El Congreso local de Zacatecas está integrado por 14 diputadas y 16 diputados. Del total, 13 votaron en contra de modificar el código civil del estado para permitir el matrimonio entre parejas del mismo sexo, 11 votaron a favor y 2 se abstuvieron. En lo personal el resultado de la votación me parece lamentable, pero creo que la sociedad no debería de darle tanta importancia a las personas que votaron en contra del dictamen pues eso es lo que precisamente buscan, volverse relevantes políticamente.
No debería importar porque, aunque logren la atención que buscan, permitir el matrimonio igualitario en Zacatecas es solo cuestión de tiempo. En primer lugar, en 19 estados de la República el matrimonio entre personas del mismo sexo ya está permitido. Zacatecas es uno de los restantes en los que el congreso no lo ha aprobado pero aún así las parejas que quieran contraer matrimonio se pueden amparar ante la SCJN y, debido a la jurisprudencia existente, los jueces estarán obligados a dar un criterio favorable. Es decir, a pesar de la resistencia de los 13 legisladores, el matrimonio entre personas del mismo sexo en Zacatecas ya es una realidad.
Yo no sé a ciencia cierta si los diputados y diputadas que votaron en contra sean retrogradas, lo que sí creo es que son sumamente convenencieros. La mayoría, sin tener el gusto de conocerlos y conocerlas, tienen otras aspiraciones políticas. Algunos buscarán una alcaldía, otros una diputación federal, tal vez uno o dos sueñen con alcanzar la gubernatura. Momentos como estos les nublan la visión. Piensan que sus posiciones les darán la atención que de otra forma no tendrían o les gana la ilusión de recibir un favor político por parte de los altos mandos.
Hoy en día cualquier persona que opine que la gente de color no debería de ingresar a todos los lugares, que los migrantes deben ser reprimidos violentamente para que regresen a sus países, que es normal que las mujeres ganen menos que los hombres, que los pobres son pobres porque quieren o que las personas que tienen un bajo nivel educativo no deberían de votar es catalogado como un fascista. Los 13 legisladores que votaron en contra del dictamen (y me atrevo a decir que las dos legisladores que se abstuvieron) forman parte de este grupo.
Lo que sí nos debería importar y preocupar es la clara confusión de algunos diputados y diputadas de nuestro congreso local respecto a aspectos elementales. Independientemente de la pobreza argumentativa de los que decidieron votar en contra (cuya sustentación se basa enteramente en principios subjetivos pero no en normas objetivas ya existentes) me da la impresión que algunas y algunos legislan de acuerdo con lo que ellos sienten o piensan que esta bien o mal moralmente. Quizás esto explique el voto en contra de un legislador de Morena y la ausencia de uno de ellos.
Incluso, uno de los diputados al momento de emitir su voto comentó que votaba en contra a título personal. Sería importante recordarle a él y a todo aquel que lo olvide, que no se puede legislar a título personal sino que el congreso es un microcosmo de las preferencias de los ciudadanos y las ciudadanas. No se trata de lo que la brújula de su religión o su moral les indique, se trata de actuar con la objetividad necesaria con la que el cargo los inviste.
Finalmente me gustaría mencionar algo que también nos debería de preocupar. Basándome enteramente en el video de la sesión que está disponible en internet, me parece que las diputadas y diputados del PRI votaron en contra del dictamen y dos diputadas se abstuvieron. Esto pone en evidencia la falta de autonomía de los congresos locales respecto al ejecutivo del Estado quien en campaña declaró estar en contra del matrimonio igualitario. Esto sucede en medio del intento del Revolucionario Institucional por renovarse, parece que, al menos en Zacatecas, esta renovación iniciada con la elección del nuevo dirigente empezó con el pie izquierdo.
Muchas parejas del mismo sexo ya viven juntas en Zacatecas, las modificaciones a las leyes federales ya les permite tener acceso a la red de seguridad social a la cual no tenían y por ello el que se puedan casar amplía sus derechos humanos pero también la cobertura y protección que el estado les otorga. Parece ser que, mientras en nuestro país, senadoras y senadores, diputadas y diputados federales votan a favor de medidas como esta, en Zacatecas los legisladores del mismo partido se oponen a que estos cambios se den a nivel local. Se trata entonces no de una cuestión de ideología sino de geografía política que busca no perder los pocos simpatizantes que les quedan rumbo a 2021. ■
