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jueves, 25 abril, 2024
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Cascaritas y Reflexiones Universitarias

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Por: PEDRO LÓPEZ JÁCQUEZ* •

Compañeros universitarios, después de un tiempo de silencio y reflexión sobre el acontecer y futuro de nuestra querida BUAZ, reinicio mis opiniones, críticas, aportaciones y propuestas de mejora sobre el rumbo que a mi juicio, debería de seguir nuestra Alma Mater.

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Con paciencia he estado siguiendo con atención y cuidado las gestiones y trabajos realizados por la autoridad universitaria encaminados a resolver el problema financiero por el que atraviesa nuestra institución educativa, esperando que tengan éxito y permitan aliviar los efectos de la falta de recursos, de igual forma he seguido con detenimiento las declaraciones, exigencias y propuestas de las autoridades federales y estatales responsables de otorgar los recursos para que nuestra Benemérita Universidad cumpla con su compromiso social.

De lo anterior se desprende lo siguiente: Las autoridades federales y estatales exigen disciplina financiera acompañada de transparencia en el manejo de los recursos, rendición y cuentas claras sobre los recursos que la institución recibe tanto vía subsidios como por ingresos propios, también exigen que se termine con el manejo y conducción universitaria a partir de cacicazgos y grupos de interés político partidario al interior de la institución, así como la revisión de los sistemas de pensiones.

Por su parte la autoridad universitaria se ha dedicado a gestionar los recursos correspondientes a resolver la problemática financiera sin éxito, ya que para darle aparente estabilidad a la universidad, ha logrado pagar los salarios y algunas de las prestaciones más sentidas para su personal, pero consumiendo el monto de subsidio anual comprometido tanto por la federación como por el estado, lo que aparentemente y hasta ahora tiene conforme y tranquilo al personal universitario, dejando pendiente y sin atender una serie de adeudos y prestaciones en el caso del personal académico a profesores y a instancias sindicales que se convierten en acumulación de violaciones al CCT, y en bola de nieve de incumplimientos al mismo.

Como el monto del subsidio comprometido para el año 2019, está por terminarse, se presenta por parte de quien conduce a la universidad, la amenaza con declaraciones contradictorias (el rector primero declara que no tendrá dinero para pagar salarios en la segunda quincena de octubre, después declara que en la segunda quincena de agosto y luego menciona de nuevo octubre) sobre la fecha en que ya no podrá cubrir los ingresos básicos de su personal, generando con ello una gran incertidumbre y angustia en el personal que presta sus servicios a la universidad y las gestiones están encaminadas al parecer solo a resolver el adeudo inmediato solo para salir el año.

Sin embargo el verdadero problema sigue vigente, porque no se ha obtenido respuesta a la gestión que permita terminar con el adeudo estructural que en 10 años pasó de 280 a 2200 millones de pesos, siendo un tema del que casi no se habla, y es preocupante porque en ese adeudo están las prestaciones más sentidas de los universitarios y que tienen que ver con el dinero que permita asegurar un futuro digno mediante la existencia de los fondos que garanticen las pensiones y jubilaciones, así como ahorros para el retiro y el ejercicio al derecho a una vivienda digna. Lo más preocupante es que estos fondos no existen, aún y que quincena con quincena se han estado descontando las cuotas y aportaciones que le corresponden a cada trabajador y por ende deberían estar disponibles en las cuentas respectivas para el momento en que los universitarios las requieran, y mientras tanto deberían estar generando los intereses correspondientes, pero lo lamentable es que esos fondos no existen.

De igual manera nos encontramos con una realidad organizativa deplorable, porque las instancias sindicales que en teoría y con base en sus sustentos normativos, son quiénes deberían estar exigiendo y obligando a que la autoridad cumpla con sus compromisos contractuales en beneficio de sus agremiados, utilizando para ello los medios de lucha, exigencia y presión que la ley le permite, por el contrario se han encargado de desmovilizar y desatender la exigencia de los integrantes de las diferentes instancias sindicales de representación colectiva e individual de sus agremiados, en contubernio con las necesidades y deseos patronales, olvidándose de los compromisos contraídos con sus representados, lo que obliga a que los universitarios busquen la organización en torno a la exigencia y cumplimiento de sus derechos y prestaciones laborales al margen de la tutela de la dirigencia sindical, al darse cuenta que la dirigencia sindical ya no representa sus intereses sino que ahora representa los intereses del patrón en turno.

Para sustentar lo anterior, solo mencionaré la aceptación tácita de la permanente y creciente violación al clausulado general del Contrato Colectivo de Trabajo UAZ/SPAUAZ vigente, y en particular, al ser permisivos y tolerantes en la indiscriminada contratación de personal docente bajo formas no establecidas bilateralmente violentando todo lo establecido en el apartado correspondiente a los procedimientos y mecanismos que norman los procesos de ingreso, permanencia y promoción del personal en este caso del docente sin que las instancias formales sindicales hagan nada de por medio.

En este marco, para la universidad y para los universitarios, se tiene un futuro poco alentador, por una parte quien conduce a la universidad, no ha hecho los esfuerzos necesarios (o al menos hasta hoy no se conoce un dictamen de la autoridad correspondiente que diga lo contrario) para cumplir con la exigencia de las instancias federales en cuanto a disciplina financiera, transparencia en el manejo de los recursos obtenidos y rendición de cuentas de los mismos.

Por ello, se requiere que la gestión o solución al problema financiero de la institución, tenga efectos positivos lo que se debe ver reflejado en la obtención de un mayor subsidio que permita la operación cotidiana de las actividades sustantivas de la universidad y el apoyo suficiente para solucionar el adeudo histórico sin afectar los derechos conquistados por el personal universitario.
Sin embargo la única salida viable que la autoridad universitaria y la dirigencia sindical encuentran para resolver la problemática universitaria, es deteriorar y afectar aún más los derechos y prestaciones contractuales del personal docente.

Respecto a la exigencia de terminar con el manejo y control caciquil de la conducción y espacios universitarios, en lugar de permitir el juego y actuación democrática de la comunidad universitaria, se continua y consolida el mismo modelo de conducción conocido como universidad partido, convirtiéndose en un juego de premios para los afines y castigos para quienes piensan y actúan diferente a quien conduce.

La universidad tiene en puerta la renovación de autoridades universitarias y sindicales y las preocupaciones institucionales solo se encaminan a obtener los recursos para cumplir salarialmente con el 2019, y a garantizar los relevos correspondientes que le permitan consolidar y perpetuarse al frente de la institución por otro periodo más, dejando de lado la discusión sobre la solución de la crisis estructural y del modelo académico, de gestión y conducción que le permitan darle viabilidad y futuro de la Universidad.

A final de cuentas y muy por encima de los deseos y aspiraciones de quien conduce actualmente las diferentes instancias de autoridad y representación universitaria, la pelota está en la cancha de la comunidad universitaria, la pregunta es ¿Quién o quienes se atreven a jugarla?

*Docente Investigador de la

Coordinación de Vinculación y la UAP/UAZ

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