Hace apenas una semana, estuvieron por estas tierras un grupo de personas provenientes de la comunidad de San Diego, en California, quienes ya habían venido en otras ocasiones, y seguirán acudiendo para realizar estudios que les encargo una empresa norteamericana – de la que no obtuvimos el permiso para decir su nombre-. El estudio que vinieron a practicar entre los jóvenes de la localidad, fue solicitado expresamente por la Organización Mundial de la Salud y cuyos resultados esperamos conocer en el corto plazo porque nos permitirán conocer mejor tanto el consumo del alcohol entre los jóvenes zacatecanos como el consumo de drogas y que tipo de drogas son las que están en la preferencia de quienes la consumen.
Pero algo que dé inicio nos provocó una gran preocupación, y nos lleva necesariamente a encender los focos rojos y de alarma, es el cómo fue nuestra entidad elegida entre todas las otras ciudades de nuestro país para la realización de este estudio.
Y ello fue porque los focos rojos están ya encendidos a nivel mundial, donde la Organización Mundial de la Salud detecta que el problema del alcohol y las drogas afecta a los jóvenes zacatecanos más que en ninguna otra entidad de la República mexicana y es por ello y no al azar, que decidieron practicar el estudio aquí en nuestra ciudad capital, y por si esto no fuera ya algo en si preocupante, eligen para realizar un estudio control, es decir, el análisis de jóvenes que están en la media nacional – que evidentemente no es el caso de nuestra entidad – a los jóvenes de la vecina ciudad de Aguascalientes que por lo que dicen las cifras está muy lejos de la problemática que vivimos en nuestro entorno local y que no se ve que las autoridades ya no se diga intenten políticas públicas para cambiar esta lacerante situación, al menos reconozcan la existencia de un problema que con mucho está en los más altos niveles analizados por los organismos internacionales a los que antes hicimos referencia.
Hemos visto recientemente en los medios locales de comunicación, que el consumo del alcohol y las drogas se inicia a temprana edad, EN EL NIÑO ya no se diga en el joven, y un porcentaje importante de quienes apenas ingresan a la secundaria ya aceptan haber probado el alcohol y algún otro tipo de drogas.
Las autoridades competentes, sobre todo las del sector salud hacen mutis – seguramente porque saben que en boca cerrada no entran moscas – y a alguien a nivel nacional se le ocurrió sacar una campaña con el tema del “NO ESTÁ CHIDO”.
El tema de las adicciones no es nuevo ya tiene décadas de estarse estudiando, pero las autoridades siempre incompetentes en esto como en todo lo demás, no les preocupa demasiado el asunto, en nuestro país el tema de las adicciones – y que no se nos olvide que el alcohol es una adicción al final de cuentas – es considerado un problema legal, es decir, a la cárcel con quien consuma mariguana sin importar la cantidad ni diferenciar entre una droga – llámese alcohol, mariguana o anfetaminas – y otra.
La apuesta gubernamental es a los Centros de Integración Juvenil, y nada más se les ocurre. Ahí colocan casi siempre – ¿habrá excepciones, lo dudo? A gente con poco conocimiento en el tema – al pariente, al compadre, a la novia etc. – y por lo tanto poco o nada pueden hacer para intentar revertirlo.
Hemos escrito abundantemente al respecto pero dudamos que nuestra reflexiones lleguen a muchos que tendrían que estar interesados en el tema, eso si El Sr. Obispo opina un día y otro también claramente en contra de la legalización de las drogas, mostrando un camino que sus feligreses más radicales, fanáticos y poco preparados – es decir fundamentalistas – le siguen como un coro de plañideras desgarrándose las vestiduras como si aún viviéramos a mediados del siglo XIX con la diferencia de que entonces personalidades católicas como Juárez, y Comonfort o jacobinas como Ocampo y otros – Miguel Auca y González Ortega en el entorno local – que sabían que no podían ceder ante los intereses de la iglesia que tenía frenado – y aún tiene – el progreso de un país que hasta la fecha sigue estancado en muchos temas.
Hace casi una década, la Academia Medica del Estado de Zacatecas – que nace para organizar a los médicos fuera de la mafia del Colegio Médico – realizo conjuntamente con la Universidad de Morelos en Cuernavaca, una Maestría en Adicciones de 2 años de duración de la que egresaron una veintena de gente con la capacidad y los conocimientos para combatir el problema, y saben cuándo fueron contemplados por nuestras sabias autoridades para encargarse del problema ¡NUNCA! Y así andamos.
Las propuestas eran muy simples, la de elaborar desde la primaria – antes de ingresar a la secundaria – unos exámenes que nos permitían saber quiénes son propensos a caer en el grave problema de las adicciones, no es más que un 15% y este grupo requeriría un abordaje psicológico y medico especial con lo que se evitarían muchos dolores de cabeza.
Los niños al tocar las puertas de la adolescencia suelen pagar por el derecho de entrada y son víctimas de las novatadas y de los repetidos discursos de los más grandes de que o le entras o te rechazamos, y para evitarlo los comerciales “no está chido” dejan mucho que desear por no decir que sirven para maldita la cosa, para controlar el problema los más conservadores, la Iglesia y el Sr. Obispo incluido tendrían que entender que la única forma de controlar un problema como este es primero que nada verlo como un tema de salud pública y no un tema legal, y en esta forma intentar vacunar con pláticas adecuadas a todos los niños que están en la edad en la que pueden ser víctimas pero sobre todo atender a aquellos que biológicamente tienen una predisposición especial para convertirse en adictos.
Hay sin lugar a dudas mucho que hacer, pero las acciones tienen que ser diseñadas desde las alturas gubernamentales y todos seguir los caminos que realmente nos lleven a cambios que determinen la reducción de un problema que está por explotar, al menos aquí en Zacatecas.
Pero el liderazgo gubernamental está ausente y mientras tengamos gobernantes con mentalidad retrógrada, nos seguiremos hundiendo en éste como en muchos otros problemas.
