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miércoles, 17 abril, 2024
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La Reforma Educativa que impulsó gobierno de AMLO incluye el fortalecimiento de las escuelas normales

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Por: ALMA RÍOS •

■ Nueva normatividad conservó la estructura legislativa propuesta por Peña Nieto

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■ Manuel Gil Antón, profesor del Centro de Estudios Sociológicos (CES) del Colegio de México (Colmex) ofreció una conferencia magistral

 

La Reforma Educativa que impulsó el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, entre otros elementos, incluye en el texto constitucional el fortalecimiento de las escuelas normales. “Lo que sabemos y lo que vamos a impulsar, es que se consideren las instituciones de educación superior más importantes del país, y a las normales rurales, las instituciones más comprometidas con los más pobres”, dijo Manuel Gil Antón, profesor del Centro de Estudios Sociológicos (CES) del Colegio de México (Colmex).

El académico agregó a su opinión con sustento en lo previsto en la Constitución, que si bien se ha dejado atrás el desprecio hacia el normalismo que imprimió el gobierno de Enrique Peña Nieto en su reforma educativa del 2013, “el que no haya desprecio no quiere decir todavía que sepamos cómo va a ser el aprecio”.

Gil Antón estuvo ayer en Zacatecas para ofrecer mediante la conferencia magistral Reformas Educativas 2013-2019 y su impacto en el normalismo, un análisis comparativo de las dos normativas, convocado por la Normal Rural “General Matías Ramos Santos”, ubicada en la comunidad de San Marcos en el municipio de Loreto.

Dijo no tener la seguridad de que la segunda sea profunda, pues conservó la estructura legislativa propuesta por Enrique Peña Nieto.

“No se movió, sino que se le hicieron ajustes. Y eso es un poco descorazonador porque pensábamos tener una propuesta muchísimo más coherente con una Cuarta Transformación que quiere ser tan profunda”.

Señaló no obstante que hay que esperar al planteamiento final de las leyes secundarias, los reglamentos y la implementación de la Reforma Educativa de este 2019, “para que nos puedan decir a dónde vamos”.

México, dijo, se ha caracterizado por tener una Constitución “llena de buenas intenciones y luego leyes secundarias que no las concretan, esperemos que no sea el caso”.

En la Carta Magna dice que se fortalecerán las escuelas normales, pero precisamente por la falta en la concreción de las leyes secundarias no se tienen detalles de cuáles son los programas que se implementarán en ellas.

Dijo que la desventaja para analizar ambos proyectos educativos para el país es que “la reforma del 2013 sí vimos cómo funcionó y fue un desastre, mientras que la de Andrés Manuel apenas está por echarse a andar”.

Por lo pronto, una síntesis de su análisis comparativo exhibe que la reforma de López Obrador tiene más “contenido valoral” sobre lo que debe ser la educación en términos de su gratuidad, laicidad y equidad de género, entre otros elementos.

Involucra además una concepción del magisterio distinto, pues no lo propone como el culpable de los problemas educativos, sino “como el agente de transformación más importante no solo en el proceso educativo sino también en la sociedad”.

Modifica “la relación perversa entre evaluación y permanencia” para situar a la primera como un mecanismo de mejora y en este sentido, deja el tema en los términos del artículo 123, “como debe ser para cualquier trabajador en México”.

Sin embargo acotó, aunque es una reforma menos laboral que su antecesora, ya que apuesta más por la formación del profesorado que a su evaluación, mantiene un alto contenido de este ingrediente en el artículo tercero constitucional, que Manuel Gil Antón considera un error, pues “le impone al magisterio un régimen de excepción”.

“En vez de arreglar el asunto laboral en el –artículo- 123, incluso haciendo un capítulo en la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado para el magisterio por su especificidad, toma el atajo de hacerlo en el tercero, y eso lo que genera es una inflación de normas en el artículo y no tanto un tercero que guía la acción del Estado”.

Explicó que la Reforma Educativa del 2019 sigue “un poco la lógica que dejó establecida la gestión anterior”; pero se pensó que si se evitaba el tema de la permanencia vinculada a la evaluación “habría beneplácito del magisterio herido” por este procedimiento, mientras que si se sustituía “con algo” al Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) o al Servicio Profesional Docente, “la derecha, por llamarle así, los partidos del viejo pacto, dejarían pasar la reforma”.

La reforma de Enrique Peña Nieto sí era laboral y no educativa, subraya, mientras que la de López Obrador aunque persiste en el sistema de regulación laboral en el artículo tercero constitucional, no tiene la característica punitiva que sobre la permanencia tenía la otra.

“Entonces, sí me parecen distintas”, ahora el INEE será sustituido por el Centro Nacional para la Revalorización del Magisterio y la Mejora Continua de la Educación y el Servicio Profesional Docente, por el Sistema para la Carrera de Maestras y Maestros.

Reitera no obstante que la nueva normativa en materia de educación para el país, “dejó un poquito a deber en términos de romper esa estructura” y poner lo laboral sólo en el 123, lo administrativo en los ordenamientos de la propia Secretaría de Educación Pública (SEP) “y dejar más limpio el tercero –constitucional- como un proyecto de la educación, como un vehículo hacia el bienestar social, en vez de orientarlo hacia el mercado, a los exámenes PISA y de la OCDE”.

“Eso lo marqué que yo lo eché de menos porque era uno de los temas más importantes en la iniciativa original, y que ahora lo que necesitamos es reivindicar a la escuelas normales”.

Su propuesta es que los egresados de universidades que quieran incorporarse al magisterio deben pasar después de graduarse un periodo suficiente en alguna escuela normal para hacerse de los conocimientos y habilidades propios de la pedagogía.

En ese sentido subraya la importancia de las escuelas normales como instituciones de educación superior especializadas en la formación pedagógica mientras que las universidades lo son en formar arquitectos, abogados, matemáticos, etcétera.

“Es decir, que la mejor forma de reivindicar a las escuelas normales es insistiendo en que son las portadoras de una especialidad fundamental que es la enseñanza, la creación de medios de aprendizaje” que es dijo, un trabajo sumamente complejo.

Así, son las escuelas normales y las normales rurales quienes deben regir el proceso educativo en el país, sostuvo.

“Lo que creo es que necesitamos reconocer en las escuelas normales a las que producen a los especialistas en educación, no son las universidades (…) si no hacemos eso, lo que estamos diciendo es que el que sabe por el hecho de saber, sabe enseñar, y eso es falso”.

La distinción de las normales por su especialización e importancia en la educación no debe dejar de lado el que estas pasen por “una seria autocritica, porque no podemos eludir que tenemos muchísimas cosas que corregir y enmendar”, entre otras, el corporativismo, también agregó.

Dado que apenas cumple siete meses la administración actual y están en proceso de construcción las leyes secundarias de la Reforma Educativa del 2019 y su implementación, lo que debe hacerse es “seguir con mucha atención y capacidad crítica lo que haga este gobierno en materia educativa. El hecho de que este régimen se proponga una transformación tan honda como para llamarla Cuarta, tiene que tener un proyecto educativo también muy hondo. Eso es lo que hay que ver si está sucediendo y si no, hay que exigirlo como ciudadanos”.

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