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viernes, 19 abril, 2024
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Renuncia, Denuncia y Crisis en la Administración Pública Federal

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

Tengo que reconocer que en los gobiernos priístas, los malos funcionarios, las ratas y los corruptos, corrían de la Administración Pública ya casi al final del sexenio, se bajaban del barco, se mojaban, se secaban y se volvían a subir a una nueva embarcación; las cosas han cambiado, en el caso del Carlos Urzúa ex Secretario de Hacienda y Crédito Público, no aplican la hipótesis anterior, pues goza de prestigio profesional, no es corrupto ni menos rata, simplemente no ha coincidido con la forma de llevar la estrategia económica del Presidente López Obrador y, tal vez, no quiso cargar con los milagros de alguna mala decisión tomada por el Primer Mandatario; entonces, de su carta de renuncia, advierto algunas denuncias que ya todos conocemos: primero soba y agradece la oportunidad de servir a México aunque según él, hubo muchas discrepancias en materia económica que se traducen en políticas públicas sin el suficiente sustento, además, destaca en la misiva la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Lo anterior, me lleva a reflexionar en algunas incongruencias escritas en los párrafos de Urzúa, primero, si yo acepto ser un funcionario de ese nivel, debo tener la capacidad de orientar esa política pública y asesorar debidamente al Presidente, esas reglas debieron ponerse en claro al momento de aceptar la propuesta de ocupar tal o cual cargo; con su amplia trayectoria y edad, Carlos Urzúa debió ser muy cauto y más hábil para haber encausado ese cúmulo de estrategias tomadas a mano alzada o sin la debida asesoría. La Cuarta Transformación (4T) será todo menos sencilla y, si los funcionarios que cargan la gran responsabilidad de llevarla a cabo tiran la toalla o les tiemblan las corvas al primer movimiento telúrico, pues simplemente fueron un error al momento de haber sido electos, por mucha experiencia y trabajo realizado con anterioridad. Respecto a la imposición de funcionarios, ahí tengo plena coincidencia con Urzúa, pues es una conducta muy arraigada en la Administración Pública donde lo menos que se reconoce es la capacidad y los méritos profesionales, por el contrario, llega gente sin experiencia, sin conocimiento y por solo responder a los compromisos políticos y, lamentablemente para la 4T, López Obrador ganó gracias a muchas componendas con otros partidos políticos, especialmente con el PRI, en donde hay ratas expertas y en algunos casos, dichos roedores ocupan posiciones privilegiadas en la Administración Pública en los tres niveles de gobierno. Por otro lado, el encarcelamiento de las ratas está en suspenso, tan es así que el nefasto de Enrique Peña Nieto puede darse el lujo de bailar (mal) con toda libertad, a sabiendas que nadie lo va a juzgar por todos los agravios inferidos a los mexicanos. Por otro lado, creo que debe existir mayor control del Presidente en cuanto a su Administración Pública o, todos jalan parejo la carreta o que se bajen lo que se tengan que bajar, nadie es indispensable y nadie debe estar por sobre los intereses de la Nación. En los gobierno priístas, no se preguntaba si se hacían las obras o no, simplemente se imponían y nadie se movía sin la autorización del Presidente, ahora es distinto y, la oposición capitaliza todos los errores del gobierno federal y serán exponencialmente tratados por los medios de comunicación para denostar el trabajo de los MORENOS. Sin duda, existe una grave crisis en la Administración Pública Federal y lo peor es que se está generando la idea de que el Presidente López Obrador va por un lado y sus funcionarios por otro, lo cual, perjudica los intereses de los mexicanos, por lo que una reunión de gabinete muy objetiva donde se pongan las cartas sobre la mesa, se antoja impostergable. No quiero creer que mi Presidente ha dejado de escuchar o que se ha vuelto soberbio como le ha pasado a muchos ungidos de poder, lo cual sería lamentable sobre todo ahora que tenemos la oportunidad histórica de hacer en beneficio de México, todo lo que la corrupción priísta y panista no hizo. En este sentido, considero que habrá más renuncias sobre todo de aquellos que no se formaron en la oposición o de aquellos que sirvieron al neoliberalismo y a los intereses económicos del capital extranjero y, si es así, no me preocupa pues en las filas de la izquierda, estamos formados varios miles que desde la banca, anhelamos servir a la Nación con fervor y estamos hechos de un material que no se dobla. Ojalá que la crisis de gabinete se supere, que se siga adelante con más planeación y coherencia y que empecemos a advertir que México está cambiando positivamente.

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*Integrante del Consejo Mundial para la
Defensa de los Derechos Humanos
[email protected]

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