidecine se fusionarán en uno solo y se mantendrá el Antiguo Colegio de San Ildelfonso (manejado en forma tripartita desde 1994 por la UNAM, la Secretaría de Cultura y el Gobierno de la Ciudad de México), desparecen siete fideicomisos destinados a apoyar la conservación del patrimonio cultural antropológico, arqueológico e histórico (Fideinah), así como los que respaldaban las administraciones de los museos Diego Rivera, Frida Kahlo, Santo Domingo de Guzmán en Chiapas, el Centro de las Artes de Santo Domingo en Oaxaca y el Museo Regional de Guadalupe, Zacatecas.

Al respecto, una investigación distinta ameritará conocer los montos y el grado de afectación que sufrirán los espacios mencionados, o si se realizarán ajustes presupuestarios que no mermen sus funciones en el actual ejercicio, que en el marco del desarrollo cultural, siempre serán elementales para la educación y el fomento de las artes; no obstante, el tema central de esta colaboración, es evidenciar la enorme importancia que tiene el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) y la ola de desatinos cometidos por funcionarios y diputados federales que fuera de lugar hablaron de “golpeteo al gobierno”, pero que en realidad, una vez más, dejan entrever, su desdén y profunda ignorancia sobre legislación y desarrollo cultural.

Una gran pena, que una mujer, ungida como legisladora por Morena, exhibida en redes sociales y en periódicos capitalinos, haya descalificado al gremio cultural de México, sosteniendo que “Nadie del sector cultural hoy se está muriendo de hambre”, negando toda posibilidad de apoyo extraordinario en esta contingencia sanitaria, pero quizá lo más grave, fue su profundo desconocimiento sobre cultura y literatura básica, al confundir a un “artista millonario” que pertenece a la farándula y al cine comercial, con la creación artística de México, aquella que remueve conciencias y eleva la educación y la cultura, que fortalece el espíritu y templa la identidad de lo que significa ser mexicano y que día a día, se la rifa para sobrevivir. ¡Qué abrumadora vergüenza para los lectores, para los mexicanos, saber que ese es el calibre de los representantes populares que se encuentran en las cámaras!.

Su disculpa posterior está fuera de lugar, porque el horror de sus palabras, permanecerá. Le sigue el errado comentario de la Secretaria de la Función Pública, que con un egocentrismo como si fuera docta en la materia, presume en su cuenta de twitter que “Es un hecho histórico que Salinas creó el Fonca en marzo de 1989 para mitigar las críticas del fraude electoral”, que reconoce la valía de la comunidad artística, que hoy cultura tiene rango secretarial y que habrá que “serenarse” porque el fideicomiso no se perderá.

Hay muchas más expresiones discordantes y groseras para la comunidad artística y cultural de México, pero bastarán las señaladas por ser las más recientes, para manifestar el hondo pesar que implica que esta comunidad votó en su mayoría por el gobierno que hoy preside en nuestra República y que en ningún momento, espera dádivas o prebendas, sino el pleno reconocimiento a su labor creativa y el estímulo necesario y complementario, para lograrlo.

¡Qué sería de México, sin sus artistas y las invaluables aportaciones que realizan al patrimonio de ayer y de hoy, en una construcción histórica incesante e inefable de la memoria viva y la identidad cultural, como constructo fundamental del espíritu de lo mexicano?…

El escritor y periodista Héctor de Mauleón en un artículo publicado recientemente en “El Universal”, refiere que la creación del FONCA fue una idea del gran maestro Gabriel Zaid que luego acrecentaron Octavio Paz, Juan José Arreola, José Revueltas, Vicente Leñero y Jorge Ibargüengoitia, entre otros, que se hizo realidad en 1989 a través de un mandato que obligaba a que la creación respondiera a la dinámica cultural de México, y no a proyectos oficiales, incluyendo que el apoyo a los creadores fueran decididos por sus pares en las comisiones evaluadoras, y no por los funcionarios en turno.

Históricamente, el común denominador para la cultura mexicana ha sido el de la marginación, de modo que a lo mejor no importa saber quién era el presidente en turno, pero sí el hecho de que se instrumentó una política pública que en efecto, a lo largo de 31 años ha apoyado la creación y la producción artística y cultural de nuestro País, bajo la lupa ética de que como todo proyecto, deberá permanentemente ser corregido, previo entendimiento, de que la cultura está y estará siempre por encima de la política.

El rango de Secretaría para cultura en la federación, también fue un trabajo silencioso y agotador en forma particular de Rafael Tovar y de Teresa q.e.p.d., un especialista, promotor y conocedor del entramado cultural y político del país, de modo que no hay aliento alguno en el arrebatado comentario de la funcionaria federal en su invitación a la serenidad, ya considerada como un insulto y lo más delicado – en estos tiempos de urgencia para la unión y la empatía-, se ha convertido ya, en otro llamado más para la resistencia.

El gobierno federal y su presidente, requieren mostrar unidad institucional, estrategia política, fuerza y poder sensibles para fortalecer la cultura que es a fin de cuentas, la que mantiene nuestra identidad y nuestra extraordinaria voluntad ante la adversidad.

Se visualizan muchos frentes abiertos, por lo que lo concerniente a cultura, cuyo presupuesto al parecer se encuentra en caída con 0.21 por ciento con respecto a lo que se invierte en este rubro, muy por debajo de las dos administraciones federales pasadas que alcanzaron 0.32 y 0.33 por ciento, nunca el dos por ciento que propone la Unesco.

Buen ánimo en estos días de caos, sin que olvidemos que al final de la oscuridad, se encuentra la luz más resplandeciente, que no nos ciegue y hagamos familia en casa, con empatía y solidaridad para los que sufren y lloran. ■

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