Las crisis, como las que actualmente vive la humanidad entera – y con ella nuestro país y nuestro estado – son momentos propicios para la aparición de OPORTUNISTAS que no tendrían por qué ser tolerados por la comunidad, y mucho menos ser escuchados.
Lo comento por el caso especial del Colegio de Médicos, una organización que si sobrevive es porque está dentro de las leyes que nos obligan, en este caso a los zacatecanos, y en particular a los médicos a organizarnos bajo una institución reconocida por nuestro estado, pero como en todo, las leyes son para romperse, para pasarlas bajo el arco del triunfo y para no cumplirse. Este es el caso de la organización que en teoría tendría que agrupar a los profesionistas dedicados al área de la salud.
La verdad es que como cualquier medico podría confirmar, el Colegio de Médicos es un fantasma inexistente al menos en los últimos 10 años donde no se le había visto aparecer ni por milagro, ya no se diga para organizar conferencias y encuentros de tipo profesional, pero ni siquiera para organizar los festejos como por ejemplo del día de los médicos en octubre de cada año.
Todos saben qué hace más de una década una pequeña mafia de galenos no necesariamente los mas prestigiados, éticos o destacados, se hicieron del Colegio liderados por un personaje que en realidad deja mucho que desear el Dr. Fernández Candelas, bien conocido por el gremio y no necesariamente por sus virtudes. Todos saben que rompiendo las reglas encontró la forma de reelegirse después de haber dejado uno o dos periodos a cargo de uno de sus amigos, y posteriormente – según parece – declararse como presidente vitalicio del gremio sin que nadie dijera nada, para mí es claro que las autoridades gubernamentales tendrían que haber intervenido, pero claro no lo hicieron y el gremio quedo descabezado con un representanta al que por lo visto le interesa todo menos la medicina.
La agrupación a la que hacemos referencia subsistió porque de alguna forma así lo dicta la ley y la constitución local, pero nada más alejado a las reglas internas que los médicos definieron para sí, y este personaje al que hacemos referencia, estaba ahí solo para ser llamado en forma esporádica por alguna ceremonia o similar que requiriera la presencia del en teoría representante del gremio y que es claro que solamente tenía intereses de tipo político en el mejor de los casos.
Ahora nos sorprende – a mí al menos – que salga al escenario dentro de la crisis de salud que vive el mundo entero a dar recomendaciones y supuestamente defender a los médicos que en las instituciones no tienen ni las mínimas medidas precautorias para hacer frente a la pandemia, pero claramente o se le nota ajeno a lo que realmente sucede – que por su especialidad tendría que estar bien informado – o a repetir lo que dicen los medios locales y nacionales haciendo eco y sin aportar ideas novedosas que realmente le sean de utilidad no solo a médicos sino a la sociedad en su totalidad.
Muchos cuestionaran lo que aquí se escribe, pero no entendemos este tipo de participaciones como tampoco entendemos las de la encargada de Derechos Humanos un personaje reciclado del sistema – como muchos otros – que declara que los médicos tendrían que ser protegidos con los insumos necesarios algo que todos lo sabemos y lo damos por hecho, pero ella lo hace para justificar un salario – mayor que el del Presidente de la República – solo para que declare cosas que todo el mundo sabe y eso no se vale, no es de utilidad práctica alguna.
Y mientras esto sucede, en la acera de enfrente en el Sector Salud, el Dr. Breña – un ginecólogo – y el Gobernador Tella – ¿bien intencionado? – se les ocurre nombrar como vocero dentro del escenario de la pandemia a un personaje extraordinariamente calificado pero para cosas administrativas y no médicas, porque el Dr. López Longoria era – y es – sin lugar a dudas un experto en todo lo que tiene que ver con el Seguro Popular – que ya es historia – pero que después de dedicarse casi dos décadas a situaciones administrativas y de números, pienso que lo medico como tal le es ajeno ya no se diga asuntos de infectologia o de epidemiologia y de ciencias básicas de la salud, por lo que este nombramiento es en mucho cuestionable para aquellos – Tello-Breña – que fueron designados en sus puestos no por su capacidad sino con el objetivo de cubrir las espaldas de sus predecesores.
Realmente no entiendo habiendo personajes calificados y con un perfil ético suficientemente documentado por que ir por quien no tiene las capacidades, es decir podemos dar muchos ejemplos y tan solo para poner un par de ellos con mil veces más credibilidad mencionamos al Dr. Chacón, Infectólogo, extraordinariamente capacitado en el tema de la pandemia que ahora nos ocupa, con experiencia política al haber estado al frente de Derechos Humanos en el Estado, o personalidades como Rafael Herrera quien fue presidente del Colegio de Médicos en sus buenos tiempos, porque no apoyarse en personajes de esta capacidad y características para que la sociedad toda se sienta más tranquila y más arropada y protegida ante la adversidad que vivimos.
Pero no, es claro que no se les prende el foco a quien determina estas vocerías y gentes que se apuntan para comunicar mal lo que está sucediendo, Tello señalando una y otra vez que estamos contra la pared, Breña mencionando tangencialmente los asuntos de la salud que poco entiende, López Longoria un experto en números y en manejos administrativos nombrado vocero de un virus y sus consecuencias y por si esto no fuera poco, sale Fernández Candelas con toda su triste historia y antecedentes a aconsejar a las autoridades de cómo comportarse ante la contingencia.
Un mundo al revés sin lugar a dudas y en él la ciudadanía bajo el supuesto amparo de personajes con pobre capacidad y pobres precedentes éticos y morales, ahora sí que Dios nos agarre confesados en plena Semana Santa. ■
