La escritura es pues una herramienta idónea para entendernos.
Los escritores mexicanos no tienen fronteras, menos en esta época insólita donde vemos cifras de pesadilla de la violencia criminal, hasta los cambios en la política, la ciencia, la loca tecnología.
El escritor Carlos Álvarez es de esos que se ganan el respeto con mucho trabajo, viajes llenos de oportunidades y ediciones espectaculares de su libro XILITLA EDWARD JAMES & BEYOND y presentándolo en consulados, ciudades, países, eventos genuinos donde los públicos participan y preguntan y adquieren sus libros.
Escritor disciplinado, aventurero, profesor de lenguas extranjeras, creador de la Agencia Nacional de Noticias Culturales, Carlos tiene una vigencia que sorprende y que es ejemplo para que otros escritores se desprendan de prejuicios y logren saltar por todos lados, si a los archivos mismos en Inglaterra para saber de eso mecenas mundial del arte don Edward James que lo mismo apoyó a Buñel el cineasta, a Dali el pintor alucinado, a escritores Franceses e Italianos, asi como construir en las selvas potosinas paradisiacos mundos surrealistas que son iman para el turismo mundial.
La clave es saber de donde le nacieron las ganas y la templanza a Carlos para escribir siempre pese a las grandes dificultades por las mafias culturales, el impedimento real de las burocracias partidistas que se cierran ante las propuestas arguyendo falta de presupuesto o minucias tontas propias del desinterés y la avaricia.
El libro de Carlos pronto se presentará en la Ciudad de Zacatecas y con sus amigos los múltiples escritores talentosos de este estado caracterizado por las convulsiones humanísticas ante el aparatoso y deshilachado panorama de la vergüenza ajena por ver tanto desorden y desmadre en algunas instituciones de cultura.
Su libro será entonces aclamado y señalado como una vertiente de buena escritura, gozo por lo supremo de las buenas aventuras nunca acotadas y motivo de celebración y buena suerte siempre bendecida por los pueblos de provincia. “Sé aldeano y serás universal” decía José Marti.
