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viernes, 29 marzo, 2024
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Soy indígena

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

Tuve la oportunidad de participar en el panel sobre las Personas Indígenas en la Suprema Corte de Justicia de la Nación que convocó la Casa de la Cultura Jurídica “Ministro Roque Estrada Reynoso” de la misma Soberanía, atinadamente dirigida por el Maestro José Abel Vázquez Villalobos. En dicho evento, tuve la oportunidad de compartir ideas con el Dr. Eduardo López García y mis hermanos indígenas Lucio López Velázquez y Fidel González González, estos últimos, estudiantes de la Licenciatura en Derecho de la UAZ. Es el caso de que nos tocó analizar algunas sentencias de la Corte en donde se discuten derechos humanos inherentes a los pueblos originarios, descritos y protegidos por el Artículo 2º de la Constitución Política Federal. En este contexto, tenemos que nuestros hermanos indígenas en cualquier momento del proceso penal deben contar con un intérprete y traductor para una debida defensa ante un hecho delictivo en donde se han visto relacionados; lamentablemente, se ha reconocido que en la actualidad 8000 indígenas están en prisión debido a una inadecuada o nula defensa que parte de la inexistencia de un intérprete y traductor por lo que existe una ausencia muy marcada en este sentido que debemos abatir. También los estudiantes de Derecho de origen indígena, no tienen textos traducidos en su lengua por lo que la dificultad de comprender leyes y doctrina es totalmente compleja. En el Amparo Directo 4393/2014, el Tribunal Colegiado determinó que la “autoadscripción” de un sujeto a una comunidad indígena es el criterio determinante para establecer cuándo una persona es indígena, tal y como lo establece el párrafo tercero, artículo 2º constitucional, por lo que debe realizarse en las primeras etapas del proceso penal, ya sea ante el Ministerio Público, en el procedimiento de la averiguación previa (Carpeta de Investigación) o bien, durante la fase de preinstrucción de la causa. En tal sentido, en el protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos que involucren derechos de personas, comunidades y pueblos indígenas, se definió a la “autoadscripción” como el acto voluntario de personas o comunidades que, teniendo un vínculo cultural, histórico, político, lingüístico o de otro tipo, deciden identificarse como miembros de un pueblo indígena reconocido por el Estado nacional, así las cosas, el criterio para determinar si una persona tiene la calidad de indígena y, por tanto, si debe gozar de los derechos que a su favor consagra el artículo 2º de la Constitución, surge a partir de la propia manifestación del sujeto y no de la determinación del Estado. De tal suerte y, tomando en consideración que con el devenir de mi desarrollo profesional he adquirido más que un genuino aprecio por mis hermanos indígenas, con su cultura, su lengua, su importancia cultural e histórica para la Nación mexicana, además de abrazar y solidarizarme con sus causas y, a manera de acto voluntario realizado frente a los más de 70 asistentes al evento arriba mencionado, me autoadscribí como indígena perteneciente a la etnia Wirrárika con el único propósito de contribuir a su empoderamiento, asesorarlos jurídicamente y defenderlos ante los embates discriminatorios que tanto autoridades como integrantes de la sociedad, cometen en perjuicio de sus derechos humanos fundamentales, lo anterior, no se limita solamente con mis hermanos Wixáricas sino que pretendo servir indistintamente a cualquier hermano indígena que ocupe de mis servicios. Cuándo hice mi pronunciamiento unilateral, el recinto anfitrión quedó en silencio, no hubo ni reclamos ni aplausos, solamente las miradas desconcertadas de varios que tal vez, no alcancen a evaluar las consecuencias de mi acto. Sin embargo, creo que es fundamental sumarnos a su lucha pues prevalecen muchas injusticias en materia de educación, oportunidades económicas y acceso a servicios fundamentales. Ya de entrada, sus Dioses han exigido de mí, sacrificios que he cumplido y participación en rituales importantes a la vez que magníficos por lo que voy encaminado a ser totalmente aceptado a formar parte de mis hermanos. En este sentido, el que escribe adquiere un gran compromiso con los indígenas, todavía desconozco el porvenir que me espera al asumirme como parte de ellos, tal vez, enfrente discriminación, falta de oportunidades y los mismos lastres que los afectan, de lo que si me siento cierto es que no cederé en la lucha y que estaré respaldado por su riqueza espiritual, sus valores étnicos y la gran cultura que representan. Gracias a Dios y al Universo por esta magnífica encomienda unilateralmente aceptada.

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*Integrante del Consejo Mundial para la
Defensa de los Derechos Humanos y
Secretario General del Consejo Zacatecano
de Protección al Ambiente
[email protected]
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