En el 2019 en Zacatecas hubo 249 personas desaparecidas y no localizadas. Casi 250 familias viviendo el calvario del sollozo y el más cruel de los infiernos. Sólo hay algo peor que la muerte de un hijo: su desaparición. El Estado como entidad política ha fallado, como también lo ha hecho en la seguridad y la prevención de los nefandos crímenes del secuestro, la trata y el homicidio doloso. El Estado, ante esta dolorosa realidad, se manifiesta como una piltrafa.
Debería ser un escándalo mayúsculo que una persona desaparezca. El mundo entero debería detenerse y volver a funcionar hasta que esta aparezca. Sin embargo, es un tema marginal en las agendas gubernamentales de todos, todos, todos los gobiernos: federal, estatales y municipales. No hay estructuras, presupuestos, coordinación entre instancias responsables, formas de participación ciudadana efectivas, ni el interés de los gobernantes.
¿Algo funciona en la Secretaría General de Gobierno? La Comisión de Búsqueda pertenece a esa instancia del Gobierno estatal, al igual que otras igual de infuncionales. Los familiares de las víctimas exigen el cambio de su titular y nada ocurre. Son ignorados. Los desaparecidos se duplicaron de 2018 a 2019, y no hubo actividades de búsqueda más allá de inútiles trámites y vericuetos burocráticos. Para las organizaciones de víctimas ese titular “es un cero a la izquierda”. Este año que terminó recibió 7 millones de pesos para operar y no hay claridad en qué se usaron. La ciudadanía exige el informe de las actividades de búsqueda de personas, no sólo de acciones al interior de la abultada y barroca burocracia estatal.
Gobierno del Estado debe saber que esa área de trabajo es muy sensible. Pero nada indica que se dan por enterados. El primer responsable de las exigencias de las familias es el Secretario de Gobierno y está inmune a los gritos desesperados de las víctimas. El segundo responsable es el propio gobernador, y tampoco dice nada al respecto. Una tarea que ignoran, marginan y olvidan. Se trata de desaparecidos por efecto de organizaciones oscuras y olvidados por las autoridades. El peor de los mundos posibles.
Los cientos de desaparecidos acumulados en el estado de Zacatecas no pueden seguir en el olvido y la ignominiosa indiferencia de las autoridades. Al secretario de Gobierno le parece fácil sólo ignorar las llamadas o solicitudes de información al respecto: “declina opinar”, dicen. ¿Quieres que algo no funcione? ¡Crea una comisión!, dice el dicho popular, que en este caso se actualiza con rotunda y cruel realidad en Zacatecas. Sin embargo, la indiferencia de Gobierno del Estado se debe a una actitud inactiva de la sociedad civil y los propios partidos políticos. No observamos ese tema en la agenda de los partidos políticos y sólo en pocos casos en las organizaciones de la sociedad civil. En una palabra: gobierno y partidos políticos nadan de muertito y huyen de la realidad.
