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viernes, 19 abril, 2024
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El mundo irracional de Trump

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Por: Óscar Alzaga •

De todos es sabido que Trump y la política de la nación más poderosa del mundo es racista, fascista y misógina, que agrede a los países que no piensan como él –Venezuela, Corea del Norte, Irak y otros-, que no escucha a nadie sino asimismo, egocentrista; por eso, igual se pelea en Estados Unidos con medios, demócratas y republicanos, que con gente de su gabinete y en la Reunión de los 20, con sus “aliados”.

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Con la misma postura amenaza a los migrantes de Centroamérica y México: con la muralla de la frontera, con la tropa, con deportaciones indiscriminadas, con violencia e infundir el miedo a los demás.

Esto le sirve para su campaña electoral que parece nacionalista, protectora de la economía anglosajona y guardián de la frontera sur. Ignorante de las leyes afirma: “los migrantes son ilegales”, arrastrando al fanatismo y al racismo anglosajón, pues ignoran que son indocumentados, no ilegales ni delincuentes, como lo sostiene la ONU.

Cuando sobreprotege la economía yanqui olvida el mito del “libre comercio”, y declara “la guerra comercial” a China y a todo aquel país que no esté alineado a su mando. Deja ver la farsa del mercado libre, cuando los monopolios dominan el mercado capitalista.

El TLCAN en 1994 y ahora con el T-MEC, privilegian las más grandes empresas de Estados Unidos, Canadá y México con el “libre comercio” y el paso por las fronteras de mercancías, capitales y empresarios. No de trabajadores ni migrantes.

Trump sabe del paso fronterizo de armas para los narcos, del paso de drogas por la frontera de EU, del paso de narcos y capos de ambos países, del paso de capitales y del lavado de dinero producto de la droga: Su país es el principal consumidor de drogas del mundo.

Pero no permite el paso de los migrantes que buscan trabajo, ni tiene el gobierno de Trump una política racional para combatir el origen y las causas de la migración centroamericana y mexicana. Solo tiene políticas contra los migrantes y no para acabar y atacar las causas que la originan.

En efecto, a Trump y al Estado Norteamericano no les interesa acabar con la migración, solo la quieren frenarla temporalmente. ¿Por qué? Porque históricamente su economía ha dependido de los migrantes, es sabido que tres áreas son exclusivas de trabajadores de la frontera sur: la agricultura, los servicios de limpieza y la construcción, los que menos salario pagan y mayor riesgo corren.
Y como China dejó de comprar maíz, trigo y soya a Estados Unidos, lo puso en crisis y éste cerró la frontera a los migrantes que van a trabajar justo a la agricultura. Pero el fanatismo irracional de Trump arremete contra ambos países, en nombre de la “seguridad nacional”, sin combatir las causas de la pobreza en México y Centroamérica.

Porque resulta claro que el problema de los migrantes es universal, no solo centro y sudamericano. Lo mismo ocurre en todos los países del Tercer Mundo frente a Europa y Japón. Los países desarrollados y primermundistas han crecido a costa de los países atrasados, desde hace 500 años. Si alguien quiere saber a qué se debe el atraso de África solo se debe repasar lo que hizo Europa: Bélgica en el Congo; Francia en Nigeria, Inglaterra en Sudáfrica, etc.

Tan irracional resulta la política migrante de Trump, como la del medio ambiente o la del boqueo a Cuba. Apenas ayer en la cumbre de las 20 naciones, 19 firmaron el Acuerdo de París, con excepción de EUA y en las asambleas de la ONU, solo EUA e Israel votan a favor del Bloqueo a Cuba, contra 168 naciones del mundo. Pero nadie sanciona a EUA y a Trump, por ir en contra de la corriente universal, por irracionales, por poner en peligro al mundo.

La única solución a la migración mundial, es atacar la pobreza de los países de origen que los expulsan, no le demos vueltas a la verdad.

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