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jueves, 28 marzo, 2024
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Rinden homenaje al músico Nicolás Puentes Macías, nacido en Nochistlán

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Por: ALMA RÍOS •

■ Reconocieron su aportación a la difusión de la tradición jarabera

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El pasado 3 de agosto en el contexto del Festival Zacatecas del Folclor Internacional 2019, la Universidad Autónoma de Zacatecas, el Sindicato de Personal Académico de la UAZ, y el Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde, rindieron homenaje al músico nochistlense Nicolás Puentes Macías.

Con el concierto ofrecido en la Plazuela Miguel Auza por el Grupo Tradición Jarabera Zacatecana, se expresó el reconocimiento a la aportación en general de la familia Puentes a la conservación y difusión de la tradición jarabera de Nochistlán, Zacatecas, que suma ya cuatro generaciones de músicos que se han constituido en parte importante de la historia de la música de mariachi en México y el mundo, y a la labor personal de transmisión de conocimientos para su preservación por parte del artista.

Nicolás Puentes (Nochistlán, 1952), como lo refiere el investigador de la Unidad Académica de Artes de la UAZ, Esaúl Arteaga Domínguez, proviene de uno de los “poquísimos enclaves” mariacheros del país que conservan la “auténtica tradición y el estilo campesino de origen”.

Es hijo de Josafat Puentes Véliz (Nochistlán, 1893) quien junto con su hermano Filomeno, formaron parte de una época de transición que llevó a este género musical justo desde las comunidades campesinas hacia las grandes urbes.

En la Ciudad de México encontró un medio propicio para su difusión a través de la que se constituyó a la postre en la época de oro de la música mariachera mexicana.

Nicolás Puentes y su hermano Hipólito se integraron en los años 60 del siglo pasado, desde la emblemática Plaza Garibaldi, y con apenas 13 y 11 años de edad, respectivamente, a este movimiento musical siguiendo los pasos de su padre y tío.

Lograron insertarse con el tiempo individualmente o juntos, nos relata Esaúl Arteaga, en ensambles tan significativos como el Mariachi Oro y Plata, México 70, Mariachi América y el icónico Vargas de Tecalitlán, con quienes acompañaron en grabaciones y los foros más importantes del momento en América Latina, Estados Unidos y Europa, a Lola Beltrán, José Alfredo Jiménez, Cuco Sánchez, Flor Silvestre, Tomás Méndez, Miguel Aceves Mejía, Luis Aguilar y Javier Solís, entre otros significativos personajes.

En los años 70 fue constituido solo por descendientes de Josafat y Filomeno el Mariachi Nochistlán, ensamble que alcanzó “gran éxito musical” en la capital del país.

En 1985 de regreso a Nochistlán, comienza lo que Arteaga Domínguez refiere como la que quizá sea la labor más importante de Nicolás e Hipólito, la transmisión de sus conocimientos a niños y jóvenes.

“Sin embargo, la música que hoy se conoce Música Jarabera y se reconoce como emblemática de Zacatecas, estuvo a punto de desaparecer del Patrimonio Cultural de los Zacatecanos y del mapa musical de México”.

Para evitarlo, Nicolás Puentes se dedicó desde el año 2000 a recuperar la música que escuchó de su padre y tío, y de otros jaraberos de principios del siglo 20, refiere Arteaga Domínguez.

“Aunque localmente a esta música se le identificaba como jarabera o de rumbo, realmente era la música mariachera que era usual y cotidiana en los Altos de Jalisco y Sur de Zacatecas y que ya se venía tocando desde el siglo 19 con pocos músicos, con 2 violines, guitarra y tambora”.

A partir de esta intervención de Puentes, el género “pasa por un interesante proceso de resignificación”, señala Arteaga Domínguez, al destacar su transmisión en radiodifusoras culturales del país y presentaciones en vivo insertas en festivales en alrededor de 15 entidades de la República, tanto de Jaraberos de Nochistán como de Tradición Jarabera Zacatecana.

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