El tema energético es objeto de un intenso debate en todas sus vertientes debido a la política energética del actual gobierno federal. En este aspecto, es importante mencionar que México es el líder de emisiones de dióxido de carbono (CO2) en América Latina, no obstante no se ha hecho lo suficiente para revertir esta posición que se ha consolidado en los últimos 20 años. La situación se complica pues la administración de Andrés Manual López Obrador (AMLO), prioriza los combustibles fósiles sobre las energías renovables, a pesar del gran potencial que existe en el país. En este aspecto, de acuerdo con El Imparcial, la construcción de la refinería de Dos Bocas y el presupuesto destinado a la modernización de centrales eléctricas de gas, diésel, petróleo y carbón, así como la falta del tercer Programa Especial sobre Climático, es evidencia de la falta de esfuerzos en la materia. En lo que respecta al sector eléctrico, este escenario dificulta cumplir con la meta de lograr un 35 por ciento de energía limpia al 2024, hasta alcanzar un 50 por ciento al 2050, según lo ratificado en el Acuerdo de París. No obstante, las mismas autoridades tienen perspectivas distintas acerca de las energías renovables, por ejemplo, la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, asegura que México es pionero en la generación de energía eléctrica limpia e incluso reconoció la importancia de darle a la Comisión Federal de Electricdad (CFE), de que desarrolle infraestructura para ser partícipe en el uso de energías renovables. Por otro lado, Manuel Bartlett, director de la CFE, desestima los beneficios de las energías renovables debido a su intermitencia relacionada con el clima y los precios que afirma no son más bajos que la energía producida de fuentes tradicionales.
La realidad es que el mercado de energías renovables de América Latina y el Caribe es uno de los más dinámicos del mundo debido a la diversidad de fuentes renovables con las que cuenta, es este sentido, El Economista refirió que en México existen estudios de factibilidad para el aprovechamiento de energía solar y eólica, las cuales a su vez tienen el mayor potencial para la generación de electricidad y han aumentado su participación en el país debido a la reducción en sus costos. Estas condiciones pueden favorecer el desarrollo del sector energético para cubrir las necesidades de la población de manera más sustentable, económica y eficiente. Empero, el gobierno federal pretende hacer modificaciones a los lineamientos para la entrega de Certificados de Energía Limpias (CELs), los cuales son títulos que avalan la generación de un megawatt- hora (Mw/h) de energía limpia; asimismo, se busca hacer de la CFE el principal generador de energía eléctrica, a pesar de que ésta se produzca a un costo mayor y sea más contaminante, lo que además compromete la transición energética y a las finanzas públicas. En este sentido, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), refiere que los cambios permitirán que las centrales legadas obtengan CELs, a pesar no contar con la infraestructura adecuada para satisfacer la demanda de certificados. Otro punto importante es la cancelación de las subastas, principal fuente de CELs para la CFE, lo que en conjunto con lo anterior excluye al sector privado, al disminuir los incentivos para invertir en tecnologías limpias como la solar y eólica que son de menor costo. Esta reducción en los retorno de inversión inhiben el desarrollo de una industria limpia y competitiva, la cual es fundamental para el desarrollo económico del país, la mitigación del cambio climático y el cumplimiento de la Agenda 2030; la cual contempla en su Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 7 a la energía limpia y asequible. En el Informe Individual del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2018, elaborado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), se analiza el impacto del desempeño de la CFE en el cumplimiento del ODS 7, donde se dictaminó que se debe atender el fomento de la generación de energías a través de fuentes renovables para reducir las emisiones del sector energético, no obstante, hasta la fecha estas observaciones no han sido atendidas.
Con base en lo anterior, es posible recomendar que se ajuste la política energética actual para que sea congruente con los compromisos nacionales e internacionales de México en lo que se refiere a energías limpias. La tendencia al aprovechamiento de fuentes renovables a nivel internacional no es producto de la casualidad, sino producto de la necesidad de transitar al desarrollo sostenible, y no de desmentir hechos por contar siempre con otros datos.
