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jueves, 25 abril, 2024
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Lo mejor de 2019: el aumento salarial del 20%

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Por: Óscar Alzaga •

Por mucho tiempo se recordará el aumento salarial al mínimo del 20%, ya que desde 1975 no se daba un aumento de ese monto en México. Incluso el actual es mayor que aquel, porque la inflación de ese tiempo fue del 16%, mientras que en 2019 es del 3%.

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Celebremos ésta inteligente y firme decisión de Andrés Manuel López Obrador, junto con el 16% y el 100% de la Frontera Norte de 2018. Se recupera el salario después de perder el 75% en los gobiernos pasados.

Se recordará que entre 1966 y 1976 el salario mínimo en México era de los más altos de Latinoamérica, cercano a los de Argentina, Uruguay y Chile. Sin embargo, para 2018 había bajado tanto, que llegó a ser más bajo que los de Guatemala, Honduras y El Salvador.

La primera vez que el país adoptó la receta salarial neoliberal del Fondo Monetario Internacional (FMI) fue en 1976, aplicada en 1977 con el primer “tope salarial” del 10%, tal política gubernamental de López Portillo, tasaba el salario anual siempre debajo de la inflación y era inamovible, e incluía los aumentos anuales salariales contractuales, de tal forma que impedía la libre negociación colectiva, por la rigidez del tope para todos los aumentos. De 1982 a 1988 el sexenio De la Madrid, se recordará por la inflación sexenal que solo en 1986 llegó a 200%, con incrementos salariales siempre muy menores.

Con menor inflación pero con igual castigo al salario, siguió el gobierno de Salinas, e inició la modalidad de mutilar los contratos colectivos de trabajo (CCT) para hacerlos una “oferta” a los inversionistas locales y extranjeros, en la moda de las maquilas. Zedillo seguiría las recetas neoliberales del FMI, e incluyó la salud en el IMSS e ISSSTE en 1995.

En 1998 y 1999 Zedillo impuso el tope salarial del 14%, con la inflación del 19% y de 13%, respectivamente en cada año. E inició el outsourcing y el empleo eventual para sustituir el empleo estable o de planta.

Los panistas en su alianza con el PRI y el neoliberalismo, siguieron la misma política salarial y laboral, poniendo sus modalidades dictadas por el FMI y, desde 1990, reforzadas por el Consenso de Washington, cuando abiertamente se manifiestan a favor de la iniciativa privada (IP), nacional y extranjera, como prioridad explícita del Consenso.

De 2001 a 2006, Fox, con inflaciones del 4 y 5%, impuso aumentos salariales del 3 y 4%, y siguió con la destrucción de los CCT y la salud laboral. O sea, siguió la política de la reducción salarial y cínicos apoyos a la IP, sobre todo a la oligarquía.

De 2007 a 2012, Calderón con una inflación que varió del 6 al 8%, impuso un aumento al salario mínimo del 4 al 5%. Siguió la misma política anti-obrera y pro-empresarial. Culminando su sexenio con la reforma laboral de 2012, que fue parte del “paquete” del Pacto por México de Peña Nieto con el PRI, PAN y PRD, que incluía: el fraude electoral, la reforma educativa y la privatización de Pemex y CFE, la entrega del resto del territorio nacional, playas, fronteras, plataformas marinas, etc. ¡Ah! y otra reforma laboral, la presentada al Senado por el PRI, CTM y CROC el 7 de diciembre de 2017, la peor de la historia de México, que ayudó a la caída de Meade y al despeñadero del PRI.

Peña perdió el piso racional en su sexenio, pero le cumplió al Consenso y a la política neoliberal de la oligarquía extranjera y nacional, fiel a la traición que significaba para México, ir en contra de: la Revolución de 1910, la Constitución de 1917 y el cardenismo de 1934 a 1940.

¿Entonces qué significa el 20%, un retorno al pasado? No, el 20% es un acto de justicia elemental de AMLO, al poner en el centro de la política nacional lo social, o la mayoría de todo el país, de la historia y de la sociedad actual. Es cierto, reivindica el Constitucionalismo Social, lo mejor de la Revolución y el Cardenismo: los derechos sociales, no en exclusiva a los empresariales, que eso es volver al pasado porfirista.

Los dos derechos básicos del trabajo son el empleo estable y el salario justo, remunerador. Los demás derechos dependen de éstos. Los que solo pueden ser protegidos a través de la defensa y organización de los sindicatos por los propios trabajadores, por ser autónomos.

Festejemos estos días de fin de año brindando por el 20% de aumento del salario mínimo, sabiendo que es indicativo para los aumentos anuales y contractuales de todo el 2020. No hay confusión para los que saben luchar por sus derechos desde abajo y con la mayoría. ■

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