En su documental de la doctrina del shock, Naomi Klein hace una reflexión interesante al contar una anécdota de Roosvelt. En ella, comenta que un grupo de sindicalistas y progresistas se reunieron con el presidente para presentarle una serie de nuevas reformas de lo más progresistas. (1)
Según cuenta Naomi, al presidente Roosvelt le gustaron, pero contestó lo siguiente: «Muy bien, ahora salgan y háganme hacerlo». Y justo eso hacían. Esos años fueron en los que más huelgas y manifestaciones hubo. Incluso más que en tiempos recientes en los que fácilmente una creería que hay más apertura democrática.
Naomi resalta algo todavía más interesante sobre esta anécdota. Cito:
«La otra razón para recordar esta historia de lucha, es que nos dice algo sumamente importante, algo que necesitamos recordar, en un momento tan importante, con tanto en juego. Nos enseña que si queremos respuestas a esta crisis económica (hablando de la del 2008 en tiempos de Obama), que nos deje un mundo más saludable, más justo, más pacífico, vamos a tener que salir afuera y obligarlos a hacerlo».
Me parece enormemente relevante recordar esto, en especial en México en una época de no menos importancia que la de este momento histórico que ha hecho un llamado a la democracia y a recuperar un país que estaba en la miseria. Este proceso de transformación a la que hemos conocido como Cuarta Transformación, es un momento que nos ha dado mucha apertura democrática.
Sin duda, en días recientes, el tema de los feminicidios y la crisis de las mujeres han regresado intensamente al centro del debate. Y ya era tiempo de que lo fuera. Las mujeres y nuestras luchas somos una parte importante en cualquier proceso que se considere de transformación. La lucha feminista debe tener cabida en la apuesta por reconstruir un país que históricamente nos había dejado en el olvido.
Creo justamente que las feministas estemos en las calles y continuemos exigiendo. Es lo que nos hace más fuertes que nunca. Nos impulsa a no dejar de pujar por la inclusión de nuestras demandas en esto que se busca reconstruir, en que este país no nos haga de nuevo a un lado. Pero en especial por la convicción que debemos dejar un mejor país que, justamente como decía Roosvelt: debemos obligarlos a hacerlo.
También creo que no hay mejor momento para que nuestras demandas se vean vertidas en soluciones reales. Si este gobierno y está transformación son de vocación democrática, lo demostrarán dándole escucha, atención y solución a nuestro movimiento, como lo están intentando hacer con muchos otros movimientos en el país.
Considero que Andrés Manuel es un demócrata que está dispuesto a escuchar, pero es obvio que la transformación de un país no la hace una sola persona. El mismo Andrés Manuel lo ha dicho: el pueblo debe participar. Y aquí estamos, el pueblo, las mujeres, las feministas, aquí estamos pidiendo y exigiendo desde muchas trincheras. Y no somos las únicas: están también los familiares de desaparecidxs, lxs ambientalistas, lxs indígenas, lxs sindicalistas y todxs aquellxs que luchan por las causas justas, las causas de los olvidados.
Insisto: no somos enemigos. A la Cuarta Transformación la ataca mucho la derecha, a veces se manifiestan por volver a un régimen con aeropuertos de lujo y menos prioridad a lxs olvidadxs. Pero que eso no nos haga invalidar a estos movimientos que sí son dignos interlocutores que luchan por las causas que reivindican también al movimiento que encabeza AMLO y que auténticamente apuestan por cerrar las heridas de este país tan necesitado de justicia.
- https://youtu.be/KLu7aAPhxAk [min 1:15:37]
Sofía Lameiro. Licenciada en Ciencias Políticas y Gestión Pública por la Universidad de Guadalajara, militante de Morena, participó en la organización de la estructura de defensa del voto, colaboró en la Red por la Paridad y la Igualdad en el estado de Jalisco y ahora es Servidora de la Nación en Guadalajara, Jalisco.
Twitter: @sofianosabia
